Los inversores en el mercado de bonos entraron en pánico cuando la Reserva Federal anunció en 2013 su última retirada de estímulos. En esta ocasión, sin embargo, hay al menos dos razones por las que no cabría esperar un escenario de este tipo, si bien son cada vez más las voces que invitan a ser prudentes.
El contexto macroeconómico no está tan claro como en la primera mitad del año. En general, se percibe menos confianza entre los inversores sobre las perspectivas a corto plazo. También menos confianza entre los responsables políticos. El escenario actual al que se enfrentan los mercados está marcado por la inflación, el posible endurecimiento monetario, la incertidumbre fiscal y la ralentización de China.
Para Chris Iggo, director de Inversiones Core en AXA Investment Managers, la mayor amenaza para los mercados proviene de las interrupciones del lado de la oferta y su impacto en el crecimiento y los beneficios a corto plazo. Tan es así que, ante el inicio de la temporada de presentación de resultados, considera que “hay un riesgo de que los ingresos y los beneficios se ajusten a la baja. Además, la volatilidad es mayor y se prevé que siga siendo así”, comenta.
Como consecuencia, los indicadores de sentimiento del inversor apuntan hacia abajo. “Me preocupa que el sentimiento pueda empeorar”, añade el experto, quien concluye que aún “todo está muy lejos de una rápida recuperación”.
La de Iggo no es, ni mucho menos, la única voz que llama a la prudencia. Lewis Grant, gestor senior de carteras de renta variable global en Federated Hermes, "la confianza en la recuperación económica se tambalea y la incertidumbre reina. Sin embargo, las expectativas de subidas de tipos han aumentado ante la persistencia de las señales inflacionistas".
Expectativas sobre evolución de los tipos en EE.UU.
Tal y como indica Helen Anthony, gestora de carteras de renta fija en Janus Henderson Investors, en EE.UU. ya se descuenta un 0,56% de subidas de los tipos de interés en los tramos cortos de la curva en los próximos dos años. Es decir, algo más de dos subidas de tipos del 0,25% cada una. Mientras, la previsión para los tipos a 10 años dentro de un año es del 1,55%”.
Si se utiliza un enfoque basado en escenarios y se examinan diferentes plazos para el despegue de los tipos de interés por parte de la Fed, su modelo apunta a que el tipo a 10 años ha empezado a alejarse de la parte inferior del rango de valor razonable. “Esto indica que aún hay que ser prudentes al invertir en activos de mayor duración (más sensibles a las variaciones de los tipos de interés), donde los movimientos relativamente modestos de los rendimientos libres de riesgo pueden superar a los ingresos por cupones, dando lugar a rentabilidades negativas”, subraya.
¿Estamos ante un nuevo 2013?
Los inversores de renta fija entraron en pánico cuando la Reserva Federal anunció en 2013 su última retirada de estímulos. ¿Podría volver a ocurrir esto? Timothy Ng y Thomas Hollenberg, gestores de renta fija en Capital Group no lo creen por dos razones.
“En primer lugar, los inversores ya han visto en acción a la Reserva Federal. Vieron que el impacto de la retirada de estímulos y la normalización de sus políticas no provocaron ninguna catástrofe. En 2013, los inversores temían que la entidad acabara aumentando los tipos aplicables a los fondos federales de cero a un rango del 4-5% a lo largo del tiempo. Pero eso no fue lo que ocurrió. Esta vez no esperan que la autoridad monetaria suba los tipos muy por encima del 2%”.
En segundo término, el inicio del proceso no debería pillar por sorpresa a los mercados. “La Reserva Federal se ha mostrado muy transparente al respecto. Su presidente, Jerome Powell, así como otros gobernadores, han explicado qué es lo que podemos esperar en numerosos discursos y comunicaciones, así que lo más probable es que el mercado no reaccione de forma exagerada. No obstante, no cabe duda de que el endurecimiento de las condiciones financieras, mediante la reducción de la liquidez y el aumento de los costes de financiación, afectará a la propensión al riesgo de los inversores”, reconocen.
Mensajes cada vez más difíciles de entender
En este sentido, la claridad mostrada por la Reserva Federal ha favorecido que los rendimientos de la deuda descuenten ya el anuncio del inicio de la retirada de estímulos antes de finales de año. Eso sí: no todo estaría puesto en precio. Tal y como indica Christophe Morel, economista jefe de Groupama AM, "los mercados financieros todavía tendrán que digerir el inicio de un nuevo ciclo monetario de la Fed y, lo que es más importante, las comunicaciones cada vez más difíciles de entender de los bancos centrales".