“Los bonos verdes ofrecen una forma interesante de combinar sostenibilidad medioambiental y financiera”

Zaouati
Foto cedida

La demanda mundial de energía se ha duplicado en los últimos 40 años por la influencia de tres factores fundamentales: el crecimiento de la población –que podría alcanzar los 9.600 millones en 2050–, la tendencia de urbanización –se estima que en 2050 el 70% de la población mundial vivirá en ciudades– y la rápida expansión de la clase media en los mercados emergentes –que podría llegar a los 3.000 millones de personas en 2030.

Aunque no hay duda de que el progreso económico abre muchas oportunidades y resulta, por lo general, positivo, la otra cara es el impacto medioambiental: el incremento de la demanda energética está provocando mayores niveles de emisiones de carbono que podrían traducirse en un aumento de la temperatura media del planeta en 2º C en 2035 en el escenario más favorable.

“Es evidente que hace falta un cambio”, afirma Philippe Zaouati, director general de Mirova, la división de Natixis Asset Management especializada en inversión socialmente responsable (ISR) desde hace más de tres décadas, “y ese cambio requiere inversión y una implicación mucho mayor por parte del sector privado”. Zaouati estima que frenar el calentamiento global requeriría invertir unos 147.000 millones de euros al año en energías renovables y unos 336.000 millones de euros al año para mejorar la eficiencia energética de edificios, medios de transporte, infraestructuras, etc.

Los bonos verdes combinan medioambiente y rentabilidad

“Los bonos verdes ofrecen una forma innovadora de combinar estos retos medioambientales con rentabilidades de mercado”. Zaouati, que participó en la tercera conferencia sobre pensiones españolas organizada por Kessler & Casadevall AF, cree que no se trata de un producto de nicho: “Estos instrumentos constituyen una buena idea de inversión para fondos de pensiones, ya que les permiten integrar los criterios ASG (ambientales, sociales y de buen gobierno) en la cartera y cumplir con sus obligaciones a corto y largo plazo sin comprometer unas rentabilidades sostenibles en el largo plazo”.

El experto señala además que este tipo de inversiones se pueden convertir en una buena herramienta para comunicar el papel que desempeñan los fondos de pensiones en la construcción de un futuro sostenible.

Crecimiento imparable

Los bonos verdes son un tipo de instrumento financiero relativamente nuevo –el mercado no empezó a ser realmente líquido hasta 2012− que vincula la emisión de un bono a inversiones beneficiosas para el medioambiente como, por ejemplo, la construcción de un parque eólico o de fábricas menos contaminantes. Como destaca Zaouati, una de las características de los bonos verdes es que se usan para financiar proyectos concretos, “lo que permite que los inversores sepan en qué están invirtiendo”. Además, los emisores están obligados a informar del avance del proyecto durante toda la vida del mismo.

En los seis primeros meses de 2014, los bonos verdes captaron activos por valor de más de 20.000 millones de euros –más de lo que captaron en todo 2013– y se espera que alcancen los 50.000 millones a final de año. Aunque se trata aún de un mercado muy pequeño en comparación con el mercado mundial de bonos, su crecimiento está siendo impresionante.

Según los datos de la firma de análisis Climate Bonds Initiative, todos los bonos verdes son grado de inversión, en muchos casos la demanda duplica o incluso triplica la oferta y, de las emisiones realizadas en 2014, la mitad han sido corporativas, todo un cambio con respecto al año pasado, cuando la mayoría de los bonos verdes fueron emitidos por agencias internacionales como el Banco Mundial. “No solo existe ahora una mayor diversidad en cuanto a los emisores”, apunta Zaouati, “sino que también hay disponibles un abanico más amplio de calificaciones crediticias y divisas, sin olvidar que la tendencia hacia emisiones más grandes está mejorando la liquidez”.

Mirova invierte cerca del 20% de la cartera del Mirova Funds Euro Sustainable Aggregate en la parte más líquida del mercado de bonos verdes. La firma tiene previsto lanzar y registrar en España un nuevo fondo que invierte el 100% de la cartera en bonos verdes.