Las seis alternativas que tiene Europa si se corta el suministro de gas ruso

9313646738_33ec265ae3
Foto: Beyond coal and gas, Flickr, Creative Commons

La guerra en Ucrania está provocando una escalada de la tensión entre Rusia y Occidente. Las sanciones anunciadas contra el presidente ruso, Vladimir Putin, y la economía de su país podrían desencadenar una crisis energética en el continente debido a la dependencia de Europa del gas ruso. En estos momentos, este escenario no es para nada descartable.

Tal y como explica John Plassard, experto en Inversión en Mirabaud Equity Research, entre las economías más grandes de Europa, Alemania importa alrededor de la mitad de su gas de Rusia, mientras que Francia obtiene solo una cuarta parte, según los últimos datos de la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación de los Reguladores de la Energía.

Noruega es la principal fuente de gas francés, con un 35%. Italia también estaría entre los más afectados, con una dependencia del 46% del gas ruso. El Reino Unido se encuentra en una posición diferente, ya que obtiene la mitad de su suministro de gas de fuentes nacionales e importa principalmente de Noruega y Qatar. España tampoco figura en la lista de principales clientes de Rusia, siendo Argelia y EE.UU. sus principales socios comerciales.

Algunos pequeños países europeos dependen exclusivamente del gas ruso, como Macedonia del Norte, Bosnia y Herzegovina y Moldavia. La dependencia también supera el 90% del suministro de gas en Finlandia y Letonia y el 89% en Serbia.

Pero… ¿existen alternativas al gas ruso? “Por supuesto, existen alternativas al gas ruso, pero son caras, no cumplen los objetivos de CO2, están estancadas o no son lo suficientemente eficientes”, señala Plassard. Y… ¿cuáles serían concretamente esas alternativas?

Recurrir a los países del este

“Varios países que dependen casi por completo de Rusia en materia de energía tienen planes para construir pequeñas terminales de gas natural licuado. Estos incluyen Estonia, Letonia, Lituania y Polonia”, revela el experto.

Recurrir a Chipre

Según Plassard, es posible que Europa eventualmente recurra a una fuente más grande y más cercana. Casi 1.000 millones de metros cúbicos de gas, o poco más de dos años de consumo europeo, se han descubierto en aguas israelíes y chipriotas. Los planes de exportación aún están en las primeras etapas y la inestabilidad en la región no está ayudando, pero los esfuerzos están aumentando para llevar este gas a la UE y convertir a Chipre en un país productor”.

Recurrir al gas de esquisto

También hay esperanzas para el gas de esquisto, que ha sido explotado con cierto éxito en Estados Unidos. “Sin embargo, por razones geológicas, los costos de explotación son más altos que en EE.UU. Políticamente, Francia, Bulgaria y Alemania, donde se ha detenido la exploración, también se oponen por motivos medioambientales”, recuerda el experto de Mirabaud.

Recurrir a las energías alternativas

“En cuanto a las energías alternativas, los esfuerzos hasta la fecha han hecho poco para aumentar la seguridad energética, por lo que esta es una esperanza a medio-largo plazo”, indica.

Recurrir al carbón

El carbón, un gran contaminador, es poco compatible con los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, Plassard recuerda que sigue siendo una fuente de energía muy importante en algunos países, como por ejemplo Alemania.

Recurrir a la energía nuclear

En cuanto a la energía nuclear, el experto señala que el cierre programado de la industria en Alemania ha asestado un duro golpe a las perspectivas de desarrollo de esta energía difícil de clasificar (sin emisiones de CO2, pero es complicado o casi imposible renovar el uranio).