Los fondos de terceros ya solo suponen el 25% de los productos incluidos en los servicios de gestión discrecional

Procsilas_Moscas
Foto: Procsilas Moscas, flickr, Creative Commons

En enero de 2023 se cumplen cinco años desde que entró en vigor la Directiva MiFID II. En España, su llegada supuso una transformación radical de la industria de la inversión colectiva. Ante las limitaciones que traía consigo la directiva en cuanto al cobro de comisiones de retrocesión, se optó por pasar de un modelo de comercialización a otro de asesoramiento donde sí estaban permitidas. Y en ese modelo de asesoramiento ha habido un servicio que ha sido el gran protagonista: la gestión discrecional de carteras.

Tanto que según los últimos datos publicados por Inverco al cierre de junio de 2022, el patrimonio canalizado en los servicios de gestión discrecional de carteras asciende a 109.000 millones de euros, lo que supone el al 29,2% del total de los activos bajo gestión . La cifra en 2018, el primer año de implementación de MiFID II, era de 63.000 millones de euros.

Sin embargo, ese crecimiento de patrimonio ha ido cada vez más acompañado de fondos que las propias gestoras colocan en sus servicios de gestión de discrecional que de productos de firmas externas. En concreto, si en 2018 el porcentaje de fondos de terceros en las carteras discrecionales era del 41%, ahora esa cifra es de apenas el 25%. Por el contrario, los fondos propios han pasado del 58% que suponían en 2018 al 75% actual en una evolución que ha sido constante en los últimos años como se puede ver en el gráfico inferior.

Evolución gestión discrecional en España

AñoActivos bajo gestión (en millones de euros)Fondos de terceras gestorasFondos de la propia gestora (incluye IIC nacionales y extranjeras de la propia gestora)
2022*109.00025%75,25%
2021110.00026,79%73,21%
202086.00036%64%
201977.22136%63,60%
201866.80641,10%58,90%
Fuente: elaboración propia con datos de Inverco. * datos a junio de 2022

"Cada vez se produce más rebalanceo en las carteras discrecionales, que sacan fondos de terceros para incluir los de la propia gestora" explica una fuente del sector. Al fin y al cabo, según explicaba Paula Mercado, una gran experta de la industria hace unos meses, "la comisión explícita por la gestión de la cartera discrecional incrementa la predictibilidad de los ingresos, ya que no dependen de los vaivenes del mercado y, en algunos casos, las entidades pueden incluir en estas carteras fondos de su propia gestora, sumándose las comisiones". Y en este 2022 vaivenes de mercado está habiendo unos cuantos.

De ahí que sea el servicio al que las grandes entidades seguirán encomendando su crecimiento en los próximos meses, según confirmaron en un reciente encuentro del sector.

Más inversores que ahorradores

No es casualidad  por tanto que en la lista de los fondos más vendidos del año figuren en las primeras posiciones productos creados específicamente para las carteras discrecionales de las grandes entidades financieras. Que a su vez son también las que concentran el grueso de las suscripciones.

Por el contrario, al cierre de junio (últimos datos disponibles según Inverco) las IIC extranjeras acumulaban reembolsos netos por valor de 2.800 millones de euros.

En todo caso,  detrás del auge de la gestión discrecional está una de las razones por las la industria de fondos españoles es de las pocas de Europa que aguanta el envite de 2022 con más suscripciones que reembolsos, tal como explicábamos en este artículo publicado en el número de octubre de la revista FundsPeople.

Al fin y al cabo, con la gestión discrecional y el asesoramiento que ella implica se consigue esa transformación de ahorrador a inversor que tanto reclama el sector y que ha permitido que la situación hoy sea muy diferente de las vista en anteriores crisis como la provocada por el COVID-19 o la crisis financiera de 2008.

Si antes, la reacción ante una crisis de mercado era a de vender, ahora es la de traspasar patrimonio de una estrategia a otra ya que el que toma las decisiones ya no es tanto el inversor final sino el asesor con el que tiene contratada su cartera. Y esto permite que el dinero permanezca en el circuito “fondo”.