Las tres razones por la que EE. UU. no se despeñará por el precipicio fiscal

Precipicio
Landahlauts, Flickr, Creative Commons

A pesar de que el resultado de las elecciones estadounidenses ha despejado algunos interrogantes, da la sensación de que la volatilidad en los mercados financieros ha aumentado desde la reelección de Obama. Los inversores parecen haber desplazado su atención a las grandes cuestiones económicas que por ahora siguen sin respuesta. La principal: un abismo fiscal que, de producirse, sumiría a la economía americana en recesión. En Franklin Templeton creen que, en última instancia, los 600.000 millones de dólares que configuran el paquete de recortes de gasto y subida de impuestos que se producirán de manera automática a principios de 2013 no se producirá. De hecho, la gestora cree la mayor parte de ese dinero se postergará.

En un artículo publicado por Christopher J. Molumphy, presidente Ejecutivo y director de Inversiones de la entidad, el experto considera que las negociaciones entre demócratas y republicanos sobre este tema serán duras. “No me sorprendería que el acuerdo llegase a producirse el 1 de enero, lo que técnicamente hablando nos sitúa sobre el acantilado”, afirma. Pese a todo, el resultado final será –en su opinión- satisfactorio para los mercados. Esto es: pese a las incertidumbres que se han generado sobre este asunto, habrá acuerdo. Varias razones le llevan a pensar que los políticos finalmente llegarán a un compromiso.

Concretamente, la gestora cita tres. “El primero: la presión ciudadana. El segundo: a ninguno de los dos partidos le interesa no alcanzar un acuerdo. Y, tercero: la discusión pública en estos momentos se centra en el aumento de los impuestos a los ricos, algo que sin embargo representa un porcentaje relativamente pequeño sobre la cantidad total”. Todo ello le induce a Molumphy a ver poco probable que la Cámara de Representantes, con mayoría republicana, no haga nada para evitar el impacto que tendría en la economía la implementación de esa batería de recortes de gasto y subidas de impuestos.

Pero, si de lo que se trata es de reducir el déficit, ¿no tendría sentido que el país asumiese el llamado ‘fiscal cliff’? Según Molumphy, “algunos podrían argumentar que ir hacia el precipicio fiscal puede ser la mejor manera para abordar el déficit de Estados Unidos. Aunque esto puede tener sentido sobre el papel, creemos que en la práctica es poco probable que funcione”. Esto sería así por dos razones. “En primer lugar, porque el impacto total del acantilado implicaría un gran sufrimiento económico. En segundo término, porque este argumento no toma en consideración los efectos indirectos, ya que esto suele provocar cambios (a veces de manera imprevisible) en la conducta de ciudadanos y empresas ante lo que suponen unas tasas impositivas más elevadas”.

La espinosa cuestión del rating

Como resultado de todo ello, el presidente Ejecutivo y director de Inversiones de Franklin Templeton considera que los ingresos tributarios reales que se obtendrían podrían ser muy inferiores a lo inicialmente estimado. “Esto no quiere decir, sin embargo, que el riesgo de una nueva ronda de rebajas en la calificación de la deuda soberana de Estados Unidos haya desaparecido. De hecho, pensamos que el rating de los bonos del Tesoro americano es todavía más importante que el acantilado fiscal. Las agencias se han venido preguntando si el país sería capaz de elaborar un plan creíble a largo plazo para reducir su deuda o seguiría dando patadas adelante a la lata, señala.

“Aunque de ninguna manera creemos que evitar el precipicio fiscal supondría el fin a los problemas del país, en general seguimos mostrándonos razonablemente constructivos sobre la economía, sobre todo si se compara con Europa o Japón. El consumidor americano ha he progresos en la reducción de su endeudamiento, la tasa de desempleo ha seguido cayendo, la salud de las empresas es buena y parece que el mercado inmobiliario ha tocado fondo, por lo que debe seguir mejorando poco a poco”. Pero existen también vientos en contra, entre los que cita el hecho de que muchas compañías hayan pospuesto proyectos de contratación e inversión como resultado de la actual incertidumbre.

El atractivo de la renta fija

En el actual entorno, el experto considera que la renta fija ofrece interesantes oportunidades de inversión, tanto dentro como fuera de Estados Unidos. “Existen regiones y países en una situación fiscal más favorable que han estado emitiendo deuda con elevadas rentabilidades. Creemos que el sector de renta fija corporativa, incluyendo la deuda de lata rentabilidad, crédito bancario y deuda con grado de inversión, continúan mostrando unas valoraciones razonables. Asimismo, los bonos municipales también han resistido bien, ya que muchos municipios han logrado avances en la reducción de costes y la gestión de su deuda”, concluye.