Mike Gitlin (Capital Group): “El verdadero riesgo actualmente es no aprovechar los bonos a estos niveles”

Mike Gitlin. Foto (FundsPeople)

FundsPeople se sentó el pasado agosto con el próximo consejero delegado (su nombramiento se hará efectivo el 24 de octubre) de la gestora estadounidense. La primera entrevista que concedió a un medio en España durante su tour en Europa y Asia. Reproducimos a continuación la conversación, publicada originalmente en la revista de septiembre 2022 de FundsPeople.

El inversor en renta fija se encuentra hoy en un escenario muy distinto al de hace escasos 12 meses atrás. O incluso hace cinco años. 2022 fue un periodo difícil, como reconoce Mike Gitlin. Tener cualquier mínimo de duración en cartera ha sido doloroso. Pero el futuro consejero delegado de Capital Group no duda en el mensaje que quiere lanzar a clientes: “Estamos en un momento mucho más atractivo para la clase de activos”.

Un colchón suficiente

A largo plazo, la rentabilidad futura de un bono depende principalmente del rendimiento inicial, y los rendimientos actuales son entre un 3 y un 6% superiores a los reducidos niveles de 2021. Los rendimientos actuales están en niveles que no hemos visto en décadas. Bonos corporativos con grado de inversión de alta calidad que ofrecen más de un 5% de rendimiento; unos mercados de high yield, como la deuda corporativa de alto rendimiento y de mercados emergentes, entre el 8 y el 10%. Este es un punto que Gitlin quiere dejar muy claro.  “Lo que tenemos que estar pensando es ahora es en qué punto se encuentran las rentabilidades de los bonos actualmente y con ello dónde estarán las oportunidades mirando hacia delante cinco años”, insiste.

No es que el experto esté intentando predecir el suelo de la corrección o que en 2023 vaya a desaparecer la volatilidad y la incertidumbre. Nada más lejos. “Pero si se tiene un horizonte a cinco años y miramos el histórico de todos estos índices de renta fija, cuando la yield inicial ha sido tan alta como la actual, la rentabilidad compuesta en un plazo tan largo generalmente es positiva”, afirma. Aunque las yields se puedan seguir aumentando, considera que a estos niveles ofrecen una renta suficiente como para proteger de la alta volatilidad esperada, es decir, un colchón.

Poner a trabajar la liquidez

Gitlin no es ciego a la dificultad de los inversores para mirar más allá de las significativas pérdidas que ha acumulado la renta fija. En su opinión, la corrección de 2022 fue el resultado de una combinación de tres factores: el punto de partida de las tires, el ritmo al que subieron las rentabilidad y la magnitud de esos movimientos.

A pesar de ello, aboga por la necesidad de poner a trabajar la liquidez. “Especialmente con la inflación a los niveles en los que está. Cada día que no se está invirtiendo está perdiendo poder adquisitivo”, resalta. Es un discurso muy distinto al que hubiera dado el experto en enero del año pasado, reconoce. “Ahora los mercados de bonos ya han puesto en precio una política monetaria más restrictiva y un importante riesgo a la baja", afirma.

Una cuestión central para los inversores será si la inflación se mantiene estructuralmente alta o si se ralentizará en 2023. Y sobre todo, cómo reaccionaría la Reserva Federal en el primer escenario. En 2022, los bancos centrales cambiaron su política, pasando de pensar que la inflación era transitoria a darse cuenta de que la inflación era demasiado alta y debía abordarse mediante una política monetaria y unas condiciones financieras más flexibles.

El pico en las subidas de tipos

"La Fed sigue siendo relativamente agresiva, ya que la inflación continúa siendo la prioridad número uno. La inflación en EE.UU. sigue siendo relativamente alta, aunque es probable que hayamos visto el punto máximo y que la autoridad monetaria estadounidense tenga la oportunidad de hacer una pausa a mediados de este año", comenta Gitlin.

La buena noticia para el mercado es que probablemente estemos cerca del máximo de los tipos. Un tipo terminal de los fondos de la Reserva Federal en torno al 5% es cada vez más probable, vaticina el experto. “Vemos el impacto de los tipos más altos en los mercados inmobiliarios y los principales indicadores económicos también apuntan a una recesión, lo que limita la capacidad de la Fed para llevar a cabo nuevas subidas”, explica Gitlin.

Dos riesgos

En su opinión, existen dos riesgos principales para estas perspectivas. Uno, que la inflación puede estar en realidad más arraigada estructuralmente, dado el cambio en los mercados laborales, lo que dificulta que la Fed se detenga en estos niveles. El segundo es que no hemos visto todo el efecto de unos tipos más altos en la economía, con un riesgo de recesión significativamente mayor.

Gitlin es muy consciente de la incertidumbre que rodea a los mercados, pero el verdadero riesgo ahora es probablemente no aprovechar los bonos a niveles de rendimiento que no hemos visto en una década, afirma. 

Más oportunistas

Por ello, aunque las carteras de renta fija de Capital Group siguen posicionadas con un riesgo equilibrado para tener en cuenta la incertidumbre, los gestores han empezado a ver más oportunidades. Por ejemplo, aumentando la duración a neutral en EE.UU., donde la FED parece estar cerca del final del ciclo de endurecimiento. 

"Los inversores no deben tratar de cronometrar el mercado. Si nos fijamos en la historia y hubiéramos sido lo bastante prudentes como para invertir seis meses antes y seis meses después del máximo de los tipos de interés de la Fed, la rentabilidad media en un año sería elevada, y la rentabilidad media anualizada en los cinco años siguientes, bastante alta. Cuando un banco central deja de subir los tipos, se promedia el coste en dólares antes y después a lo largo de un año. Invertir con este enfoque disciplinado cerca del final de un ciclo agresivo de subidas de los bancos centrales suele dar sus frutos", aboga Gitlin.

Para el experto, la renta fija tiene cuatro papeles que jugar en una cartera: diversificación de la renta variable, generar rentas, proteger frente la inflación y preservar el capital. Y en su opinión, tras el periodo más duro para la renta fija en 40 años, espera que los bonos core de alta calidad proporcionen diversificación y ofrezcan protección en caso de una venta de la renta variable, mientras que los bonos high yield proporcionarán por fin una renta atractiva tras una década de entorno de bajos rendimientos.