Las inquietudes de los planes de empleo: cambio de gestora, ISR o entrar en emergentes

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Funds People

Los planes de empleo ceden protagonismo como vehículo de ahorro finalista. Este sistema supone hoy, gracias a sus 35.300 millones de euros bajo gestión, un 32% del volumen total en planes de pensiones en España, según Inverco. Se encuentra en un nivel patrimonial similar al de 2014, aunque su peso relativo ha disminuido, ya que por aquel entonces equivalía al 35% del total de sistemas. No obstante, aún siguen gestionando un importante patrimonio de empleados de empresas, instituciones públicas y organizaciones sin ánimo de lucro, motivo por el cual Funds People, en colaboración con Serfiex, organizó el pasado mes un desayuno de trabajo con presidentes y vicepresidentes de las comisiones de control y mutuas de distintos planes para así poder palpar las principales inquietudes del sector en lo referente a la gestión actual de sus ahorros.

Café para todos: ¿cambio de gestora?

Una de las grandes inquietudes de los planes de empleo es el “café para todos” que aplican las gestoras al conjunto de planes del que son responsables. Según Juan Antonio Martín, presidente de la comisión de control del plan de pensiones del Canal de Isabel II, “el fondo de tu colectivo tiene unas necesidades propias, pero en realidad está gestionado a la vez que todo el paquete de fondos que tiene la gestora”. Como señala, “puede haber mínimas modificaciones, pero pocas”. Las bajas comisiones de gestión actúan como freno.

La comisión media total (gestión más depósito) aplicada a los planes presentes en el desayuno de trabajo oscila entre el 0,25% y el 0,30%, un precio de ocasión que, con el paso del tiempo, ha traído dos efectos indeseados: estancamiento de la competencia entre gestoras, que no pueden reducir más la comisión de gestión para atraer colectivos al ser ya de por sí demasiado nimia, ni tampoco ofrecer un mejor servicio porque implicaría aumentarla e incentivar la salida de clientes acomodados en la ganga; y un menor nivel de autoexigencia en la gestión de las inversiones, al considerar las gestoras que hacen lo suficiente por el precio actual.

El descontento de los planes de empleo con la industria nacional de gestión de activos va en aumento, ya que los resultados, sin ser del todo malos, no logran batir a los índices de referencia recurrentemente. Y esto genera debates internos sobre la necesidad de cambiar de gestora, planteamientos muy repetidos entre las empresas desde 2008, con el inicio de la crisis y la caída del mercado. Aunque hay excepciones. Es el caso de la Fundación Ramón Rey Ardid: “No se ha planteado la posibilidad de cambio. La política de revisión de gestor está fijada cada dos años, pero nunca se ha producido. La evolución del fondo durante este tiempo ha sido positiva, incluso fue a contracorriente en los momentos de crisis. Mantuvo la solvencia y la credibilidad en la gestora”, justifica Francisco Galán, presidente de la comisión de control de su plan.

La ISR: ¿creíble y rentable?

La aplicación de criterios ASG en las inversiones es otra problemática moderna a valorar. La incorporación de la ISR al proceso general de inversión gana adeptos, aunque con reticencias. Uno de los más críticos con esta tendencia es José Javier Leiras, presidente de la comisión de control del plan del Grupo Dupont: “No nos planteamos la ISR. Los productos que en España no se compran por el gran público nos los meten a los planes de empleo, porque compramos de todo. Hay mucho cinismo en torno a la ISR. Aplicados los criterios ASG con exigencia, casi ninguna compañía sería responsable. Todo el mundo tiene un sello de calidad ahora mismo, pero es difícil confiar en esas agencias de calificación”, critica.

Pero la ISR ya está dando sus frutos a quienes confían en ella, como el plan de Telefónica España. En su informe de sostenibilidad, hay una parte de atribución de resultados, donde se observa que la revalorización de los activos va, en una parte, en consonancia con cómo se ha desarrollado la ISR. A la vicepresidenta de su comisión de control, Mónica Pérez, le preocupa más bien la falta de calificación ISR en los productos alternativos, unos vehículos cada vez más usados en cartera por los bajos tipos de interés de mercado. “Otros productos más tradicionales sí tienen sus controles y, mejor o peor hechos, no nos preocupan tanto. Nosotros vamos a avanzar en la parte no cubierta por las agencias de calificación ASG”, señala.

Diversificar con emergentes

Conservadores y locales. Así son todavía una gran parte de los planes de empleo españoles. Consultores y asesores externos como Serfiex abogan por una mayor amplitud de miras en sus inversiones que se traduciría en una rentabilidad superior a largo plazo. “La diversificación de los planes de empleo es mejorable. Hay mucho gestor que usa el MSCI World como referencia y, sin embargo, este índice no tiene China. El MSCI All World tiene en un 3% China. Y hay que recordar que China es ya la segunda mayor potencia económica del mundo. Por eso”, afirma José Diego Alarcón, socio director de Serfiex, “todos los fondos que he estudiado pueden mejorar su diversificación, y esa es una pista: China”.

Pero mirar más allá de las fronteras españolas o europeas en su defecto aún cuesta a los promotores. Las experiencias previas tomando posiciones en emergentes no siempre han ido bien. “Hace unos años, nuestro asesor nos recomendó invertir en Brasil. Quizá hubiera ido bien en el largo plazo, pero en el corto y medio plazo se hubiera perdido dinero, y eso tiene un coste económico, pero también político”, pone como ejemplo Pedro Alonso, presidente de Loreto Mutua. Su contraposición es la caída de Popular. “No hemos estado, pero si lo hubiéramos tenido y perdido dinero con él, ningún mutualista nos hubiera cuestionado en el hipotético caso de que hubiera pasado. Es algo abordable dentro del mundo manejable. Sin embargo, con una pérdida patrimonial importante en mercados emergentes, el cuestionamiento sería alto”, algo que achaca a la todavía hoy mejora pendiente de la cultura financiera española.