Hemos identificado las piedras en las que han tropezado estos productos el año pasado con el objetivo de ser conscientes de los sesgos que presentan y saber cuál es el peor entorno de mercado para esta clase de estrategias.
En general, cuando se habla de fondos de retorno absoluto, se hace referencia a productos cuyo primer objetivo es ofrecer una rentabilidad absoluta positiva a medio plazo, normalmente a un horizonte de doce meses. El año pasado, muchas de estas estrategias no lo consiguieron. Otras, en cambio, sí. La dispersión fue muy alta aunque, en su conjunto, la categoría ofreció una rentabilidad negativa. Esto ha hecho que muchos inversores se pregunten qué es lo que ha ido mal. Saber lo que no ha funcionado es importante porque esto ayudará de cara al futuro a muchos inversores a decidir si incluir, mantener o excluir estas estrategias de la cartera, aunque se debe tener siempre presente que se trata de una categoría muy heterogénea, en el que cada fondo sigue una filosofía y estrategia determinada, en la que suelen existir grandes diferencias en los resultados, como ocurrió el año pasado. Esto significa que el análisis debe realizarse de forma individualizada.
Le preguntamos qué ha fallado a Amadeo Alentorn, gestor del Old Mutual Global Equity Absolute Return, al tratarse de la estrategia market neutral con más volumen de activos en España. En su caso, Alentorn situó a su producto el año pasado en el bando de los ganadores, con una rentabilidad positiva del 6%. Según explica, “el mayor problema en 2016 para los fondos market neutral fue el importante número de rotaciones que se produjeron en el mercado por razones externas, generalmente de índole político, como el Brexit. Este cambio brusco de tendencias causa pérdidas en factores que siguen tendencias como momentum, pero también en lo que respecta al posicionamiento por estilos y a nivel sectorial”. A ellos les fue bien porque redujeron la ponderación en momentum a finales de 2015 y principios de 2016, por lo que la contribución negativa de este factor fue limitada y diversificada gracias a los otros estilos de inversión.
Pensar que un fondo de retorno absoluto no presenta ningún tipo de sesgo porque tiene beta cero y es neutral a nivel geográfico, sectorial o por divisas es un error. Sería tanto como decir que este tipo de estrategias son capaces de generar rentabilidad positiva sin asumir riesgo. Todos los fondos están expuestos a algún tipo de riesgo con sus apuestas. La clave para estas estrategias suele estar en determinar de forma dinámica cuando es el momento oportuno en el cual mantener exposición a cada uno de los estilos o factores de inversión. “El market neutral nunca es totalmente neutral. Si fuese así, estos productos no podrían generar rentabilidad. Aunque son neutrales con respecto a su exposición a mercado, no lo son en cuanto a su exposición a factores”, afirman Philippe Ferreira, responsable de análisis de Lyxor, y Bernadette Busquere, responsable de renta variable long/short en la entidad.
La opinión de Ferreira es muy interesante porque en Lyxor ven diariamente las carteras de todos los fondos con los que trabajan, lo que les permite tener un profundo conocimiento sobre el posicionamiento y las estrategias que siguen estos y otros productos de gestión alternativa. De acuerdo con lo que han apreciado, el problema para los market neutral han sido las continuas reversiones de tendencias que han tenido lugar. “En 2016 hubo muchos puntos de inflexión. Fue un año muy peculiar. Las fuertes caídas de enero, el triunfo del Brexit, la victoria de Donald Trump… Todo ello generó fuertes episodios de volatilidad que cogieron a muchos gestores posicionados en el lado equivocado. Para ellos fue muy difícil readaptar sus carteras a acontecimientos y reacciones del mercado tan difíciles de predecir. El momentum sufrió y los market neutral son estrategias que tienen sensibilidad a este factor”, asegura.
Según su experiencia, rotaciones factoriales y sectoriales tan violentas como las vividas el año pasado tienen implicaciones negativas para estas estrategias, ya que son movimientos muy difíciles de anticipar. A esto hay que añadir que, “al ser productos que presentan unos niveles de apalancamiento superior, el problema se agudiza”, indica la responsable de renta variable long/short de Lyxor. Ahora, las perspectivas para estas estrategias son mejores. El comportamiento registrado en 2017 por la categoría está siendo favorable y en la casa se muestran positivos. “Durante los últimos 3-4 meses ha habido tendencias más estables. Hemos vivido un mercado alcista (pero con menos rotación desde la elección de Trump), así como un repunte de la actividad económica, lo que está llevando a muchos gestores a reposicionarse hacia sectores cíclicos. En términos generales, esto se está traduciendo en un posicionamiento largo en financieras, consumo cíclico y tecnología, y corto en sanidad y compañías de consumo no cíclico”.