“Los contratos de prenda y depósito de garantía alcanzan cada vez una mayor popularidad”

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Albert M. Dorca, Flickr, Creative Commons

La situación económica actual ha transformado radicalmente el modo en que las empresas afrontan sus necesidades financieras. Los marcos regulatorios y normativos más estrictos introducidos en el sector bancario probablemente generen un aumento del número de empresas que se financian a través de emisiones de bonos corporativos. “Esto incluso podría suceder en mercados como Italia, un país históricamente reticente a utilizar este tipo de instrumento”, aseguran desde BNP Paribas Securities Services en un artículo publicado en su Panorama Newsletter.

“Al mismo tiempo, y mientras los mercados no estén preparados para cambiar y optar por los bonos corporativos en vez de préstamos, los bancos están solicitando cada vez más medidas que les permitan minimizar los riesgos vinculados a los préstamos concedidos a sus clientes. Una de las medidas más frecuente es el registro de un colateral, materializado mediante un contrato de prenda o de depósito de garantía”, afirma la entidad. En este sentido, la firma explica que los contratos de prenda o de depósito de garantía son instrumentos jurídicos en virtud de los cuales un activo se entrega a una entidad externa de confianza para que los custodie hasta que se produzca una contingencia o se cumpla una condición previamente definida en el contrato.

Según apunta BNP Paribas Securities Services, los contratos de prenda o de depósito de garantía se emplean en una gran variedad de transacciones, como por ejemplo fusiones y adquisiciones, así como en operaciones de financiación de proyectos. Los mismos valores que son objeto de la operación se convierten en la garantía prendada de los contratos de prenda o de depósito de garantía. “La elección de una entidad externa que actúe como depositario puede garantizar la neutralidad de los controles, lo cual asegura los intereses tanto del prestamista como del prestatario”, indican.