La selección de producto es clave. También en la industria de gestión pasiva. Lo saben bien los inversores institucionales españoles, algunos de los cuales han creado departamentos específicos dedicados a la selección de ETF. Es el caso, por ejemplo, de InverCaixa y BBVA AM, dos de las entidades que han participado en la mesa redonda organizada por BlackRock tras la realización, por segundo año consecutivo, de una encuesta junto con Funds People sobre el uso que hacen los inversores españoles de los ETF. En el evento participaron Pedro Martínez Sánchez, responsable de gestión pasiva de InverCaixa, Alberto Gómez-Reino, responsable de Asset Allocation Institucional en BBVA AM, David Cienfuegos, director de inversiones de Towers Watson y Aitor Jauregui, responsable de desarrollo de negocio de BlackRock Iberia, quienes debatieron entre otros temas sobre la sofisticación de los procesos de selección de ETF tras el importante peso que estos han ido ganando en las carteras.
“La combinación de las estrategias de gestión activa y gestión pasiva en las carteras de los inversores institucionales españoles es hoy una constante. Ese uso mayoritario que existía históricamente de gestión activa ha ido migrando hacia un punto de mayor equilibrio con las estrategias de gestión pasiva. En nuestras carteras, de media el 15% del patrimonio se gestiona a través de ETF. De hecho, la mayor parte de la gestión indexada se hace a través de estos productos. La combinación es algo normal”, afirma David Cienfuegos. Pero –según el director de inversiones de Towers Watson- todo depende del tipo de cliente. “En pensiones, por ejemplo, en España tenemos un mercado muy desarrollado de aportación definida a través de grandes entidades gestoras de fondos de pensiones. A nivel internacional, ese desarrollo de las gestoras de fondos de pensiones o no ha existido -porque son mayoritariamente planes de prestación definida con equipos internos tomando decisiones- o está constituyéndose ahora, según los compromisos de prestación definida en Europa se van transformando a aportación definida”.
En consecuencia, a nivel internacional todos aquellos clientes que no estén dispuestos o tengan la capacidad para dedicar el tiempo, el esfuerzo y el presupuesto suficiente para conseguir alfa se van a carteras de gestión puramente pasivas. “No hay nada malo en ello, ya que estás logrando el 80% o 90% de lo que conseguirías si no persigues ese alfa adicional. Para el tipo de cliente cuyo “governance” no le permite tener lo que exige esa búsqueda adicional de rentabilidad los ETF son herramientas muy viables. De hecho, creemos que ese debería ser el patrón habitual”. El caso español es distinto. “Con un mercado muy desarrollado de gestoras de fondos de pensiones esa búsqueda de alfa está ahí. La misión que se les ha encomendado se lo exige, aunque en mi opinión esa búsqueda de alfa no implica tener que pasarse al 100% de gestión activa, sino buscar los aspectos donde la gestión activa aporta un mayor valor. Eso es lo que se está planteando en el mercado español como área de mejora a futuro”, afirma el experto.
En lo que respecta a la selección del ETF más adecuado, la cuestión es cómo hacerlo. La coincidencia en los procesos que siguen tanto en InverCaixa como en BBVA AM es prácticamente total. La única salvedad es que en la primera entidad dan prioridad a las estrategias de réplica física frente a las sintéticas, solo optando por las segundas en caso de que no haya vehículo invertible o tengan agotada la capacidad de réplica física. Según explica Pedro Miguel Martínez Sánchez, el proceso de selección del producto arranca con una due diligence a la gestora, de la que se extrae una lista de proveedores con los que trabajar. En segundo lugar, buscan productos de gestión pasiva de beta uno, que repliquen el índice. En tercer término, demandan cierta antigüedad al producto –mínimo un año- para comprobar la bondad del ajuste y medir que el tracking error frente al benchmark es el adecuado (tracking error bajo).
En cuanto al tamaño, consideran importante los activos bajo gestión que tiene el producto. También valoran la liquidez. “Para nosotros esto es muy importante. Hacemos filtros de la liquidez del mercado subyacente, aunque estos productos tienen una liquidez reforzada por la negociación en el mercado secundario, incluso con plataformas que empiezan a hacer trading”, afirma Miguel Martínez Sánchez. Para el responsable de gestión pasiva de InverCaixa, los costes del producto siempre son importantes, pero su relevancia ha ido a menos. “Se trata de una industria muy competitiva en la que ha habido cierta convergencia en las comisiones que cobran. Aunque el coste es importante, no es un factor tan determinante como otros”. Más relevante para el experto es la due diligence que realizan del ETF en lo que respecta a la gestión de los colaterales (ellos piden que exista sobrecolaterización) o la fiscalidad (prefieren los vehículos de acumulación frente a los de reparto para evitar el impacto fiscal de la retención en origen.
El proceso de selección coincide casi punto por punto con el que sigue Alberto Gómez-Reina y su equipo en BBVA AM. Para él, la due diligence es la parte más importante del proceso. “Es donde elaboras la lista de gestoras con las que vas a trabajar”. En lo que respecta a BBVA AM, existen proveedores de réplica sintética que han pasado la due diligence. Una vez aprobadas las gestoras susceptibles de ejercer como proveedoras de producto, piden al ETF un track record y un volumen patrimonial mínimos, demandando además un número de productos para cada mercado. “Para Europa no requeriríamos tener un ETF sino cuatro o cinco productos por la diversificación. El volumen es muy importante ahí. Cuando hay un set de oportunidades no te sirve solo contar con una opción. Necesitas varias para la construcción de tu cartera”. A la hora de ejecutar, los aspectos más relevantes que identifica son el precio, la transparencia del índice, las potenciales coberturas que puedan tener los creadores de mercado para hacer el precio más eficiente y la fiscalidad.