El dinero digital consolida su camino como medio de pago preferido

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Fotero, Flickr, Creative Commons

El COVID-19 modificó todos nuestros hábitos y las medidas higiénicas derivadas de la alerta sanitaria impulsó a que la gente utilizara como medio de pago la tarjeta de débito en detrimento del efectivo. Un año y medio más tarde de la aparición de este virus, que convivirá con nosotros durante tiempo, más de la mitad de los españoles (54,1%) se decanta por la tarjeta de débito como su medio de pago preferido. Esta es la primera conclusión que extraemos de la encuesta anual del Banco de España sobre el uso del efectivo, pero hay más.

Este es uno de los hábitos que parece ha llegado para quedarse. Tal como se desprende del estudio, de manera muy significativa un 69,1% de los ciudadanos y un 61,3% de los establecimientos que han modificado sus hábitos, apuntan a que los mantendrán en el futuro próximo.

Uso de efectivo en tendencia negativa desde 2014

Aunque el uso cada vez menor del efectivo es una tendencia que se observa ya desde 2014, cuando casi un 80% de los encuestados elegía el efectivo como su primera opción, en la actualidad solo algo más del 35% de los ciudadanos manifiestan utilizarlo como medio de pago más habitual. No obstante, aún se mantiene como el medio más usado en las franjas de población de menor y de mayor edad (ver gráfico).

Fuente: Banco de España

El efectivo no dice adiós, prácticamente todos los comercios aceptan el efectivo y lo utilizan diariamente (99,3%), pero sí podemos estar llegando a un punto de inflexión. El 93% de los establecimientos acepta tarjetas de débito y el 82% de crédito; los negocios que permiten el pago con móvil (asociado a tarjeta) se elevan hasta un 50%

Hasta el 40% de las personas entrevistadas prevén utilizar o aumentar el uso de medios de pago ligados a las nuevas tecnologías, frente a un 24% que declaraba esta intención en 2019. Ante esta tendencia, que no solo se observa en España, el Banco Central Europeo acelera su proyecto del euro digital.

Llegada del euro digital

Este verano el Eurosistema puso en marcha el proyecto de un euro digital. La fase de investigación tendrá una duración de 24 meses y su objetivo será abordar aspectos clave relativos al diseño y la distribución. El comunicado señala que el “euro digital debe ser capaz de atender las necesidades de los europeos, contribuyendo al mismo tiempo a impedir actividades ilícitas y evitar cualquier impacto no deseado en la estabilidad financiera y la política monetaria”. Eso sí, y así lo deja claro la nota de prensa emitida por el BCE, el euro digital “sería un complemento del efectivo, no su sustituto”.

¿Estamos ante una futura criptodivisa? En absoluto, tal como explica Thibault Gobert, ejecutivo de ventas en Spectrum Markets, “es importante señalar que el euro digital no será un criptoactivo, ya que no es un token ni constituye dinero electrónico emitido por entidades privadas supervisadas”.