“Los fundamentales que presenta el high yield son los mejores que he visto en mi vida”

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Joel Filipe (Unsplash)

Gestionar un producto que sea capaz de combinar las oportunidades de inversión que se presentan en el mercado de renta fija a través de un proceso de asignación flexible, en el que la liquidez y el high yield desempeñan un papel muy importante. Esta es la estrategia que Bill Eigen, responsable del equipo de rentabilidad absoluta de renta fija de J.P.Morgan Asset Management, sigue en el J.P.Morgan Income Opportunity, fondo que gestiona y que, según destacan desde la firma americana, se encuentra entre los más demandados por los inversores el año pasado.

 

Para conseguir la rentabilidad del 24% cosechada por el fondo a lo largo de los últimos tres años, Eigen asegura haberlo logrado gracias al dinamismo con el que se ha movido una cartera que, en ocasiones, ha llegado a estar posicionada en liquidez en hasta un 90%. “Cuando no existen oportunidades interesantes de inversión, el mejor retorno absoluto es mantenerse fuera del mercado y posicionarse en liquidez, como ocurrió en el verano de 2007”, señala. Actualmente, el porcentaje que el gestor reserva para este segmento está ligeramente por debajo del 30%, el nivel más bajo desde su lanzamiento.

 

Y es que, el mercado de high yield, la otra pata sobre la que se apoya la estrategia del fondo y a la que Eigen dedica actualmente el 58% de la cartera, presenta actualmente atractivas oportunidades que este gestor no está dispuesto a desaprovechar. “Los fundamentales de los que disfrutan esta clase de activos son los mejores que he visto a lo largo de mi carrera”, afirma con rotundidad. Lo demuestra, en su opinión, el hecho de que los spreads se muevan actualmente en torno a los 850 puntos básicos, cuando en términos históricos siempre han estado por debajo de 600, así como el que la tasa de defaults se sitúe en el 1,8%, tres puntos por debajo de la media histórica.

 

Las proyecciones para este año son, según explica el gestor, aún más favorables. Tan es así que la tasa de default podría seguir contrayéndose en 2012 hasta niveles próximos al 1,5%, según sus estimaciones. En su opinión, a esto ha ayudado claramente las operaciones de refinanciación a largo plazo aprobadas por el BCE, iniciativas que además de tranquilizar a los mercados han contribuido a reducir significativamente el riesgo. “Todo esto sumado hace definitivamente mucho más atractiva la inversión en productos que apuesten por esta clase de activos”, afirma.

 

En este sentido, a Eigen le gusta tanto el high yield estadounidense como el europeo, si bien muestra una mayor predilección por el americano al ser un mercado de mayor liquidez. “El tamaño es una cuestión importante cuando hablamos de high yield”, señala. Asimismo, su interés por la renta fija privada también pasa por apostar por bonos con grado de inversión y crédito hipotecario, aunque la parte de la cartera que reserva para ambas categorías es prácticamente residual, al quedar establecida en torno al 1% y al 4%, respectivamente. El resto de activos que incluye en la cartera cuentan con una ponderación incluso por debajo del 1%.

 

La aproximación que el equipo gestor realiza al mercado y la composición del fondo viene condicionada según sea el precio del activo en función del escenario. Los resultados parecen avalar esta estrategia. El fondo ha logrado ofrecer desde su constitución una rentabilidad media anualizada del 5,42%, triplicando el comportamiento del mercado monetario en el mismo periodo (1,71%). El año estelar fue 2009, cuando el rendimiento del fondo alcanzó el 16,4%. Todo ello con una volatilidad muy reducida, que desde su lanzamiento se sitúa en torno al 3,8%.

 

“Hoy en día es más importante que nunca mirar a fondos de retorno absoluto de este tipo”, asegura el gestor. Y es que, en su opinión, las pírricas rentabilidades que arrojan los bonos del Tesoro de Estados Unidos desaconsejan la inversión en este tipo de activos, sobre todo teniendo en cuenta que los retornos están por debajo de la inflación. En este sentido, Eigen considera que la inflación americana podría supear el 2% que se ha fijado como objetivo la Reserva Federal. “Con la autoridad monetaria imprimiendo dinero, los precios podrían escalar hasta la horquilla comprendida entre el 3% y el 5%”, según sus previsiones.