Los inversores españoles aceptan el desafío y dicen sí a asumir un mayor riesgo en sus carteras

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Ernesto Lago, flickr, creative commons

El optimismo se extiende en 2015 entre los inversores españoles, que piensan que el mercado bursátil nacional vivirá un buen año. Así lo revela la Encuesta Global de Sentimiento Inversor de Franklin Templeton recoge este año un aumento del 15% en el número de inversores que albergan expectativas positivas. En la actualidad, tres de cada cuatro piensan que la bolsa nacional subirá este año, un porcentaje que crece con relación al año pasado y se sitúa por encima de la media mundial (58%). España se sitúa entre los países europeos con más expectativas al alza en el parqué, sólo superada por Grecia e Italia. Con estas perspectivas, los inversores españoles vuelven a concentrar sus esfuerzos en el mercado nacional. El número de personas con más del 50% de sus activos en los mercados españoles se incrementa del 34% del año pasado al 41% en 2015.

Esto, en sí mismo, tiene un peligro: el riesgo que entraña dejarse llevar por este sentimiento optimista general si no existe detrás una sólida comprensión del funcionamiento de los mercados. Así lo cree Ramón Pereira, director general de Franklin Templeton en España, quien considera que “hoy más que nunca es importante saber cuál es el valor subyacente de las empresas, sectores y países porque es posible que afrontemos alguna turbulencia en el futuro”. La tendencia al optimismo se extiende incluso a la valoración del año anterior. En este sentido, el 60% de los inversores españoles piensa que 2014 fue un buen año, por encima del 52% que tenía esa opinión del 2013. Las encuestas del MSCI revelan que las percepciones de los inversores a menudo divergen de la realidad, ya que el año pasado solo un 35% de los mercados experimentaron un comportamiento positivo.

Las valoraciones del mercado se han beneficiado de los primeros resultados de las reformas acometidas en España, que han llevado a un repunte del crecimiento del empleo, el consumo público y las exportaciones. Pero no todo es positivo, ya que en el capítulo de principales amenazas para la economía, el 43% de los encuestados mencionan el todavía elevado nivel de paro, el estado de la economía mundial (41%) y la crisis de deuda de la zona euro (41%). Por segundo año consecutivo la bolsa se sitúa como el mercado más valorado por los inversores. El 64% de los encuestados españoles considera que las acciones serán la clase de activo más rentable en 2015, un porcentaje muy similar al de los que creen que es la alternativa más rentable a diez años vista. En consecuencia, el 41% piensa aumentar su asignación a esta clase de activo. A la hora de elegir gestora, nueve de cada diez piensan que la experiencia es un factor clave a tener en cuenta.

En términos generales, el número de personas dispuestas a correr más riesgos aumenta respecto al año pasado. En la actualidad, el porcentaje de los que apuestan por asumir más riesgos crece de forma decidida hasta el 45%, una proporción que casi duplica el nivel del resto de países comunitarios. Tras dos años de optimismo en aumento, los inversores que asumirán más riesgo ya se sitúan al mismo nivel que los conservadores. Pese a que las acciones poseen claramente el mejor potencial de retorno a corto y largo plazo, esta clase de activo cuenta con el perfil de mayor riesgo para ambos horizontes temporales. Solo las materias primas no metálicas superan en este aspecto a la renta variable. La percepción de riesgo sube este año en el euro y otras divisas, mientras que las cuentas de ahorro, los depósitos a plazo fijo y las cuentas del mercado monetario experimentan una rebaja muy parecida a la del inmobiliario.

A este respecto, aunque bastante por debajo de la preferencia por la renta variable, es destacable el aumento de confianza que registra el sector inmobiliario, cuya rentabilidad esperada se dispara. También es muy llamativa la rebaja de diez puntos en la percepción de riesgo de los inmuebles, que bajan a la quinta posición en esta lista. La planificación para la jubilación es el principal motor de la inversión para el 51% de los españoles. En muchos casos se busca complementar la pensión estatal a través de pólizas de seguros y fondos de pensiones o de inversión. También es destacable el incremento de la inversión directa en acciones y bonos. En lo más alto de la lista de objetivos de inversión se situaron también la planificación de vacaciones y la adquisición de una nueva vivienda. Aunque las emergencias ocuparon un lugar mucho más bajo en la lista, casi dos quintos de los inversores las señalaron como uno de sus tres objetivos centrales.