El co inventor de la mítica teoría de la sonrisa del dólar reflexiona en esta entrevista sobre el pasado, presente y futuro de la fortaleza de las grandes divisas.
Establecer una teoría válida aplicable a los mercados es todo un reto. Hacerlo, además, en una clase de activos tan impredecible como lo son las divisas es todo un hito. Y sin embargo la teoría de la sonrisa del dólar, que sostiene que la moneda estadounidense se aprecia tanto cuando hay optimismo en los mercados como cuando hay miedo, sigue perfectamente vigente. Más de dos décadas desde que se acuñara. Una longevidad que sorprende incluso al propio co-creador de la teoría, Stephen Li Jen, actualmente consejero delegado de Eurizon Capital SLJ.
Aprovechando para sentarnos con Li Jen a su paso por Madrid no podíamos desaprovechar la oportunidad de preguntarle: ¿sigue vigente la teoría de la sonrisa del dólar o hay espacio para pensar que otra divisa pueda arrebatarle la supremacía? A ambas preguntas su respuesta es sí.
Empecemos por el hoy, por la superioridad que sigue manteniendo el dólar. Al experto le gusta usar como ejemplo el ranking de lenguas más habladas. “El próximo idioma que tenga que elegir para aprender un joven en Indonesia va a ser el inglés. Por la mera cuestión de que es el más hablado a día de hoy”, explica. Algo similar pasa por las divisas, que hay una tendencia natural a preservar el estatus quo por cuestiones técnicas: las ventajas de ser el primero son difíciles de superar. Un país compra una divisa fuerte y líquida para protegerse y esa divisa a su vez se fortalece y prospera porque hay amplia demanda por ella
Pero eso no es garantía de nada. “Ser el líder te da una fortaleza natural, pero eso no significa que nunca se pueda perder el estatus dominante. La pérdida de relevancia de la libra esterlina a nivel global es el ejemplo perfecto de ello”, recuerda Li Jen. El consejero delegado usa el ejemplo de los hubs. Durante mucho tiempo Chicago era un aeropuerto de paso casi obligado si querías viajar en avión de una punta a otra de Estados Unidos. “El dólar es como un hub. Para pasar entre divisas con menor liquidez necesito usar el dólar como puente”, explica. Pero si, con el tiempo, hay la suficiente demanda de pasajeros para establecer una conexión directa entre Boston y Los Ángeles se creará la infraestructura necesaria, apunta. “Y eso es lo que está pasando con el dólar”, afirma.
Pensando en el dólar a largo plazo
En cuanto al segundo punto, Li Jen incluso se aventuraría a defender que ya lo estamos viendo. Que el proceso de pérdida de poderío del dólar como divisa de reserva ya se está produciendo, si bien de manera muy gradual. “China está intentando ganar terreno con sus aliados naturales, como Arabia Saudí, con quienes ya son socios comerciales naturales”, destaca.
¿Qué nos dicen los números a día de hoy? Podemos observar dos fuentes de datos. Según los datos del informe trianual del Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés), el “banco central de los bancos centrales”, como lo define Li Jen, de las transacciones diarias de divisas en el 88% entra en juego el dólar (de un total posible de 200% porque las operaciones de divisas van en doble sentido). Hace 15 años era el 87%. “Es decir, que en casi todas las operaciones el dólar estadounidense estaba involucrado. Y esa ratio no ha variado en décadas”, explica. El renminbi empezó en cero y ahora está en el 8%. “Ha robado parte del pastel a prácticamente todas las demás monedas, pero sigue siendo una subida lenta, aunque progresiva”, interpreta el experto. “La gente habla mucho de cómo el dólar está perdiendo su estatus de divisa de reserva, pero la realidad es que es la moneda más estable en este sentido”, sentencia.
Ahora bien, la segunda cifra viene de los datos de reservas de divisas, las monedas extranjeras que cada país posee a nivel institucional. En esa medida, publicada por el FMI, sí vemos una caída en la representación del dólar en el cómputo total: del 70% hace una década y media al 60-62% de hoy. Y, además algo interesante ha pasado en los últimos meses, que el dólar se ha apreciado. “Así que, si lo miramos en términos netos, esa pérdida de relevancia del dólar a largo plazo es aún mayor”, explica.
¿Sigue vigente la teoría de la sonrisa del dólar?
“La razón por la que la teoría de la sonrisa del dólar ha resultado ser más sólida de lo que Fatih Yilmaz y yo jamás pudimos imaginar es que es contraintuitivo, pero simple”, afirma Li Jen. Es el poder de explicar un activo complejo con simpleza. Y qué más complejo que los movimientos impredecibles de las divisas.
¿Y qué implicaciones puede tener este cambio en el mercado de divisas en su famosa teoría? “Parece que lo que hoy son factores más claros no lo serán dentro de tres años”, reconoce. La clave de la sonrisa del dólar es que necesita esa curvatura para que funcione. Es decir, que el movimiento del dólar según el momento macroeconómico sea pronunciado. El problema viene si los técnicos cambian y la curva se aplana: si ya no hay una prima de incertidumbre otorgada al dólar. “Entonces lo que habría que preguntarse es qué condición se tendría que dar para que la gente ya no quisiese refugiarse en el dólar en tiempos de incertidumbre”, apunta.
De momento, Estados Unidos es el único país tanto con soft power como con hard power. Europa tiene mucho del primero y poco del segundo mientras que en China ocurre a la inversa. “Por eso, a día de hoy el dólar es la única moneda que tiene detrás a un país tanto con armas nucleares como influencia política”, sentencia Li Jen.
Una carrera marcada por el dólar y China
¿Cómo termina un analista de divisas dirigiendo un negocio de gestión de activos? Para Stephen Li Jen, consejero delegado de Eurizon Capital SLJ, ha sido un paso natural. Ingeniero eléctrico de formación, la trayectoria profesional de Li Jen siempre ha estado ligada a las divisas.
Durante su etapa en el Fondo Monetario Internacional, a principios de los 90, su especialidad era la política monetaria y las divisas de mercados emergentes. “Recuerdo cuando en el FMI estábamos trabajando con Lituania para ligar los litas al dólar estadounidense. Le pregunté al primer ministro de entonces por qué no habían elegido el mark alemán, que en aquella época estaba adquiriendo una mayor relevancia. Su respuesta: que querían diferenciarse de sus vecinos de Latvia y Estonia”, cuenta.
Es una anécdota de hace casi 30 años, pero que ejemplifica a la perfección lo presente que ha estado siempre el dólar y la economía estadounidense en la trayectoria de Li Jen. Tras trabajar en la oficina de Morgan Stanley en Hong Kong en plena crisis de las divisas en 1997 se mudó a Londres en 1999 para montar el primer equipo de análisis de divisas del banco. El consejero delegado recuerda su primer fichaje en el equipo, Fatih Yilmaz, con quien no solo acuñaría la teoría de la sonrisa del dólar, sino que juntos montarían su propio hedge fund macro con un fuerte peso en el trading de divisas.
Ese hedge fund captó en 2016 la atención de la gestora italiana Eurizon y ambas llegaron a un acuerdo para integrar el negocio y hacerlo crecer hasta la referencia en divisas y mercados emergentes que es hoy.