Alan Djanogly, jefe de inversiones y cofundador de IAM
Los inversores empiezan a apreciar los beneficios que conllevan las inversiones alternativas, lo que hace augurar un importante desarrollo de la industria en España en los próximos años. El impulso vendrá de la mano incluso de pequeños inversores que, precisamente ahora, en mercados volátiles, descubren las virtudes de los hedge funds. “En estos momentos es cuando se logra un mejor entendimiento y se pueden apreciar los beneficios que ofrecen estos productos, que generalmente se asocian con un mayor nivel de riesgo cuando en realidad lo que ofrecen es un mejor control del mismo”, afirma Alan Djanogly, responsable de inversiones y cofundador de IAM, gestora británica de hedge funds con 20 años de experiencia y que a principios de este año desembarcó en España.
Lo hizo de la mano de Mariví Lorente, la ex responsable de fondos de inversión libre en N mas 1, con una oficina en Madrid que se une a las que el grupo ya tiene en Estocolmo, Londres y Nueva York, si bien llevan trabajando aquí media década.
Su especialidad, que ocupa el 85% de su negocio, son las cuentas gestionadas a medida, con las que adaptan una cartera de hedge funds a las necesidades particulares de cada cliente, el 65% de los cuales son institucionales y el 35% restante, individuales y family office. “El futuro de los fondos de fondos es crear soluciones personalizadas, crear tus propios portfolios que reflejen las necesidades de cada cliente”, asegura, pues de esta forma se logra minimizar significativamente los conflictos de interés.
Djanogly insiste en la necesidad de explicar a los inversores ese malentendido histórico con respecto a los hedge y hace hincapié en su capacidad de cobertura, su flexibilidad para reducir o aumentar la exposición a los mercados en distintos momentos del tiempo, adaptándose rápidamente a las condiciones cambiantes, y su gestión de la volatilidad, capaz de batir a los índices con un riesgo más bajo. “Para nosotros es clave el control del riesgo y la preservación del capital. Intentamos capturar el potencial alcista en los distintos mercados controlando el riesgo y sobre todo minimizando las caídas, que son las que más afectan al efecto multiplicador de cualquier inversión”, afirma.
Criba que sólo deja al 3% de los gestores
Para ello, a la hora de componer las carteras vigilan activamente, entre otros factores, la transparencia, la liquidez, la concentración, el apalancamiento y la calidad de los gestores de todo el mundo. En IAM tardan seis meses es evaluar a cada uno y determinar si es apropiado, de ahí que hayan evitado todos los escándalos y fraudes de los que han sido objeto en el pasado. “Sólo elegimos a los mejores, pues, de los 600 gestores que vemos al año, nos quedamos con el 3%”.
También por su cautela consideran beneficiosa la oferta UCITS III, por sus mayores parámetros de liquidez y transparencia y control de riesgos y apalancamiento. “Supone la apertura de un nuevo mercado al que mirar y la creación de productos con los que algunos clientes se sentirán más cómodos”, indica. Y por eso tampoco ve como una amenaza la entrada en vigor del nuevo marco regulatorio, que protegerá a los clientes.
Debido a su forma de trabajar, Alan Djanogly también critica el hecho de que se culpe a los hedge funds cuando algo va mal. “Los que tienen los problemas son los bancos, que necesitan más regulación”, afirma, defendiendo que, si los hedge han tenido o tienen fuertes posiciones bajistas, también tuvieron anteriormente exposición alcista y que el movimiento de mercado que pueden hacer es irrelevante.
En cuanto a las estrategias por las que se decanta, opta por Long-Short Equities, L-S Credit y Macro, especialmente por las dos primeras, con una exposición relativamente baja al mercado. Eso sí, para que la última funcione se necesita volatilidad y fuertes tendencias, por lo que hay que ser cauto; de ahí que haga pequeñas apuestas de valor relativo o trading de corto plazo, evitando grandes movimientos como una apuesta masiva por el colapso del euro.