La travesía de los hedge funds: de Londres a Ginebra

La nueva legislación está poniendo a los gestores contra las cuerdas. Tanto, que el tercer mayor hedge fund británico, Bluecrest, trasladará a 50 de sus operadores y gestores con mayores ingresos desde Londres hasta su nueva oficina en Ginebra antes de que entre en vigor, el próximo 6 de abril, el impuesto que se llevará por delante el 50% de sus rentas, según publica The Sunday Times.

La firma, actualmente ubicada en una oficina cercana a los jardines del emblemático Buckingham Palace, es el primer negocio de peso (con 16.700 millones de dólares en activos gestionados) que trasladará parte de sus operaciones al cantón suizo.

La marcha supone el inicio del éxodo de una industria con un alto índice de movilidad desde Gran Bretaña, como reacción a los altos impuestos y la amenaza de un nuevo régimen regulatorio para los hedge funds en el marco de la Unión Europea. Un gran número de hedge funds más modestos, incluido Amplitude Capital, ya se han mudado a jurisdicciones con impuestos más bajos. En Suiza, la tasa impositiva sobre los ingresos se aproxima al 25%.

Desde Kinetic, firma que ayuda a los hedge funds en sus relocalizaciones, David Butler busca oficinas a ocho firmas británicas que quieren trasladarse a Suiza. “Las compañías quieren salir de Reino Unido antes de abril”, avisa, argumentando que Ginebra es la elección más popular: “Son como un club: quieren estar donde los demás”, confiesa a The Sunday Times. Butler predice que hasta 150 grandes fondos dejarán Londres en los próximos meses.

Asimismo, Brean Howard, el mayor hedge fund en Reino Unido, está considerando la posibilidad de abrir una oficina en el país centroeuropeo. James Vernon, oficial del jefe de operaciones, comentó que la propuesta de directiva de la Unión Europa sobre regulación de hedge funds hará “imposible” hacer negocios en Gran Bretaña.

Según otro gestor de fondos londinense, no hay elección. “Intentamos contratar a un operador la semana pasada pero condicionó la aceptación a trabajar el Ginebra. La gente no quiere que su fortuna esté sujeta a los cambiantes criterios del gobierno británico”, asegura.