M&G Investments: ¿En manos de quién está la deuda pública?

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buscosocio (Flickr Creative Commons)

El Fondo Monetario Internacional publicó recientemente un informe titulado “Government Bonds and Their Investors: What are the Facts and Do They Matter?”, que analiza si el cambio en la base de inversores de la deuda pública en los últimos años ha tenido un impacto en las rentabilidades. Anthony Doyle, director de Inversiones en Renta Fija para M&G Investments, destaca una de las tendencias clave desde el estallido de la crisis: el cambio de manos de la deuda pública desde inversores extranjeros a inversores nacionales. Algo debido en parte a las políticas de relajación monetaria de los bancos centrales, que les ha llevado a comprar deuda pública.

Doyle destaca el hecho, mencionado en el informe, de que el incremento de participación en el activo de inversores no residentes se asocia con menores rentabilidades. Así, según el estudio, un movimiento de mayor o menor peso de 10 puntos porcentuales de la participación de los inversores no residentes sobre el total de la deuda pública está asociado con una reducción o subida de las rentabilidades de la deuda pública de entre 32 y 43 puntos básicos, con un efecto de 66 puntos básicos para los países de la eurozona. Con esta idea, Doyle analiza la proporción de inversores foráneos en la renta fija gubernamental de varios países.

En el caso de Australia, M&G Investmentes ya ha avisado en otras ocasiones de la preocupación que les supone el hecho de que gran parte de su deuda esté en manos de no residentes, pues su papel ha crecido desde un 30% en el 2000 hasta el 80% actual. “Puede ser peligroso, particularmente cuando viene combinado con un déficit por cuenta corriente, lo que quiere decir que el país depende del dinero de fuera”, explica.

En contraste, Japón cuenta con una proporción muy pequeña de su deuda en manos de extranjeros, debido al fuerte sesgo de los inversores nipones por invertir en el país y también al hecho de que la deuda pública es un activo que nutre las carteras de los fondos de pensiones de los ahorradores japoneses. En este caso, y a pesar de sus altos niveles de deuda, la estabilidad de sus inversores permite que las rentabilidades también sean bajas y estables. 

En el caso de los países del área euro, los no residentes tienen en sus manos una elevada proporción de la deuda, aunque en los últimos años su peso sobre el total se ha reducido. Con datos agregados, Doyle habla de un cuarto de la deuda en manos de inversores no residentes pero de países del área euro, y otro cuarto de inversores de fuera de la eurozona. “A pesar de la alta proporción aparente de inversores no residentes, en conjunto la eurozona depende menos de los compradores de deuda foráneos que Reino Unido o Estados Unidos”, señala.

Ambos países tienen un peso de inversores no residentes similar, si bien difieren en la proporción en que los bancos nacionales, las aseguradoras y los fondos de pensiones son poseedores de su deuda. En Reino Unido, las rentabilidades de los bonos a largo plazo bajaron tras el incremento de la participación de los fondos de pensiones en la deuda pública. Una situación en las carteras atribuible al cambio regulatorio promovido en el país con el objetivo de reducir el desequilibrio de vencimientos existente entre los activos de los fondos de pensiones y sus obligaciones, que les llevó a invertir en deuda de muy largo plazo.

Sin embargo, en EEUU, el Fondo de la Seguridad Social posee el 20% de los bonos del Tesoro. En el país, los inversores chinos, los exportadores de petróleo y otros procedentes de los mercados emergentes han reducido su participación en el pastel de deuda, si bien con datos de agosto del año pasado, los no residentes tenían 5 billones de dólares en renta fija pública de la economía americana.