Matthew Vaight, gestor del M&G Global Emerging Markets, explica que los mercados en desarrollo ofrecen un buen punto de entrada para los inversores contrarian. "Pocas veces en la historia el valor contable de estas empresas ha estado tan bajo".
Matthew Vaight, gestor para M&G Investments del fondo M&G Global Emerging Markets Fund, ha sido el último de una larga lista de inversores especializados en países en vías de desarrollo que ha tratado de poner en contexto y relativizar el negativo comportamiento que han experimentado algunos de estos mercados en el último año. Vaight afirma que él y su equipo de inversión están detectando que, mientras que tanto las expectativas de beneficios como el flujo de capitales de los mercados desarrollados son similares a los que presentan los países en vías de desarrollo, en cambio los mercados emergentes han superado en rentabilidad a los industrializados a pesar del pesimismo.
"Actualmente hay un malestar general que domina los mercados emergentes, pero mirando de cerca los fundamentales no creemos que esté justificado”, afirma Vaight. El gestor, que invierte con una filosofía contrarian, cree que hay una oportunidad de inversión porque constata que “los mercados están dispuestos a poner valoraciones muy altas en firmas locales conocidas y están ignorando los emergentes. Cree que las acciones emergentes están mostrando signos de estabilización y ve buenas oportunidades como consecuencia de ello. “Si se combinan esta rentabilidad en la tabla de renta variable con la mejora del ratio precio/valor en libros, se puede apreciar una revalorización de los valores del mercado desarrollado que llega a ser dos veces su valor en libros, mientras que en el caso de los mercados emergentes la cifra es de 1,5 veces”, explica el experto, que señala que pocas veces ha estado tan bajo el valor contable de las empresas emergentes en la historia.
“Creemos que el sentimiento actual es demasiado pesimista y que se está interponiendo en el camino de la gente que realmente se está fijando en los fundamentales”, continúa el gestor. Pone como ejemplo Rusia, que como consecuencia del conflicto en Ucrania ha sido el foco de muchos titulares negativos, y esto ha llevado a los inversores a vender sin distinguir entre empresas mal gestionadas y las bien gestionadas... lo que, otra vez, es un buen punto de entrada para los inversores contrarian con estilo value, ya que Vaight considera que “algunas de las empresas rusas mejor gestionadas tienen valor desde un punto de vista fundamental”.
“Hay valor en los mercados emergentes, pero hay que encontrar los países, los sectores y, lo más importante, las compañías y los equipos de gestión que se desea respaldar”.
El gestor tiene una visión negativa sobre las compañías del sector de productos básicos de consumo, pues considera que se han puesto caras. En cambio, afirma haber aumentado “drásticamente” las posiciones dentro de la cartera del fondo de los valores del segmento de consumo discrecional y del sector financiero.
Novedades desde Grecia
Los expertos de M&G también tienen palabras para otro emergente. Recientemente, Grecia ha vuelto al mercado de deuda, con la emisión de bonos con vencimiento a cinco años con un rendimiento del 5%. Mike Ridell, gestor del equipo de renta fija de M&G, contrapone dos puntos de vista: por un lado, esta emisión puede significar el punto final a la crisis de la deuda soberana en Europa. Por otro lado, se puede interpretar como un signo más de la promesa de liquidez ilimitada que han esgrimido los bancos centrales para solucionar la crisis, “empujando a los inversores a ignorar los riesgos en búsqueda de rentabilidad”.
“Aquellos que están comprando la nueva emisión de Grecia no dudarán en enarbolar el superávit primario de Grecia como razón principal, pero mientras que el vuelco de la economía helena es impresionante, no significa nada que las previsiones del FMI para la ratio de deuda sobre PIB terminará en 2015 en el 170%, y eso está basado otra vez en lo que parecen ser asunciones sobre crecimiento heroicas”, asevera el experto. La opinión de Ridell es que “la liquidez no es sustituta de la solvencia y no creo que Grecia sea solvente, lo que hace a la nueva emisión fácil de evitar”.