Nils Bosse Parra (Oddo BHF AM): "La renta variable sigue siendo la mejor clase de activos para los inversores pacientes”

Nils Bosse Parra. Foto cedida (ODDO BHF)

El riesgo de un enfriamiento de la economía en los próximos meses es cada vez más creciente. Especialmente en Europa, donde se multiplican las señales de deterioro del sentimiento. Así lo ponen de manifiesto las últimas lecturas del índice IFO en Alemania y los índices PMI de varios países europeos, que indican una contracción de la actividad en sectores clave como la industria manufacturera, los servicios y la construcción. Esto no es sorprendente, ya que es consecuencia directa del aumento de los tipos de interés por parte de los bancos centrales. El objetivo es frenar la actividad económica y devolver así la inflación al objetivo.

Sin embargo, según Nils Bosse Parra, gestor del ODDO BHF Polaris Dynamic, fondo con Rating FundsPeople, las esperanzas de un rápido paso de la inflación al crecimiento son prematuras. "Con una inflación subyacente todavía elevada, los inversores deberían estar preparados para que la postura restrictiva de los bancos centrales dure un tiempo más y para vivir con un crecimiento económico modesto, al menos durante este año", defiende el experto de ODDO BHF AM.

Esto lleva al gestor a creer que la mayor parte del reciente repunte del mercado ya se ha manifestado, y que las valoraciones de la renta variable ya no son baratas, especialmente en Estados Unidos. "Las tendencias de los beneficios se están moderando debido al menor crecimiento mundial y al endurecimiento de las condiciones crediticias. Los mercados siguen siendo vulnerables a la volatilidad ante esta posible ralentización de los beneficios", advierte Bosse Parra.

Update del ODDO BHF Polaris Dynamic

Esto se refleja en un posicionamiento de renta variable más prudente en la cartera del fondo, que adopta la forma de un enfoque centrado en los valores de calidad, con el objetivo de aprovechar su resistencia en tiempos de crisis. "Preferimos empresas que ofrezcan altos rendimientos del capital, ventajas competitivas claramente definidas, tasas de crecimiento estructuralmente elevadas y valoraciones razonables", afirma el gestor.

Además, el aspecto más importante para la solidez de la cartera en un entorno de tipos de interés al alza es, según el gestor, evitar empresas que presenten riesgo de pérdida permanente de capital debido a un endeudamiento excesivo. “Las empresas de la cartera deben tener una posición financiera sólida, es decir, una deuda neta baja o nula", explica.

La estrategia del fondo se caracteriza por una exposición a la renta variable de entre el 70% y el 100% de la cartera. Actualmente se aproxima al 100%, menos una pequeña posición en efectivo. “Utilizamos opciones para protegernos contra los contratiempos. Lo que nos ayuda en el actual entorno de mercado es centrarnos en valores de calidad. Si nuestras empresas de calidad tienen éxito a largo plazo, también lo tendrá el fondo", afirma Bosse Parra.

La estrategia también puede optar por añadir bonos a la cartera, pero por el momento el gestor está centrado exclusivamente en la renta variable y su valor a largo plazo. "Si los rendimientos de los bonos siguieran subiendo, también podría imaginar una inversión en bonos en lugar de renta variable para el fondo", admite el gestor. "Sin embargo, en mi opinión, la renta variable sigue siendo la mejor clase de activos para los inversores pacientes con un horizonte de inversión a largo plazo, ya que permite participar activamente en el aumento de los beneficios empresariales", defiende.

Ideas a largo plazo

A la hora de elegir valores, el gestor se interesa por las empresas que se benefician de las tendencias estructurales a largo plazo de la economía. En particular, el envejecimiento de la población, las nuevas oportunidades en el sector sanitario y la creciente demanda de chips. "El envejecimiento de la sociedad no sólo afecta al viejo continente europeo, sino cada vez más también a China. Además, la obesidad es un problema social creciente en muchos países del mundo", subraya.

Por tanto, espera un aumento de la demanda mundial de productos médicos para mantener o restablecer la salud. En el sector tecnológico, ve una demanda creciente de chips semiconductores para cada vez más industrias, ya sea la automatización industrial, los coches eléctricos (de conducción autónoma), la medicina o la inteligencia artificial. “Aquí también se pueden encontrar siempre oportunidades interesantes", concluye.