Mirabaud: Un dividendo sostenible es aquel cuyo ratio de pay out es inferior al 70%

Kirill_Pyshkin
Foto cedida

Recién acaban de cumplirse tres meses desde la incorporación de Kirill Pyshkin a Mirabaud. Pyshkin procede de Aviva Investors, entidad para la que había gestionado un fondo superventas entre el público retail en Irlanda, el Aviva Irl High Yield equity fund. Mirabaud creó a comienzos de año una incubadora dentro de su sicav luxemburguesa que ha alumbrado al fondo Mirabaud Global Equity High Income, con la intención de aprovechar los conocimientos y la experiencia de Pyshkin para repetir el éxito con esta fórmula de inversión. “Tras haber formado parte de una empresa muy grande y burocratizada, es un gran alivio trabajar en una boutique como Mirabaud, que cuida a sus clientes de forma muy personalizada”, expresa el gestor, de visita en Madrid.

El equipo del Mirabaud Global Equity High Income queda completado con Anu Narula, cogestor y responsable del equipo, y por Paul Middleton, ingeniero de carteras. Pyshkin declara que “el equipo de gestión es muy fuerte” y afirma sentirse “muy motivado” con esta nueva aventura. Tampoco tiene ningún problema en admitir que ha invertido una parte de sus propios ahorros en el capital del fondo.

Profundicemos en la estrategia de este nuevo producto, que la firma ha diseñado pensando en los inversores con un perfil conservador. “Lo más destacado de este fondo es que bate al índice en los momentos de bajada, está diseñado como una estrategia defensiva”, explica el gestor. Se trata de un fondo de renta variable global que invierte en negocios de alta calidad, centrándose en aquellas compañías que entregan dividendos sostenibles a sus accionistas. Actualmente Norteamérica concentra el 49,4% de la cartera del fondo, seguida por un 24,6% de Europa Occidental, un 23,1% en Asia-Pacífico (en este caso Japón es el país con mayor ponderación) y una pequeña participación, del 2%, en África y Oriente Medio.

Pyshkin explica que los rendimientos que genera el fondo proceden de la suma de tres vectores: los ingresos procedentes de los dividendos, el potencial de apreciación del capital y unos niveles de volatilidad inferiores a la media del mercado. “Las rentas procedentes del pago de retribuciones suponen la mitad de los retornos del mercado”, concreta el experto. “Se pueden encontrar dividendos que ofrecen una rentabilidad del 4%, que es similar a lo que ofrece un bono corporativo, con la ventaja de que dan la oportunidad a los inversores de diversificar sus fuentes de inversión”, añade. Para él, es un dividendo sostenible aquel cuyo pay out (porción del beneficio bruto destinada al pago de dividendos) sea inferior al 70%. 

En complementariedad, Pyshkin y su equipo prevén que en los próximos años la rentabilidad por dividendo sea capaz de batir a la inflación. “La idea falsa de que la renta fija es segura queda desmentida por la evolución de los dividendos. Cuando los tipos de la renta fija se normalicen, la renta variable batirá en rentabilidad a la renta fija, por lo que se verán más flujos de entrada en las bolsas”, predice el experto.

En cuanto a la apreciación del capital, el gestor destaca que sólo se invierte en valores que presenten un potencial alcista igual o superior al 15%. Finalmente, respecto a la volatilidad, señala que los niveles del fondo son inferiores a los del mercado, “ya que está dirigido a clientes más acostumbrados a la renta fija”.

¿Cómo se construye la cartera?

Pyshkin define al Mirabaud Global Equity High Income como un fondo value con un enfoque de generación de rentas (en España está registrado con clase de acumulación y clase de distribución). Define la parte value como el resultado de un conjunto de 20 métricas (PER, valor en libros, retornos sobre acción…) con las que tratan de medir los parámetros de valor y momento. La parte de income o rentas engloba otras 20 métricas, como sostenibilidad del dividendo, crecimiento (sobre una base histórica de 5 años) y rentabilidad. Este análisis cuantitativo se complementa con un análisis fundamental, y el resultado es una cartera de valores concentrada: actualmente cuenta con 50 títulos en cartera, aunque puede tener entre un mínimo de 40 acciones y un máximo de 70.

A todo este proceso se le ha de añadir una norma instaurada por Pyshkin: “No invertimos si no nos reunimos con los directivos de las compañías. Es una cartera concentrada y no queremos sorpresas negativas, hacemos nuestra due dilligence antes para comprar y mantener los valores en cartera”.“Somos inversores activos de elevadas convicciones, queremos mantener los valores durante mucho tiempo”, resume Pyshkin. Aunque aclara que aún es pronto para hablar de porcentaje de rotación de valores, dada la juventud del fondo, el gestor explica que su intención es mantener los títulos unos 3 años de media. El mejor de los escenarios posibles sería ir vendiéndolos a medida que alcancen sus precios objetivos.

Por sectores, en estos momentos la mayor exposición del fondo es a valores del sector financiero (27,6%). Las posiciones en otros sectores están mucho más diversificadas: un 13% en consumo discrecional, un 10,7% en tecnologías de la información, un 9,7% en industriales y otro 9,1% en consumo básico, un 8,6% en farmacéuticas… Pyshkin admite que hay una serie de temas macro reflejados en la cartera, pero como resultado del exhaustivo proceso de selección de valores. Uno de ellos es la revolución del shale gas en EE.UU., representada por la compañía extractora Lyondell Basel. Con un 2,9%, CME Group es la mayor posición del fondo actualmente, por su exposición estratégica a la variación de los tipos de interés en EE.UU.

Pyshkin termina la entrevista con un consejo para los inversores interesados en reasignar sus activos: “Olvídese de las alzas siempre que pueda protegerse de las bajas y además conseguir una buena rentabilidad”. El gestor añade que la estrategia del fondo, similar a la que desarrolló durante cuatro años en Aviva, “no es nada nuevo, está demostrado que funciona en distintas fases del ciclo”