Nueva vuelta de tuerca para Theresa May y la ejecución del Brexit

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La Justicia británica emitió ayer un fallo que se ha convertido instantáneamente en histórico, al obligar al Gobierno a tener que someter la activación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa a la decisión del Parlamento. De esta manera, serán los diputados británicos quienes tengan la última palabra sobre el escenario de Brexit duro que planteó la primera ministra Theresa May hace unos días.

A pesar de la trascendencia de la decisión, los mercados apenas reaccionaron: la libra se depreció ligeramente (en torno al 0,5%), lo que provocó a su vez un pequeñísimo repunte del Ftse 100, que al estar compuesto mayoritariamente de multinacionales se beneficia de la caída de la divisa. En la renta fija, apenas oscilaron los rendimientos de los gilt a dos y diez años. Esta falta de emoción puede atribuirse, según expertos de Western Asset (filial de Legg Mason) a que “era una decisión que fue largamente esperada, y ahora prevemos que el Gobierno ponga sobre la mesa un rápido proyecto de ley con el que acudir al Parlamento en los próximos días”.

Desde la firma señala que “es posible que se efectúen enmiendas al proyecto de ley”, pero que existen varios puntos ciegos que pueden favorecer a los partidarios del Brexit: que Escocia (en contra de la salida de la UE) no dispone de un veto efectivo a la ley, que los laboristas hayan dicho públicamente que no frustarán el proceso de activación del Artículo 50, y que el Gobierno haya mostrado explícitamente su voluntad de realizar un segundo referéndum si lo cree necesario. La conclusión de la firma es que ven “una probabilidad muy alta de que se active el Artículo 50 en la fecha límite autoimpuesta por el Gobierno”. 

Esa fecha es el 31 de marzo. El estratega de AXA IM David Page no está tan convencido de que se vaya a cumplir en tiempo y hora, pues afirma que “existe el riesgo de que los retos procesales y las enmiendas propuestas vuelvan difícil cumplir con el calendario de finales de marzo”.

El estratega también se fija en que el Parlamento Escocés ya ha mostrado intenciones de enmendar la propuesta. “Sin embargo, el Tribunal estipuló que el gobierno no necesita consultar a las asambleas regionales. Esto elimina una de los mayores obstáculos potenciales para la ambiciosa planificación de May, con tan sólo algo de riesgo de que se produzcan pequeños retrasos procesales”.

Martin Arnold, director del área de divisas en ETF Securities, se decanta por el punto de vista del experto de AXA IM: “Todavía es probable que suceda el Brexit, pero es posible que sea retrasado por un debate en el seno del gobierno sobre si activarlo y cuando hacerlo”. Arnold corrobora que la decisión del Tribunal Supremo no ha sido ninguna sorpresa, y añade que “parece que May se ha rendido ante la evidencia de que el Parlamento de Reino Unido tendrá algo que decir sobre el resultado del Brexit, después de que indicara la semana pasada que los legisladores votarán sobre el marco final de la salida de la UE”.

El representante de ETF Securities espera en este escenario que el comportamiento de la libra sea de apoyo al menos en el corto plazo, “cuando comiencen las negociaciones y los inversores ganen conocimientos sobre los problemas subyacentes y el periodo de tiempo que lleve el proceso de salida”. Aunque un Brexit duro no es su escenario central, Arnold advierte que lo más probable es que la divisa siga volátil y cotice en rangos en 2017, “a medida que vayan filtrando al público las negociaciones del Gobierno con la UE”.