Cuando se habla de mercados se tiende a unificar su compartimiento. Por ejemplo, se dice “la caída del mercado europeo” o “ el rally de Wall Street” pero la realidad es que ni todo cae cuando se afirma lo primero ni todo sube cuando se dice lo segundo. De hecho, si algo hay que subrayar este año es la fuerte dispersión que se está viendo en el mercado, que, entre potras cosas, está provocando que cada vez más economistas hablen de una recuperación económica ya no en forma de V o de W sino en forma de K.
Y esa dispersión se ve en la gran diferencia que hay este año entre el comportamiento de las acciones growth y value y también en la gran diferencia que hay en bolsa entre sectores, que, según explica Rebeca Chesworth, jefa de Estrategia de Renta Variable y Sectores, SPDR ETF EMEA, ha permitido que los flujos en fondos sectoriales hayan sido positivos durante la mayoría de los meses del año “lo que indica que los inversores están utilizando estas herramientas de inversión para interpretar los altibajos del mercado de renta variable, aprovechando las oportunidades tácticas que se presentan cuando unas partes de la economía se recuperan antes que otras”.
No en vano, según explica esta experta “uno de los motivos de la popularidad de la inversión sectorial es el elevado nivel de dispersión que se aprecia entre las rentabilidades de los distintos sectores. Un caso extremo sería la rentabilidad total neta del índice S&P Technology (23,9%) frente a la del índice S&P Energy (-44,6%): una diferencia del 68% (al cierre del 14 de septiembre). Este nivel raramente se da en otros instrumentos de beta, como inversiones regionales o por factores”.
Sin embargo, esas diferencias que se ven entre sectores también se aprecian cuando se comparan regiones. Y es que no es lo mismo invertir en el consumo de EE.UU que hacerlo en el europeo, como se aprecia en el gráfico. “Estas diferencias se basan en la composición sectorial en cada región. Por ejemplo, el sector de consumo discrecional en Estados Unidos tiene una exposición considerable a Amazon, que acumula un ascenso del 68% en lo que va de año, mientras que el sector europeo presenta una gran exposición a artículos de lujo y fabricantes de automóviles. Servicios de comunicaciones es otro ejemplo del efecto del fenómeno FAANG: en Estados Unidos, el sector está dominado por Alphabet y Facebook, mientras que el sector europeo está mucho más expuesto a proveedores de telecomunicaciones”, explica Chesworth.
Además, y pese a que se podría considerar que la cierta marcha atrás que se está viendo en la tecnología americana podría estrechar ese diferencial visto hasta ahora en el mercado de acciones, nada más lejos de la realidad ya que es en periodos electores cuando esa brecha tiende a ampliarse y sobre todo, en los días posteriores a las elecciones. “Para los inversores sectoriales, la oportunidad está en analizar la dispersión de la rentabilidad entre sectores. Las elecciones de 2016 fueron un buen ejemplo. Aunque el índice S&P 500 subió tan solo un 4% en noviembre de 2016 tras la victoria de Trump, se registró una diferencia del 19,3% entre el sector con mejores resultados (financiero) y el que peor se comportó (servicios públicos)”, afirma esta experta.
De momento, asegura que ese interés en este caso hacia ETF sectoriales se ha visto en el pasado. “Se observa un claro ascenso de la actividad a finales de 2016, y en SPDR apreciamos un mayor interés no solo de nuestros clientes estadounidenses, sino también de los inversores europeos y asiáticos”, asegura.