Los pedidos de las fábricas se incrementan
Las tensiones se han recrudecido en la península de Corea debido a las alegaciones de que Corea del Norte torpedeó y hundió un barco naval de su vecino del sur, causando agitación en los mercados de la región, según asegura Mark Mobius, el gurú de mercados emergentes de Franklin Templeton, en su blog. “Creo que las medidas tomadas por el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-Bak serán, a largo plazo, positivas porque pueden acelerar el cambio en su vecino del norte y acelerar la apertura del país”.
Mobius comenta que, pese a todo, en el corto plazo habrá “ansiedad” que impactará en los mercados, una situación de tensión que se mantiene desde el final de la Guerra de Corea. “Nunca podemos subestimar la posibilidad de una escalada hacia la guerra en la península, pero creo que las probabilidades son bastante bajas, dado el interés de ambas partes en contener la situación”, explica. Además, a pesar de todas las preocupaciones geopolíticas, la economía de Corea del Sur ha continuado creciendo.
“Las últimas noticias me recuerdan mi reciente viaje a Corea del Sur: aterrizar en el nuevo aeropuerto Incheon de Seúl es un placer y resulta difícil creer que el mismo lugar fuera escenario del aterrizaje de las tropas del general McArthur. Cuanto viví en el país en los años 60, recuerdo estar enterrado hasta las rodillas en el barro de Incheon”, recuerda Mobius. El gurú comenta cómo, en su último viaje, tomó un tren rápido hasta Pusan para ver cómo funcionaban las fábricas de la región.
Fortaleza exportadora
La primera parada fue una de las fábricas de alta tecnología que salpican el campo coreano y contribuyen a la fortaleza exportadora del país, donde Mobius comprobó cómo, después de un débil 2009, están empezando a llegar nuevos pedidos de compañías aeroespaciales estadounidenses, ferroviarias chinas y firmas energéticas indias. Los productos que ofrecen las fábricas, que están empezando a desarrollar herramientas capaces de reemplazar la maquinaria importada a precios más bajos, son grandes máquinas con un coste máximo de 1 millón de dólares. “Siempre me impresiona la capacidad para construir esas herramientas tan precisas”, dice el gurú.
Mobius se vio también impresionado por el crecimiento de los pedidos para otra de las plantas de la región. “Era nuestra tercera visita y la fábrica estaba llena de componentes industriales listos para ser embarcados, el 60% de los cuales era para plantas petroquímicas, el 17% para barcos y el resto para plantas energéticas”. Además, el experto cuenta que, para celebrar el aniversario de su fundación, la firma se ha fijado agresivos objetivos de ingresos que logrará expandiendo su presencia internacional. La tercera planta que visitaron, que también contaba con pedidos crecientes, construye componentes para plantas nucleares y espera reducir los costes de fabricación en un 20%.
“Como siempre, visitar el centro de la acción nos da un sentido real de cómo están funcionando los negocios desde abajo y me animó el crecimiento de los pedidos, pues las fábricas están capitalizando sus fortalezas para especializarse en unos mercados nicho”, apostilla Mobius.