Evolución de los roboadvisors: de competidores a grandes aliados de bancos y gestoras

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Los roboadvisors están preparados para dar un nuevo salto cualitativo en su trayectoria como actores importantes del asesoramiento financiero y la banca privada. Según datos arrojados por el IEB en su tercer ranking anual sobre Competidores del Sector Financiero -un informe dirigido por Rodrigo García de la Cruz-, con la irrupción de las nuevas tecnologías en el sector de la inversión han cambiado los sistemas tradicionales de asesoramiento financiero personal y ahora es posible la existencia de sistemas de inversión automatizados a través de los cuales son las máquinas las que toman las decisiones de inversión. Y, aunque al principio estos nuevos sistemas eran considerados una amenaza para la industria financiera clásica -en 2014 estaban controlados por startups-, actualmente grandes bancos y gestoras de activos y de patrimonios comienzan a invertir en este tipo de servicios automatizados, también llamados roboadvisors. Entre ellas, se encuentran algunas firmas internacionalmente conocidas como Vanguard, Ritholtz o Fidelity, señala el informe.

Las fintech, creadoras de estos modelos, consideran que las máquinas pueden tomar mejores decisiones de inversión debido a su neutralidad. Entre sus ventajas, destaca el estudio, se encuentra el reducido coste que implica su funcionamiento, además de la facilidad con la que pueden acceder a un mercado más amplio. 

De acuerdo a un informe realizado por My Private Banking, los activos bajo gestión de los roboadvisors podrían alcanzar en 2020 los 450-500.000 millones de dólares (entre 405.000 y 450.000 millones de euros, aproximadamente). Este crecimiento estaría motivado por tres tendencias: el creciente interés de la industria de wealth managmenet en estos servicios automatizados, el hecho de que se estén realizando alianzas entre empresas para que los roboadvisors suministren tecnología a otras firmas y la creación de servicios adicionales que complementen los ya ofrecidos por los roboadvisors.

Hoy por hoy, gran parte de las inversiones en servicios automatizados provienen de Estados Unidos, siendo algunas de las fintech más destacables en ese ámbito Betterment (con 3.500 millones bajo gestión) y Wealthfront (gestiona 2.600 millones). Este tipo de compañías suponen una amenaza para la industria de gestión de activos y patrimonios clásica por sus menores costes, su atracción de millenials y su elevado crecimiento del volumen gestionado. Pero también pueden colaborar con esta industria desde otros ángulos de negocio como la creación de roboadvisors propios, el aumento de la base de clientes potenciales, la mejor adaptación a las nuevas exigencias de los consumidores o la estrategia cruzada con los bancos, al necesitar estos roboadvisors plataformas bancarias y cuentas corrientes con las que operar. Así, mientras que el grado de amenaza es cuantificado por el IEB de siete puntos, el grado de colaboración es mayor, de ocho puntos.

En España, algunas empresas ya han apostado por invertir en los sistemas de asesoramiento automático, algunas como Asesora.com, Darwinex, Finametrix, Housers, Indexa Capital, Interim, Openfinance, SerSan Sistemas, TechRules (T-Advisor) y SciTheWorld.