Andrew Harmstone (Morgan Stanley IM): “Es imposible tener una asignación estática y que haya control del riesgo”

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Morgan Stanley IM

Uno de los principales objetivos de Andrew Harmstone es la detección de fuentes potenciales de riesgo y cómo reflejarlas en el posicionamiento del MS INVF Global Balanced Risk Control FOF, un fondo mixto de Morgan Stanley Investment Management que está calificado como Consistentes Funds People. Este producto nació como resultado de la demanda por parte de los clientes de un fondo que no siguiera a ningún índice y que mantuviera los niveles de riesgo dentro de un rango con el que se sintieran cómodos. Así, este mixto tiene como objetivo generar un rendimiento entre el 4% y el 10%, con un nivel de riesgo similar “teniendo en cuenta que el riesgo no siempre es predecible”, aclara Harmstone.

El primer paso para cumplir con los objetivos del fondo pasa por la construcción de una cartera diversificada. La liquidez es uno de los grandes condicionantes en la toma de decisiones: “Estamos invertidos en la mayoría de los mercados más líquidos. Pensamos que añaden un beneficio significativo a la diversificación, porque básicamente elimina el riesgo de liquidez”, explica Harmstone, que recalca que sólo quiere tener exposición “a aquellos riesgos donde creemos que sí hay una prima de riesgo real”.

El segundo pilar de la gestión es la flexibilidad: “Es imposible tener una asignación estática y que haya control del riesgo. Los riesgos cambian y, para conseguir un nivel estable de riesgo, tienes que ser capaz de poder incrementar o reducir la exposición al riesgo al añadir o quitar distintos activos de una forma muy flexible”, detalla el gestor. Éste históricamente se ha movido activamente entre un mínimo del 11% y un máximo del 80% en renta variable, según las condiciones del mercado y las ineficiencias de precios que fue detectando. Actualmente está por debajo de su exposición media histórica en renta variable, debido a la combinación de riesgos geopolíticos, el posible resultado de las reformas fiscales y del techo de deuda en EE.UU. y la potencial subida de tipos de interés a nivel global.

En la parte de renta fija, el posicionamiento actual es en baja duración: “Estando los tipos tan bajos, no se ofrece una compensación adecuada por asumir riesgo actualmente. Además, si suben los tipos y tenemos exposición a larga duración, incrementamos potencialmente los riesgos bajistas en cartera”, aclara el gestor, que añade que mantendrá este posicionamiento “hasta que los tipos se normalicen”.

El gestor trata de reflejar en cartera un posicionamiento de valor relativo en función de su visión macro sobre la mejoría o empeoramiento de los distintos países y sectores. Este posicionamiento no se construye con posiciones cortas y largas, sino variando el peso de las distintas asignaciones en cartera. El equipo cree actualmente que los emergentes, especialmente Latinoamérica, “se encuentran en una posición particularmente buena para beneficiarse del crecimiento económico global, al ser economías primordialmente exportadoras y con tasas de PIB más altas”, y por tanto ven más valor en renta fija corporativa emergente y deuda emergente denominada en divisa local.

El fondo puede asignar una pequeña parte de la cartera a invertir en otros fondos, ETF y futuros para coberturas, aunque aclara que sólo lo hace cuando considera que así puede añadir valor para los clientes.

Dos megatendencias a tener en cuenta

El gestor comenta que el entorno macro ha sido especialmente positivo hasta agosto, con niveles históricamente bajos de la volatilidad gracias en parte al contexto de recuperación global sincronizada del crecimiento. El gestor afirma haber detectado una tendencia estructural de largo plazo vinculada a esta fase de expansión, la recuperación de las inversiones: “Desde 2008 hasta finales de 2016, la inversión empresarial se quedó muy estancada. No había demanda suficiente de producto, por lo que no tenía sentido construir una fábrica nueva o comprar nuevo equipamiento. Ahora vemos que las condiciones económicas tienen buen aspecto en todas partes y los negocios son capaces de vender sus productos y de contratar a más personal”, explica Harmstone. Su predicción es que en los próximos años se producirá una recuperación cíclica de las inversiones que aportará un segundo pilar muy necesario a la recuperación, que hasta ahora ha estado sostenida únicamente por el consumo y las medidas extraordinarias de los bancos centrales.

El experto espera asimismo el desarrollo de una segunda megatendencia: la adopción por parte de las empresas de nuevas fuentes de energía que hagan un uso intensivo bajo del carbón. “Cerrar la brecha y reemplazar el uso de carbón, gas y petróleo por energías renovables requiere de inversiones por parte de muchas empresas”, anticipa Harmstone. Éste añade que la transformación del consumo energético “tiene un componente de innovación, porque se están desarrollando nuevas tecnologías para facilitar esta transformación que también deberían contribuir a impulsar el crecimiento económico”.

… pero también varias preocupaciones en el horizonte

A pesar del buen contexto macro, Harmstone está preocupado por nuevos riesgos geopolíticos futuros, especialmente la escalada de las tensiones entre EE.UU. y Corea del Norte, y como resultado ha reducido su exposición a Asia en los últimos meses: “Esta visión es muy difícil de implementar en cartera, porque funciona por impulsos: la gente se preocupa mucho y vende, luego la situación se calma y vuelven a comprar. No hay una solución obvia para el conflicto”, comenta. Este episodio supone un buen ejemplo del funcionamiento del fondo: se detecta la fuente potencial de riesgo y ajusta la composición de la cartera para enfatizar los países o regiones que ve más vulnerables e incrementa o mantiene su exposición a activos como el oro.

No obstante, para Harmstone otro riesgo actual es la situación política en EE.UU.: “Otro riesgo que monitorizamos es la presión bajo la que se ha puesto al presidente de EE.UU. Hasta ahora no ha tenido mucho éxito a la hora de sacar adelante su agenda, tiene que lidiar con las perspectivas de varios segmentos de la población y con el Congreso, que teme que no sea capaz de cumplir con los objetivos que se ha marcado. Como hemos visto a lo largo del año, decisiones inesperadas o comentarios tienen la capacidad de mover los mercados”, detalla el experto.