Suecia da signos de despegue, Finlandia y Dinamarca están empezando a recuperarse y Noruega se dirige a una fase de ralentización.
Nordea toma el pulso a las economías del norte de Europa y dictamina que las previsiones de crecimiento para la región escandinava siguen siendo frágiles, debido por un lado a debilidades internas y, por otro, a la incertidumbre en el plano internacional. No obstante, las previsiones son mejores que para el conjunto de la zona euro: la firma calcula que las economías nórdicas crecerán cerca de un 2% en 2014, mientras que su estimación para la zona euro es un PIB del 1,2% este año y del 1,5% para el que viene, como indica el economista jefe internacional de Nordea, Helge J. Pedersen.
De los cuatro países que conforman Escandinavia, los expertos de la firma estiman que “Suecia parece ser el país mejor posicionado para registrar una progresión sustancial durante los próximos años”, seguida por Dinamarca y Finlandia, donde la recuperación apenas acaba de empezar y en la que el repunte de la demanda interna y el incremento de las exportaciones juegan roles diferentes en cada caso. La nota discordante la pone Noruega: desde la gestora prevén que su economía se ralentice tras años de fuerte crecimiento.
Suecia
La economía sueca comenzó a dar signos de recuperación a finales de 2013 gracias al crecimiento de la demanda interna, mientras que las exportaciones se mantuvieron en niveles moderados. Dados los bajos tipos de interés y la política fiscal expansiva que ha adoptado el Gobierno sueco, la primera conclusión de la gestora es que “los hogares siguen siendo el principal motor de la economía”. Esperan que el crecimiento se fortalezca más cuando la demanda internacional y las exportaciones recuperen impulso. Adicionalmente, prevén un repunte de la actividad inversora “a medida que aumente la producción, lo cual impulsará el crecimiento”.
Dinamarca
Aunque la economía danesa terminó 2013 con débiles resultados, desde Nordea esperan signos positivos en el futuro, en particular por parte de las exportaciones: “Podrían experimentar un aumento decente, impulsado por un crecimiento elevado en los mercados más importantes”, indican. Al igual que en el caso sueco, la previsión también incluye un repunte de la demanda doméstica, pero en este caso condicionada por la mejora del mercado laboral.
También ofrece un futuro relativamente positivo la evolución del mercado de la vivienda, aunque observan que el nivel de actividad es moderado y se caracteriza por un sesgo geográfico.
Finlandia
Dentro de esta graduación de mejor a peor momento en la economía que establece Nordea, el siguiente peldaño le correspondería a Finlandia. Su PIB real encadena 7 trimestres consecutivos sin crecimiento: mientras que el comercio exterior ha contribuido positivamente, la demanda interna ha caído. Al respecto, desde la gestora pronostican un fortalecimiento de la demanda de exportaciones en base a las tendencias en la economía mundial; en cambio, su previsión para la demanda interna y para la inversión en el país es que se mantendrá la debilidad al menos en el corto plazo.
Noruega
El último puesto le corresponde a Noruega, que después de años de crecimiento positivo está cerca de convertirse en la “oveja negra” de las economías nórdicas. “La construcción de viviendas está avocada al declive, el crecimiento del consumo debería ser moderado y la inversión petrolera está llegando a niveles máximos”, indican los expertos de Nordea. “En un contexto macroeconómico caracterizado por la debilidad, es probable que la inversión empresarial se mantenga en niveles muy modestos”, añaden. Finalmente, aunque consideren como elementos positivos el incremento de las exportaciones y la política fiscal expansiva, creen que no tienen suficiente peso en la balanza como para evitar una ralentización de la economía.