La última carta de Larry Fink, consejero delegado de BlackRock, ha conseguido gran cobertura mediática gracias a su crítica al incremento de la desigualdad y a su petición a las empresas de adoptar un papel más social. Fink tiene la costumbre de escribir anualmente una misiva que va dirigida a los consejeros delegados de las empresas en las que invierte BlackRock en nombre de sus partícipes.Fernando Luque, senior financial editor de Morningstar en España, aporta algunas reflexiones sobre esta misiva.
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