La aversión es más evidente en los bonos en divisa fuerte, es decir, aquellos denominados en dólares y euros, donde la prima de riesgo ha aumentado con fuerza. El problema es el dólar.
El entorno en los países emergentes está cambiando drásticamente. La estabilidad de la política monetaria en los países desarrollados era una oportunidad para ellos. Sus tasas de interés eran más elevadas y el diferencial con EE.UU. era una sólida fuente de retorno. Pero el dólar ha iniciado una tendencia alcista y eso lo cambia todo. “Realmente, hay diversas razones detrás del rebote del dólar, pero la mayor parte refleja la desincronización del crecimiento de EE.UU. con el resto del mundo”, señala Georges Farré, responsable de renta fija de mercados emergentes de La Francaise AM.
La aversión es más evidente en los bonos en divisa fuerte, es decir, aquellos denominados en dólares y euros, mercado que ha visto flujos positivos desde 2017. La prima de riesgo media (JPMorgan EM Global Diversified index) aumentó de 295 puntos básicos a mediados de abril a 338 el pasado 8 de mayo, regresando a los niveles vistos a comienzos de 2017. “La significativa aceleración del movimiento bajista, que se produce en un momento macroeconómico positivo de crecimiento más elevado y baja inflación nos sugiere que esta corrección es técnica y temporal. Además, no hemos visto una reasignación hacia activos seguros”, indica.
Menos optimista se muestra Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum AM, filial de Natixis IM, quien recuerda que en el pasado, una política monetaria más restrictiva en EE.UU. ha derivado en flujos de capital hacia el exterior y desde países emergentes (el llamado Sudden stop). “Debido a que se espera que la tasa a corto plazo de EE.UU. se eleve, los inversores han regresado a EE.UU. Estos ya no desean asumir riesgos excesivos cuando podrían obtener un retorno más alto en EE.UU. Esto implica un dólar más fuerte”, explica.
“La otra fuente de apreciación del dólar es la incertidumbre que sigue al mensaje que Donald Trump envía con respecto a Irán. El equilibrio político en Oriente Medio será actualmente muy diferente, con riesgos y conflictos mayores. Esta incertidumbre generada por la Casa Blanca va a acelerar las entradas de capital en EE.UU. y hará que el dólar se aprecie. El riesgo en EE.UU se percibe más bajo que en cualquier otra parte”, indica el experto.
“Debido a que no sabemos el alcance de la apreciación del dólar, y esto puede ser importante, la situación se debilitará en el corto plazo para los países emergentes. Con el fin de equilibrar este movimiento, podemos esperar tasas más altas en algunos países. La discriminación que harán los inversores irá en función de la credibilidad de cada banco central y de casa país y esto puede resultar desastroso, como se acaba de ver en Argentina”.
Según el economista jefe de Ostrum, si las divisas no se estabilizan con rapidez, el coste de la deuda se incrementará drásticamente. “La deuda externa para las empresas no financieras es en su mayoría en dólares, y la carga de la deuda puede aumentar muy rápidamente, generando una ecuación imposible de resolver. Basta con recordar la crisis asiática. Las reglas del juego han cambiado definitivamente para los países emergentes y los inversores deberán considerar esto”, afirma.
Los activos emergentes están ganando peso en las carteras
Este paso atrás se produce después de que los flujos acumulados en renta variable y deuda emergente se hayan recuperado a un ritmo constante desde principios de 2016, tras un dilatado periodo de salidas. "La reversión es especialmente significativa en la deuda emergente. El favorable contexto económico mundial y la solidez de los rendimientos impulsaron a los inversores ávidos de rentas de todo el mundo a decantarse por la deuda emergente durante 2017. La resistencia a las perturbaciones, como las que ocasionó el repunte de volatilidad del mes de febrero en los mercados bursátiles, atrajo a más inversores en un contexto caracterizado por los niveles de las valoraciones, cada vez más elevados. Esto dejó a la renta fija expuesta a los vaivenes de la confianza de los inversores", explica Richard Turnill, director mundial de Estrategia de Inversión en BlackRock.
Por el contrario, los flujos en renta variable emergente se mantuvieron en cotas relativamente moderadas. En la gestora americana priorizan la renta variable emergente debido a los sólidos beneficios empresariales y a unos balances relativamente más saneados en Asia. "Consideramos que existe margen para que los flujos de entrada en renta variable se incrementen durante los meses venideros", señala el experto. En términos generales, desde la entidad reconocen que las turbulencias que han afectado a los activos emergentes, consecuencia del endurecimiento de las condiciones financieras y de las tensiones geopolíticas, han enfriado el entusiasmo que despertaba esta clase de activo, si bien los fundamentales generales dan muestras de solidez y -a su juicio- es una caída que ofrece oportunidades de compra.