Man, escéptico con respecto al nivel de precio actual del crédito

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Ccsdteacher, Flickr, Creative Commons

El mes de marzo fue positivo para los activos de riesgo: el MSCI World cerró con una subida del 2,1%, y el Nikkei 225 (7,3%) y el S&P 500 (3,6%) fueron protagonistas destacados. Si bien la situación económica en Europa estuvo rodeada de un sentimiento más negativo, lo más positivo del mes fue la evolución del crecimiento en EE. UU. La situación de Chipre fue la primera prueba de resistencia financiera del año para los mercados. El temor a la salida de un país de la eurozona, que había sido olvidado temporalmente, reapareció en los mercados mientras los políticos chipriotas debatían sucesivas iteraciones del acuerdo de rescate, que posteriormente fue diseccionado por el BCE, otros gobiernos de la eurozona y la comunidad financiera en general.

Las medidas temporales de control de capitales consiguieron evitar el pánico bancario. Sin embargo, según FRM, filial del grupo Man, ahora existe el riesgo de que los depositantes en países con relaciones bancarias igualmente inseguras (por ejemplo, Eslovenia, Malta y Luxemburgo) revalúen sus posiciones. Es importante señalar que el sector bancario europeo depende más que el estadounidense de los depósitos; por tal motivo, el aumento de las posibilidades de retirada de fondos supone un mayor riesgo. “A pesar de protagonizar las noticias durante varios días, los acontecimientos de Chipre tuvieron un impacto sorprendentemente leve sobre los mercados, y el conjunto de la renta variable europea perdió un 2-3% con un aumento muy leve de la volatilidad”.

El conjunto de la economía europea sigue en dificultades, y la incertidumbre política en Italia es otro problema potencial para la eurozona. "Desde finales de febrero, se ha avanzado relativamente poco en la formación de un nuevo gobierno, y se plantea la posibilidad de una nueva coalición liderada por un tecnócrata o una repetición de las elecciones. Las ramificaciones de política general y de política fiscal de este escenario siguen siendo inciertas. Podemos prever una futura repetición de las elecciones, que ganaría Berlusconi gracias a su mandato populista de poner fin a la “espiral recesiva interminable”. Esto provocaría la reprobación del mercado y una crisis de financiación soberana, que a su vez suscitaría la posibilidad muy real de que Italia cuestione su posición dentro de la moneda única.

“Indudablemente, esta cadena de acontecimientos haría descarrilar la recuperación mundial de los activos de riesgo, y tendría un impacto mucho mayor que el de cualquier otra perturbación europea hasta la fecha". Un origen de incertidumbre permanente para los mercados de EE.UU. es lo que ocurrirá si y cuando se elimine la expansión cuantitativa (QE). Varios observadores han reiterado recientemente que prevén que la Fed salga del mercado en un futuro próximo; tal vez, no sabremos hasta entonces si la recuperación estadounidense es autosostenida.

El mercado de materias primas

Los mercados de materias primas no se vieron afectados por el crecimiento de EE. UU. ni por las adversidades de la eurozona, sino que la mayoría de los precios respondieron a temas fundamentales de oferta y demanda. El gas natural, cuyo precio subió un 14% en el mes, fue la materia prima que más fluctuó. Esta evolución se debió a varios factores fundamentales, como el menor almacenamiento, un tiempo más frío de lo habitual en el hemisferio norte y la mayor demanda industrial de EE. UU.

Prolongando su reciente descenso, el cobre cayó un 3,6% debido a la menor demanda por los cambios en la economía china, cuyo crecimiento es ahora menos dependiente de la inversión en infraestructuras. Además, a lo largo de los últimos años, las empresas mineras han invertido mucho en sus propias infraestructuras, aprovechando la reducción del coste del capital debido a los bajos tipos de interés actuales. Esta inversión está produciendo un exceso de oferta.

Por otro lado, en la firma siguen siendo escépticos con respecto al nivel de precio actual del crédito, sobre todo en bonos high yield y préstamos apalancados, al observar que sus valoraciones siguen muy influidas por la búsqueda de rendimientos de los inversores institucionales mundiales. “Esperamos que, en el mejor de los casos, la rentabilidad de estas clases de activos no consiga repetir su actuación reciente en los próximos dos o tres años pero, en el peor de los casos, podría adquirir características de burbuja si los flujos de los inversores se vuelven negativos”.