Ya lo decían los propios ingleses: “Keep calm and carry on”. Mantener la calma y la filosofía de inversión durante periodos de volatilidad es fundamental para no sacrificar rentabilidad y, de paso, aprovechar las ineficiencias que dejan al descubierto correcciones como la experimentada la semana pasada como respuesta a la decisión de Reino Unido de abandonar la UE. La reacción más marcada de los inversores fue emprender el vuelo hacia los activos percibidos como de calidad, pero al mismo tiempo, “dejó a muchos inversores preguntando dónde podrían encontrar oportunidades dentro de las ventas indiscriminadas entre los activos globales de riesgo”, observa Richard Turnill, estratega jefe de inversiones globales de BlackRock. Turnill aporta un gráfico para explicar qué bolsillos de oportunidad ha generado la reacción de pánico.
“Antes del voto al Brexit, había un amplio rango de valoraciones pero pocos activos baratos a nivel global. Como todavía muchas valoraciones parecen caras o cerca de su justiprecio, es importante centrarse en las valoraciones relativas”, explica el experto. Turnill se refiere por ejemplo a las fuertes diferencias de valoración entre la renta variable y la deuda soberana, provocada en parte por la fuerte demanda de activos que proveen rentas, consecuencia a su vez de la combinación de bajo crecimiento, baja inflación y tipos bajos. “Las preocupaciones políticas en Europa han exacerbado otras diferencias extremas, como la existente entre valores internacionales y los estadounidenses”, añade.
Turnill sostiene que la reciente corrección puede resaltar el atractivo relativo de las valoraciones de las acciones con sesgo de calidad, las acciones que pagan dividendo y los bonos con grado de inversión, incluyendo los activos británicos que se benefician de la depreciación de la libra (el 72% de los ingresos del Ftse100 proceden del extranjero”.
Desde Capital Group, el gestor Mark Denning defiende no obstante que las valoraciones de la renta variable europea siguen siendo atractivas, a pesar de que el mercado esté poniendo en precio la debilidad de la situación económica. “Al final del día, incluso aunque Reino Unido negocie nuevos acuerdos, gran parte de los negocios seguirán comportándose con normalidad”, afirma Denning. David Riley, también gestor de la firma, se fija en que hay sectores británicos con sesgo defensivos que tienen más recursos para afrontar la desconexión entre Reino Unido y la UE: “Los fabricantes de tabaco, las utilities e incluso las farmacéuticas; sus productos seguirán siendo demandados, sin importar lo que suceda entre Reino Unido y la UE”.
Impacto sobre la renta fija
Nicolas Trindade, gestor de renta fija de AXA IM, destaca el hecho de que la rentabilidad del gilt a diez años cayera 40 puntos básicos en los momentos posteriores a la publicación del resultado oficial del referéndum. Esto supuso que la rentabilidad del bono inglés a diez años cayera por debajo del 1% por primera vez en la historia. “El resultado de Brexit del referéndum ha desencadenado una venta global de activos de riesgo, respaldando la fuerte rentabilidad de la deuda soberana core”, sentencia.
Por su parte, Jerome Schneider (responsable de gestión de carteras en el corto plazo de PIMCO) se fija en la reacción de los indicadores de estrés financiero: “Hemos visto escasos signos de estrés en indicadores como el Libor, los diferenciales de tipos o la rentabilidad del papel comercial (como sucedió durante la crisis financiera de 2008 y la crisis bancaria europea de 2011). De hecho, muchos de estos indicadores se han ajustado durante las últimas sesiones, sugiriendo unas condiciones más normales”.
Schneider subraya que “incluso los colaterales tradicionales del mercado como los repos se han comportado de acuerdo con un patrón predecible, poniendo en precio primas sobre tipos a medida que nos acercamos a la temporada trimestral de resultados”. Se trata de una tendencia que empezó antes de que se publicaran los resultados de la consulta. “Ha habido periodos de necesidades de financiación intradía que alentaron que los niveles repo de los treasuries pasaran de la noche a la mañana al 1% o superior, pero parecen haber sido episodios discretos”.
El responsable constata asimismo que, mientras que los bancos centrales han dejado claro que proveerán de liquidez al mercado si fuera necesario, como ya hicieron en 2008, “los principales fondos monetarios están empezando a poner exposiciones mucho más cortas que en 2008 y 2011”, por lo que considera que “será importante vigilar los cambios semanales en las exposiciones a Reino Unido y las instituciones financieras de la UE por si se produce una rápida reducción en la disponibilidad de la financiación mayorista”. El experto cree que, en todo caso, “cualquier reducción de la exposición probablemente se haga a través de la duración de las exposiciones a papel comercial y no a través del mercado de repos, dada la escasez de activos seguros para fondos monetarios”.
Michael Hasenstab, director de inversiones y gestor de Franklin Templeton Investments, figura en el grupo de gestores que han aprovechado las reacciones irracionales de los inversores en los momentos posteriores a la constatación del Brexit para beneficiarse de las dislocaciones del mercado. Hasenstab explica que “durante momentos específicos de la volatilidad posterior a la votación, encontramos lo que estimamos que eran algunos suelos de mercado en algunos países emergentes específicos: una serie de divisas emergentes que cayeron inicialmente entre el 5% y el 7&, pero empezaron a recuperar algo de terreno perdido al empezar a normalizarse las cosas durante la sesión del 24 de junio”.
“Durante el fin de semana y las próximas semanas, una vez que la gente empiece a destilar lo que verdaderamente importa de lo que rodea al resultado de este evento para Europa y el resto del mundo, creo que algunos de los activos de riesgo de mercados emergentes que corrigieron empezarán a recuperarse”, predice el experto. Éste matiza que el impacto sobre Europa será en cambio más permanente, “y probablemente la gente empiece a cuestionarse sus inversiones en la eurozona para el largo plazo”, por lo que muestra su convencimiento de que “es probable que se debilite el euro”.