“Las empresas familiares representan socios fiables para los inversores”

Thomas
Foto cedida

Las cotizaciones de las acciones de las empresas gestionadas por sus propietarios (modelo entrepeneur) presentan, por término medio, un rendimiento superior frente al mercado global. Numerosos estudios han confirmado este hecho. El Center for Family Business (Centro para los negocios familiares) de la Universidad St. Gallen (Suiza) estudia ahora las causas y los efectos derivados. En su condición de colaborador, la gestora Bellevue Asset Management respaldará al equipo del profesor Thomas Zellweger (en la imagen) durante los próximos tres años en su investigación en este campo, que cada vez interesa más a los inversores.

¿Qué entienden las ciencias económicas por empresas gestionadas por sus propietarios?

Las ciencias económicas diferencian cada vez más entre empresas fundadoras y empresas familiares. Las primeras están en manos de la generación de los fundadores, en la cual la gestión y la propiedad suelen estar estrechamente vinculadas. En las empresas familiares, por el contrario, la gestión y la propiedad tienden a separarse paulatinamente a través de las generaciones. De entre las empresas que cotizan en bolsa, las empresas familiares son aquellas en las que la familia propietaria posee más del 20% de los derechos de voto. Por tanto, la familia empresaria también puede ejercer una influencia decisiva en la empresa y tomar decisiones estratégicas sin poseer la mayoría. En contraposición a las empresas fundadoras, por lo general muy dinámicas, las empresas familiares a menudo son conservadoras y, en parte, persiguen estrategias empresariales distintas.

¿Qué caracteriza fundamentalmente a estas empresas?

Las empresas gestionadas por sus propietarios suelen presentar un modelo de gestión muy eficiente, ya que las vías para tomar decisiones son más rápidas, predomina una estructura empresarial basada en la confianza y existen menos conflictos de intereses entre el gerente y el propietario. Además, las empresas gestionadas por sus propietarios generalmente se caracterizan por un marco temporal más amplio que permite impulsar innovaciones a largo plazo. Por otro lado, en las empresas gestionadas por sus propietarios pueden surgir conflictos dentro del círculo familiar. Estas empresas, por lo general, dependen en gran medida de la competencia y del capital de la familia propietaria pues, en parte, renuncian a personal altamente cualificado y a inversores externos a la familia.

¿Existen diferencias frente a las empresas que no están gestionadas por sus propietarios en cuanto a la capacidad de afrontar crisis económicas?

Las empresas gestionadas por sus propietarios presentan tres ventajas fundamentales frente a otros modelos en un contexto de crisis. La primera consiste en que pueden tomar decisiones rápidamente y sin trabas burocráticas debido a la concentración de la propiedad. El margen de maniobra y la flexibilidad de la empresa pueden resultar beneficiosos en tiempos de crisis para implantar rápidamente las reestructuraciones necesarias. El segundo factor son los recursos disponibles. La mayoría de las empresas familiares cuentan con reservas ocultas acumuladas a lo largo de los años. El elevado porcentaje de fondos propios les facilita además liberar y captar recursos adicionales.

Gracias a estos recursos, estas pueden amortiguar las crisis y, en el mejor de los casos, reaccionar de modo anticíclico en tiempos difíciles para aprovechar las oportunidades que brinde la crisis. La tercera ventaja es la orientación a largo plazo de las empresas familiares. Normalmente, la supervivencia de la empresa está en primer lugar, o al menos por delante de la rentabilidad a corto plazo. Esto conlleva que, en tiempos de crisis, estas empresas y sus propietarios no se pongan nerviosos y reajusten sus pretensiones financieras para la empresa, aunque mantengan sus estrategias.

Otro dato interesante revelado por nuestros estudios es que, ante situaciones de rendimiento decreciente, las empresas familiares no se precipitan a la hora de llevar a cabo una reestructuración pero, llegado el momento, están dispuestas a emprender cambios profundos —también desde el punto de vista de los costes. Esto es así porque, si realmente va mal, en el caso de estos empresarios, es la familia la que se lo juega todo.

¿Cómo evolucionan las cotizaciones de las acciones de los valores dirigidos por sus propietarios? ¿Se pueden realizar comparaciones a largo plazo?

Por lo general, las acciones de las empresas gestionadas por sus propietarios presentan una mejor evolución que las de las empresas no gestionadas por sus propietarios. Esta tendencia se observa, sobre todo, en Suiza, Estados Unidos, España y Alemania y se produce con independencia de la dimensión. No obstante, desde el punto de vista de las ciencias económicas, apenas se conocen las causas. Los primeros resultados muestran que el rendimiento depende del grado de influencia de la familia.

Si este es muy alto, aumentan los inconvenientes de la influencia de la familia. Asimismo, se señala que las empresas fundadoras suelen despuntar más que las empresas familiares, al menos en lo que respecta a los resultados operativos. Sin embargo, se manifiesta que la comunidad financiera considera a las empresas familiares agentes económicos fiables porque se mantienen fieles a sus compromisos. Este bonus de confianza frente a las empresas no familiares afianza el rendimiento en los mercados de valores.

¿Cuáles son los puntos principales de sus investigaciones actuales en el ámbito de las empresas familiares?

En colaboración con Bellevue AM, en el Center for Family Business de la Universidad St. Gallen durante los próximos 36 meses nos centraremos en el tema potenciadores del rendimiento en las empresas familiares que cotizan en bolsa. Esperamos poder desarrollar conclusiones importantes al respecto, tanto con una base científica como relevantes para la práctica. Por otro lado, trabajamos en proyectos globales relacionados con la sucesión empresarial y la generación de valor a largo plazo en las empresas familiares así como en la cuestión de cómo influyen los objetivos no financieros de los propietarios de las empresas en la estrategia y el rendimiento financiero de las empresas controladas.