“Estamos entre la espada y la pared. Hay que domar la inflación para encontrar algún tipo de suelo tanto en los mercados de renta variable como en los de renta fija. Sin embargo, amansar la inflación vendrá acompañado de unas condiciones financieras más restrictivas que no presagian nada bueno para los mercados”. Es lo que inquietante opinión de Raphaël Gallardo, economista jefe de Carmignac, quien considera que los bancos centrales están abocados a un endurecimiento monetario que frenará la actividad con el fin de enfriar el sobrecalentamiento de los mercados laborales y forzar un ajuste a la baja de la demanda que se acomode al persistente encarecimiento del universo de las materias primas.
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