Manual para entender la teoría de los ciclos económicos y su aplicación en los mercados financieros

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Foto: VisenticoSento, Flickr, Creative Commons

José Luis Martínez Campuzano, profesor del IEB y portavoz de la AEB, explica las características macro de cada fase del ciclo económico y su aplicación en los mercados financieros desde un punto de vista del asset allocation.

El análisis macroeconómico que realizan muchos gestores para tomar sus decisiones de inversión intenta establecer en qué punto del ciclo está la economía. Esta localización depende fundamentalmente de los datos del PIB. En el caso de que el PIB crezca, se habla de crecimiento económico. En el caso de que se estanque, de atonía económica. Y en el caso de que registre una caída durante dos trimestres consecutivos, se habla de recesión técnica. Al contemplar los datos históricos se advierte que las economías, en función de la evolución del PIB, se ven sometidas a una evolución cíclica de crecimientos y recesiones. Es la teoría de los ciclos económicos. José Luis Martínez Campuzano, profesor del IEB y portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB), explica la caracterización macro de cada fase del ciclo y su aplicación práctica en los mercados financieros desde un punto de vista del asset allocation.

1. Caracterización básica de la fase de expansión. Según indica Campuzano, en este escenario el crecimiento del PIB es sostenido. Aumentan de manera sostenida el consumo (principalmente el privado), los precios de bienes y servicios (inflación), los salarios (por encima de la inflación), los beneficios empresariales y la propensión marginal al endeudamiento. La confianza de los consumidores y los productores se incrementa, mientras que el paro disminuye. ¿Qué aplicación práctica tiene este escenario en los mercados financieros?

Campuzano recuerda que, en teoría, en este entorno la renta variable tiende a subir, sobre todo las empresas de estilo growth, small y medium cap, lo que invita a la sobreponderación con posiciones en valores con beta superiores a uno. “En este entorno se aconseja ponderar acciones emergentes como posiciones de diversificación. En lo que respecta al mercado de bonos, en un entorno de tipos monetarios que acostumbra a apuntar al alza, existe una preferencia por deuda de empresas con rating bajo y también un sesgo hacia los bonos flotantes. En deuda pública, suben los tipos y se infrapondera la clase de activo, con un sesgo hacia los vencimientos a corto plazo. La divisa del país tiende a apreciarse sobre las monedas de los países con menor crecimiento”.

2. Caracterización básica de la fase de auge. Aquí se produce un estancamiento del crecimiento del PIB y también del consumo, especialmente de los bienes duraderos. Se produce un mantenimiento del precio de bienes y servicios, del poder adquisitivo de los salarios y de la tasa de paro. Los beneficios empresariales se estancan, con tendencia a la baja, aumenta la propensión marginal al ahorro y los índices de confianza de consumidores y productores disminuyen.

“En este entorno, a la hora de hacer el asset allocation, se apuesta por un posicionamiento neutral en renta variable, apostando principalmente por empresas de estilo value, de gran y mediano tamaño, valores generalmente con betas cercanas a uno, saliéndose de los mercados emergentes. En lo que respecta a la deuda pública, la curva comienza su aplanamiento, lo que aconseja un posicionamiento neutral tanto en el corto como en el muy largo plazo. En lo referente a la deuda privada, su produce un empeoramiento de las condiciones crediticias y el escenario empuja a optar por empresas con ratings elevados. El aumento de los spreads crediticios aconseja estar fuera del high yield. La divisa del país o de la región tiende a mantenerse sobre el resto”, señala Campuzano.

3. Caracterización básica de la fase de recesión. En este entorno se produce la caída del PIB, la contracción del consumo (especialmente el privado), el estancamiento de precios de bienes y servicios, el crecimiento de los salarios por debajo de la inflación, unos beneficios empresariales a la baja (aumentando las quiebras), el fuerte aumento del ahorro y de la tasa de desempleo y la disminución de los índices de confianza de consumidores y productores.

“La renta variable entra en una fase bajista que, desde el punto de vista de la asignación de activos, empuja a una infraponderación de las acciones, apostando por aquellas con beta por debajo de uno. En lo que respecta a la deuda pública, bajan los tipos de interés y la curva se vuelve muy plana o invertida. Se suelen sobreponderar los plazos más largos. En la deuda privada, empeoran las condiciones crediticias. Las agencias de calificación de riesgos rebajan de manera generalizada los ratings y los inversores infraponderan incluso las empresas con las calificaciones más elevadas. Se produce un sesgo hacia bonos de máxima calidad credicia. La divisa del país tiende a depreciarse frente al resto de bloques y las de los emergentes es posible que también caigan”, revela Campuzano.

4. Caracterización básica de la fase de depresión. El PIB se estanca. Se mantiene el consumo privado, se asiste a las primeras subidas en los precios de los bienes y servicios, se producen crecimientos salariales para compensar la pérdida de poder adquisitivo, los beneficios empresariales se mantienen, las quiebras se estancan, las tasas de ahorro y de desempleo se estabilizan, mientras que los índices de confianza de los consumidores y productores muestran los primeros indicios de confianza en la recuperación.

“La aplicabilidad en los mercados financieros en lo que respecta a las acciones desde un punto de vista del asset allocation suele ser la infraponderación. Las ratios bursátiles se sitúan en niveles baratos. En renta fija, la curva de la deuda pública se vuelve muy plana e incluso invertida. Se da una preferencia de los inversores por los plazos cortos. En lo que hace referencia a la deuda privada, se produce un impasse en las condiciones crediticias y los spreads alcanzan niveles máximos. La divisa suele mantenerse sobre el resto de bloques”, indica Campuzano.