No todo son vehículos eléctricos: el futuro del transporte ofrece grandes oportunidades

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Alastair Bishop. Foto cedida: BlackRock

Tiempos inciertos para los inversores. Más allá de los riesgos cíclicos que afectan a la economía mundial, se están produciendo cambios estructurales. La pandemia y las tensiones geopolíticas se han combinado para remodelar el equilibrio económico mundial. La tendencia de décadas hacia una mayor globalización se ha invertido parcialmente, con importantes implicaciones para los flujos de capital y las expectativas de inflación. Al mismo tiempo, sin embargo, la preocupación por el cambio climático no ha cambiado, a pesar del compromiso de los gobiernos y de la sociedad en general, de pasar a una economía baja en carbono para evitar los peores efectos del calentamiento global.

Un escenario complejo y difícil de navegar, pero en el que la transición ecológica y las oportunidades asociadas a ella pueden ser una brújula para las decisiones de inversión. "La buena noticia es que muchos de los grandes problemas a los que se enfrentan hoy los inversores acelerarán significativamente la transición energética, convirtiéndola en uno de los temas de inversión más sólidos de esta década", explica Alastair Bishop, gestor de carteras de BlackRock. "Además, un entorno más inflacionista para las fuentes de energía tradicionales aumenta el interés relativo por las soluciones bajas en carbono y energéticamente eficientes", analiza.

El futuro del transporte

Entre los temas clave según el gigante de la inversión está la movilidad sostenible y el futuro del transporte, en el que invierte el BGF Future of Transport Fund, fondo con Rating FundsPeople 2023. "El transporte es la segunda mayor fuente de emisiones de CO2 y representa aproximadamente la mitad del consumo de petróleo", afirma Bishop. "La transición para abandonar los motores de combustión interna es una parte clave de los objetivos de descarbonización y seguridad energética del Gobierno”.

Pero el mercado sigue subestimando el ritmo de la transición. "En 2018, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) predijo que en 2022 se venderían 2 millones de vehículos eléctricos de batería. La realidad fue que el año pasado se vendieron casi 8 millones de vehículos (cifra preliminar de LMC Automotive). La previsión se quedó corta", cuenta el gestor. "Este desajuste entre las expectativas y la realidad ha creado un enorme viento de cola para las empresas expuestas a la temática en los últimos años, opina. Y, en general, espera que esta tendencia continúe en los próximos años. "Este es un tema global, con muchos nuevos fabricantes de vehículos eléctricos (VE) emergiendo (por ejemplo, en China), mientras que los fabricantes de automóviles existentes siguen invirtiendo a nivel mundial, lanzando nuevos modelos de VE", afirma.

Una amplia gama de temas

"Aunque vemos un cambio significativo con la electrificación de los vehículos de pasajeros, esta cuestión es claramente mucho más amplia y abarca todos los cambios relacionados con la sostenibilidad que se están produciendo en la movilidad", afirma Bishop. Los vehículos son cada vez más inteligentes y seguros. “Los mismos esfuerzos para descarbonizar el transporte de mercancías siguen creciendo", explica. Este principio de amplitud de la movilidad ecológica sustenta la estrategia del BGF Future of Transport, que invierte en toda la cadena de valor, desde las materias primas hasta los componentes y tecnologías que apoyan la revolución del transporte. “Es importante centrarse en los fundamentos de las empresas y tratar de entender cómo pueden beneficiarse de su exposición al tema", señala.

Actualización de la cartera

El equipo gestor está actualmente prudente con a los fabricantes de vehículos eléctricos debido a la normalización de las limitaciones de la cadena de suministro en los últimos años, que podría provocar un exceso de capacidad y presiones sobre los precios. En su lugar, prefiere las oportunidades en la cadena de suministro, centrándose en los materiales y la producción de baterías. Otra área especialmente atractiva para el gestor es la tendencia hacia la deslocalización eficiente.

En su opinión, nos encontramos en las primeras fases de un importante ciclo de inversión industrial en los mercados desarrollados, a medida que las empresas tratan de reforzar las cadenas de suministro y acercar las capacidades de fabricación a casa. “Es probable que este resurgimiento de la fabricación occidental estimule una demanda significativa de soluciones de transporte comercial con bajas emisiones de carbono. Se trata de un importante elemento adicional para los posibles beneficiarios", concluye.