Los ganadores y perdedores en el mundo emergente que ha dejado atrás el primer trimestre

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pasukaru76, Flickr, Creative Commons

Una subida cada vez más cercana en el tiempo de los tipos de interés en EE.UU., más la caída de las materias primas, más el QE en Europa, más riesgos particulares de cada país, igual a caída del sentimiento inversor y apreciación del dólar, lo que da como resultado una gran debilidad en los tipos de cambio de las divisas emergentes. Este es a priori el análisis sobre la evolución de las distintas clases de activo en el mundo emergente entre enero y marzo de Jackie Lafferty, analista de Loomis Sayles (gestora asociada a Natixis Global AM). Lafferty matiza que, a pesar de estas malas noticias, en términos generales se comportaron bien tanto la deuda corporativa emergente como la soberana, registrando ambas un saldo positivo en el primer trimestre. 

La analista considera que existen tres grandes garantías para el buen comportamiento de la deuda emergente denominada en divisa fuerte, y las tres tienen que ver con los bancos centrales. Por un lado, observa que, en EE.UU., “la política acomodaticia de la Reserva Federal ha seguido constructiva con los emergentes, con la señalización de los comentarios de Yellen en marzo hacia un endurecimiento gradual de la política que, a su vez, ha animado a los inversores a tomar riesgos”. Por otra parte, constata que en Europa “el agresivo programa QE de compra de bonos del BCE ha empujado los tipos de la eurozona a la baja, incrementando el atractivo de la deuda emergente”. En último lugar, la experta observa que el entorno actual de baja inflación, precios bajos del petróleo y crecimiento lento ha sido de ayuda para la deuda corporativa, al haber optado muchos bancos centrales del mundo emergente por recortar tipos o retrasar su subida. 

A continuación, Lafferty repasa los activos con mejor y peor comportamiento en el trimestre dentro de las divisas, la renta fija soberana denominada en dólares, la renta corporativa en dólares y la renta variable. 

Divisas

La analista comienza su comentario indicando que el índice JP Morgan GBI-EM Global Diversified cedió un 3,96% en el primer trimestre. El componente de divisa del indicador fue lo que contribuyó en un 6,33% a las pérdidas, contrarrestando a las ganancias de los bonos en divisa local. La divisa con mejor comportamiento fue el rublo ruso, que experimentó una fuerte subida del 15,52%. La analista observa que generó un retorno del 4,38% en el periodo estudiado, mientras que los bonos rusos denominados en rublos avanzaron casi un 12%. La experta atribuye esta recuperación a una combinación de los siguientes factores: estabilización de los precios del petróleo, menores tensiones geopolíticas con respecto al conflicto con Ucrania y un mercado excesivamente castigado por las ventas. 

En cambio, las dos divisas que más sufrieron fueron el real brasileño, con una caída del 17%, y la lira turca, que perdió un 10,11%. En el caso de la primera, Lafferty considera que el desplome contribuyó a “incrementar la falta de confianza en la implicación de la administración de Rousseff en el escándalo de corrupción de Petrobras, junto con una economía estancada”. Respecto a la lira, la experta considera que la caída ha sido un reflejo de las preocupaciones en torno a la autonomía del banco central de Turquía, que ha sufrido presiones políticas del presidente del país, Recep Erdogan. 

Deuda soberana denominada en dólares

En este caso, el índice de referencia – el JP Morgan Emerging Markets Bond Index Global (EMBIG)- terminó el trimestre con una subida del 2,06%. “Continuamos viendo una divergencia de los retornos entre los segmentos con grado de inversión y high yield”, hace notar Lafferty: el componente de mayor calidad del índice generó un retorno del 2,72%, mientras que el high yield solo generó un 0,24%. Atribuye esta diferencia a la caída de los tipos en EE.UU. durante el periodo estudiado, lo que ha favorecido a la deuda de mayor calidad y mayor duración. 

Rusia también vuelve a situarse a la cabeza de este apartado, al haber generado un retorno del 11,21% después de haber sufrido un recorte de rating a finales de 2014. El mejor tono de las conversaciones de paz con Ucrania y la estabilización de los precios de la energía también tuvieron una influencia positive sobre la deuda rusa denominada en dólares. 

Otra nación cuya deuda extranjera ha registrado buen comportamiento es Nigeria, con un retorno trimestral del 2,85%. “Aunque las preocupaciones en torno a la estabilidad política y los precios del petróleo siguen estresando al Mercado, los bonos nigerianos se recuperaron despés de las elecciones presidenciales, que marcaron la primera transición pacífica del poder desde un oficial elegido a otro por primera vez en la historia del país”, comenta Lafferty al respecto. 

En cambio, la otra cara de la moneda ha sido precisamente Ucrania: su deuda retrocedió un 29,7% en el periodo estudiado, algo que la representante de Loomis Sayles atribuye a la preocupación de los inversores en torno al plan del país para reestructurar su deuda. 

Deuda corporativa denominada en dólares

El índice de referencia para medir la evolución de esta clase de active es el JP Morgan Corporate Emerging Bond Index (CEMBI), que subió un 2,36% trimestral pero en el que, a diferencia del EMBIG,  contribuyeron a la performance tanto los components de high yield como grado de inversion. Y sí, Rusia hace “triplete”: los bonos emitidos por compañías rusas en dólares generaron un 12,41%. “Aunque los economistas temen que la economía de Rusia entre en recesión debido a los bajos precious del petróleo y a las sanciones, las atractivas valoraciones y los bajos niveles de deuda respecto al nuevo rating del país espolearon la demanda”, comenta Lafferty. Los sectores que más contribuyeron a la rentabilidad fueron las compañías mineras y del metal. 

Renta variable

Las tendencias han sido un tanto distintas en territorio bursátil, aunque el índice general – el MSCI Emerging Markets- generó un retorno similar al de los indicadores de deuda, un 2,22%. China ha sido el mercado con mejor comportamiento, ya que el índice de la Bolsa de Shanghai generó un 15,99% en dólares. En este apartado, la analista resalta que a pesar de que las perspectivas de crecimiento del país siguen siendo motive de preocupación, en cambio “los inversores locales que confían en los estímulos del gobierno para conseguir sus objetivos continúan vertiendo dinero en el sistema”. 

¿Qué esperar para el resto del año?

Para Lafferty, la gran idea que los inversores no deben olvidar si quieren continuar presentes en mercados emergentes es la diferenciación entre estos mercados, que va a estar causada por la diferente sensibilidad a las políticas de la Fed, al fortalecimiento del dólar y a la evolución del precio del crudo. La experta se despide con un consejo adicional: “Mantenga en mente que que las tendencias en emergentes pueden cambiar rápidamente, los temas pueden revertirse y que los perdedores de ayer pueden ser los ganadores del mañana”. Que se lo digan a Rusia.