Está claro que 2013 no ha sido un buen año para la renta variable emergente. Las principales bolsas de los países en vías de desarrollo han mostrado mucha debilidad consecuencia directa, por un lado, del nerviosismo de los inversores sobre las consecuencias que podría acarrear un aterrizaje brusco de la economía china y, por el otro, de la difícil situación macroeconómica y social que se vive en algunos países de mucho peso en el mundo emergente, como Brasil o Turquía. La Bolsa china cerró el año pasado con una caída del 6,75%, la rusa bajó un 5,5% y la brasileña se despeñó un 15,5%, lo que le convirtió en el segundo peor mercado a nivel mundial, solo por detrás de Perú (-23,6%).
Este es un artículo exclusivo para los usuarios registrados de FundsPeople. Si ya estás registrado, accede desde el botón Login. Si aún no tienes cuenta, te invitamos a registrarte y disfrutar de todo el universo que ofrece FundsPeople.