Las opciones del cliente conservador para que la inflación no se coma sus ahorros

“Todavía hay mucho dinero en depósitos y esto supone un gran coste de oportunidad, así que tenemos que seguir haciendo un ejercicio pedagógico y explicar que asumir más riesgo no tiene por qué tener consecuencias negativas en un ciclo económico”, expone Velasco, quien asegura que lo aceptan generalmente en función de su formación. “Al cliente que está menos formado le cuesta más, estaba acostumbrado a obtener rendimientos con su dinero en depósitos, pero las reglas del juego han cambiado y en activos de renta fija pueden sufrir pérdidas de hasta el 7% solo por la inflación”.

Jaime Figueroa (A&G) coincide en que la clave es la formación y que el cliente entienda que la cuestión es compensar la estructura patrimonial. Este gestor de carteras señala que, tradicionalmente en España, “la aversión al riesgo ha estado sobredimensionada respecto a las expectativas. No hace tantos años se compraban bonos del Tesoro al 16% y letras al 12%. Era un chollo. Pero el escenario actual es completamente diferente y la perspectiva del inversor tiene que cambiar, aunque se resista y siga creyendo que puede obtener un 5% por dejar el dinero en el banco. El peso en cartera de los diferentes activos de un inversor medio en nuestro país dista mucho del de los países de nuestro entorno, donde hasta el 60% de la inversión se encuentra en equity”.

Miguel Pérez, analista sénior de atl Capital, hace hincapié en la importancia de realizar una labor de formación para que los clientes conservadores “comprendan en qué están invirtiendo y cuáles son los riesgos que asumen” porque se enfrentan a un escenario muy adverso, y deben entender la necesidad de asumir más riesgos para compensar tanto la inflación como el “dramático” desempeño de la renta fija, que en el caso de la alta calidad crediticia ha caído un 5% tanto en Europa como en EEUU.

“Ese entorno que conocieron hace 20 o 30 años ya no existe y deben confiar en los asesores que los acompañan en sus inversiones y que tienen un plan y una estrategia a largo plazo, para que dejen pasar el ruido del corto plazo, porque las caídas pueden corregirse, pero lo que no lo hace es tomar decisiones drásticas, vender y no recuperar”, agrega.

Ha sido un comienzo de año complicado, pero a pesar de ello no se han visto grandes salidas de dinero, destaca Antonio González (Renta 4 Banco), quien atribuye este hecho tanto a la labor educativa y de acompañamiento de los asesores, como a la reciente experiencia de la pandemia, cuando los inversores aprendieron que quien tuvo éxito fue quien mantuvo posiciones pese a las fuertes caídas iniciales.

En el caso de los clientes conservadores, González cree que si no asumen más riesgos en los próximos cuatro o cinco años sufrirán una pérdida de poder adquisitivo. “Con un 10 o 20% en renta variable es imposible que ganen dinero, así que hay que realizar una labor pedagógica y que tomen más riesgos, siempre y cuando no les salte el umbral del sueño y que vendan en el peor momento”, afirma.

En cualquier caso, estamos asistiendo a un cambio de ciclo en la renta fija, según subraya Patricia Molpeceres (AllianceBernstein). “Las políticas monetarias expansivas han distorsionado el mercado y toca normalizar. No estábamos acostumbrados a estos niveles de inflación, pero tampoco a que los bancos centrales dejen de invertir en los mercados. De hecho, muchos clientes, los más jóvenes, no lo han vivido nunca”, asegura Molpeceres.

Para la directora de Cuentas para España y Portugal de AllianceBernstein la nueva normalizad no supondrá que los bancos centrales dejen a los mercados “a su libre albedrío”, los seguirán controlando probablemente, pero “el BCE saldrá de tipos negativos para poder contar con ciertas armas con las que combatir, pese a que éste puede que no sea el mejor momento para comenzar este proceso, que será progresivo”.