Los prejuicios que más se repiten (y que hay que evitar) a la hora de invertir

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Los inversores deben centrarse en los sesgos que tienen más probabilidades de influir en sus decisiones de inversión, y en los que se apoyan en pruebas sólidas. Hemos desarrollado una lista para reducir los errores en los comportamientos clave que afectan a nuestras decisiones de inversión y la hemos denominado ESPEJOS (MIRRORS).  Esta lista enumera las preguntas clave que el inversor debe hacerse antes de tomar una decisión de inversión.

1. Aversión miope a la pérdida

Somos más sensibles a las pérdidas que a las ganancias y estamos demasiado influenciados por consideraciones a corto plazo.

La aversión miope a las pérdidas  se ve acrecentada cuando nos centramos en el rendimiento a corto plazo. Revisamos nuestras carteras con frecuencia, incluso aunque tengamos un horizonte de inversión a largo plazo. Según un estudio, los inversores que recibían información de forma frecuente asumían un nivel menor de riesgo y ganaban menos dinero. Tomar decisiones de inversión de forma frecuente empeora las decisiones tomadas.

2. Integración

Buscamos integrarnos en el comportamiento del grupo. Prueba de ello es nuestra propensión a basar nuestras decisiones según el comportamiento de los demás. Este es uno de los seis principios de persuasión esbozados por el psicólogo Robert Cialdini en su emblemática obra, Influence. No hay mejor escenario para ayudarnos a entender la mentalidad de rebaño que los mercados financieros. Nuestro deseo de seguir lo que otros están haciendo es un fuerte motor de comportamiento. Cuanto más personas vemos haciendo lo mismo, más creemos que es lo correcto.

Charles Mackay documentó el impacto negativo de la psicología de multitudes en Extraordinary Popular Delusions and the Madness of Crowds (Delirios populares extraordinarios y la locura de las multitudes), publicado en 1841. Las lecciones aprendidas al estudiar eventos como Tulipomanía (1636 - 1637) y La Burbuja del Mar del Sur (1720) siguen siendo relevantes hoy. Nuestro deseo de seguir al rebaño juega un papel clave para alimentar las burbujas financieras y las caídas. También es un elemento crucial para el éxito de los fraudes financieros.

"Nuestro deseo de seguir lo que otros están haciendo es un fuerte motor del comportamiento. Desempeña un papel clave en la creación de burbujas financieras y de caídas en los mercados".

3. Cercanía en el tiempo

El sesgo de cercanía en el tiempo viene definido por nuestra tendencia a centrarnos en los acontecimientos que han ocurrido en el pasado más cercano y a exagerar su importancia para determinar los resultados futuros. Como inversores, tendemos a asumir que la rentabilidad futura será una continuación de la tendencia reciente. Somos positivos con las cotizaciones bursátiles cercanas a los máximos de mercado y reticentes a invertir en los mínimos. Nuestras decisiones están influenciadas por los titulares de las noticias más recientes, incluso cuando se trata de tomar decisiones a largo plazo.

Cuando se le preguntó qué se aprendería de la crisis financiera mundial  el veterano gestor de fondos Jeremy Grantham comentó: "Aprenderemos muchísimo a corto plazo, bastante a medio y absolutamente nada a largo plazo ".

4.Percepción del riesgo

Somos malos a la hora de juzgar el riesgo de los eventos que tienen poca probabilidad de ocurrir. Sobreestimamos las probabilidades de ganar la lotería. Cuando se apuesta a las carreras de caballos, la apuesta larga es 'overbet' y la favorita es 'underbet'. Sin embargo, tampoco prestamos atención a  ciertos riesgos que tienen baja probabilidad de ocurrir, como no asegurarnos contra catástrofes como inundaciones y terremotos.

Hacemos gala de lo que puede denominarse como 'negligencia de la probabilidad'. Nuestras decisiones se ven afectadas por la facilidad con la que se nos ocurre un ejemplo. Dejamos que las emociones prevalezcan sobre el análisis cuando evaluamos la probabilidad de que se produzca un acontecimiento.

Este comportamiento es evidente cuando se producen fuertes caídas del mercado. Los inversores se vuelven más reacios al riesgo, a pesar de que las valoraciones más baratas mejoran los rendimientos esperados a largo plazo. La carga emocional de las pérdidas - y la reciente experiencia de pérdidas severas – se sobrepone al pensamiento racional a largo plazo. Del mismo modo, los mercados al alza llevan a los inversores a subestimar o ignorar la probabilidad de pérdidas significativas.

5. Exceso de confianza

El exceso de confianza se da muy a menudo. La gran mayoría de las personas creen que son mejores conductores que la media. Profundizando más, vemos que existen tres tipos distintos de exceso de confianza (sobrestimación de nuestro propio nivel de rendimiento, creernos mejores que los otros y creer que sabemos la respuesta correcta).

El exceso de confianza puede crear problemas muy costosos para los inversores, como el de provocar una diversificación insuficiente de la cartera o un exceso de operaciones de trading. Tomamos decisiones basadas en pronósticos de datos económicos, políticos y de mercados a pesar de la dificultad que existe para predecir el futuro. Nuestra confianza puede tentarnos a operar a corto plazo, a pesar del desafío que supone anticiparse a los movimientos en mercados volátiles y a menudo aleatorios. Es importante ser humilde cuando se toman decisiones de inversión.

6. Resultados

 Nos centramos en los resultados finales cuando valoramos la calidad de una decisión. El sesgo que se refiere a los resultados se traduce en nuestra propensión a juzgar una decisión por su resultado final en lugar de por la calidad de la decisión. Si apostase mis ahorros de toda la vida en una partida de póker, pensaría que es una mala decisión, independientemente del resultado. Sin embargo, el resultado cambia nuestra opinión. Si finalmente me arruinase, hubiese sido una decisión imprudente. Si acabara el juego con una fortuna, me alabarían por mis habilidades en la mesa de póker.

Este enfoque en los resultados supone un problema para los inversores porque los mercados financieros son intrínsecamente aleatorios (al menos en el corto plazo). Las decisiones astutas pueden provocar malos resultados. El aumento de nuestra asignación a renta variable después de un período de debilidad probablemente sea una decisión sensata. Las valoraciones serán más bajas y, por lo tanto, los rendimientos esperados a largo plazo serán más altos, en igualdad de condiciones. Sin embargo, el resultado más reciente hace que tendemos a centrarnos en el hecho de que las cotizaciones pueden seguir cayendo. Esto puede hacer que la decisión sensata de aumentar la exposición a renta variable parezca injustamente imprudente.

7. Historia   

Las historias persuasivas consiguen convencernos. La narrativa es clave para la forma en la que entendemos el mundo. Esto es cierto en todas las culturas y en todas las generaciones. Las argumentaciones convincentes son particularmente importantes en áreas de alta complejidad como los mercados financieros.

Utilizamos historias para tratar de explicar y simplificar la aleatoriedad de los mercados. También son el sello distintivo de las manías y los pánicos. Ninguna burbuja de inversión ha ocurrido sin el viento de cola de una historia cautivadora. Incluso los inversores profesionales confían en las historias para tomar decisiones de inversión

Incluso los inversores que utilizan sistemas automatizados para gestionar sus carteras son susceptibles al poder de las historias. Sus modelos incorporan supuestos subyacentes sobre el funcionamiento de los mercados. Asumen que el futuro se parecerá mucho al pasado. Los inversores deben darse cuenta de que sus modelos son simplemente un modelo, no el modelo.