Nuevos aires para la industria de hedge funds

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Joanna Paterson, flickr, creative commons

En medio de una encrucijada en la que dejan atrás las lecciones aprendidas de los errores del pasado, los hedge fund están tomando un nuevo camino en el que los requisitos de transparencia, más liquidez y control de riesgo, hoy son esenciales para los inversores. Este es el punto de partida del encuentro realizado por CAIA Iberia, en el que han participado Umberto Boccato, director de Inversiones de Haussmann Holdings - Fund of Hedge Funds de Mirabaud Asset Management, Gabriel Fernández de Bobadilla, director de Gestión de Activos de Omega Capital, y Juan Cruz, gestor y fundador de Cygnus AM.

En el evento "Hedge Funds at the crossroads", Sergio Miguez, Executive Committee de CAIA Iberia, ha dado a conocer la evolución de un sector que perdió activos y fue castigado por el mercado en 2008, aunque en los últimos años se ha recuperado en patrimonio de la mano de los grandes inversores institucionales. Según los datos de los que dispone Miguez de HFR (Hedge Fund Research), los fondos hedge marcaron su mejor rentabilidad en los tres últimos años durante 2013, tal y como refleja el índice HFRI® Fund Weighted Composite, del 9,2%.

De esta manera, su capital se incrementó en 376 mil millones de dólares, en donde casi 64.000 millones corresponden a flujos de entrada netos, que han empujado a la industria a un nivel récord de 2,63 billones de dólares.

Sin embargo, este crecimiento, según explicaba Cruz, vino en mayor parte por Estados Unidos y no tanto por Europa. De esta última región, indica que está mucho más controlada por los bancos, más centrados en la distribución y no tanto en el producto -principalmente de gestión pseudo-pasiva-, junto a que la cultura financiera en muchos casos es menor. Algo que comparte Boccato, que añade que los vehículos americanos tienen un histórico más largo y que además, el hecho de tener una regulación diferente en cada país europeo, hasta ahora, tampoco ha sido un factor de apoyo.

Una exigencia superior en la transparencia, en la regulación o en la gestión del riesgo ha supuesto una mejora importante para el cliente final, que ha cambiado notablemente su percepción y perspectiva acerca de estos productos, señalan los ponentes, al tener mayor protección. Al mismo tiempo, también ha existido un requerimiento más alto de liquidez, de ahí la creciente demanda de vehículos alternativos regulados después de la crisis, como señala Boccato.

Desde el punto de vista de Fernández de Bobadilla, la convivencia de los fondos hedge con los fondos con objetivo de retorno absoluto regulados es posible; sin embargo, conviene entender que estos también tienen límites ya que “hay estrategias que no son buenas en un formato de liquidez diaria”. Para Cruz, un fondo hedge UCITS es una decisión de negocio ya que “da la sensación de protección” al estar bajo esta etiqueta; no obstante, no todo vale, ya que ahí la liquidez del vehículo debería coincidir con la de los activos subyacentes, apunta.

El marco regulatorio

Boccato cree en la mejora de la regulación, sobre todo por la parte de los riesgos no relacionados con la inversión, mientras que Fernández de Bobadilla piensa que la demanda de regulación ha llevado a un entorno más seguro para los inversores, aunque no estén protegidos al 100%.  Por su parte, Cruz considera que la industria ahora está en una mejor posición y que la directiva AIFMD o EMIR ponen más presión en la gestión; eso sí, no se olvida de que el nuevo marco regulatorio se ha traslado también en mayores costes, en donde se necesita un volumen más alto para obtener un umbral de rentabilidad.

Un nuevo cliente en busca de lo mismo: rentabilidad

Uno de los cambios con el pasado está viniendo por la base inversora del producto, mucho más institucional que hace años. Según Cruz, el hecho de que los tipos de interés estén en niveles tan bajos hace que este tipo de cliente busque alternativas en este tipo de productos. Un factor que también ven desde el lado de la gestión, pero desde otro punto de vista, ya que según indican, con estos niveles de tipos, el equivalente a un 15% del 2006 en el 2014 sería un 10% por la remuneración del cash al 0%.

La rentabilidad es para Cruz el foco en el que deben centrarse para sobrevivir una entidad como la suya. “Tenemos una ventaja competitiva que es adelantarse al resto, si hay oportunidades y no las tomas, eres un mal gestor”, cree el gestor de Cygnus AM, que también subraya la necesidad de tener una presencia global para tener éxito.

De todas maneras, seguirán existiendo diferencias entre los mega-fondos y los pequeños y medianos, como considera Fernández de Bobadilla. Los grandes fondos son la “opción segura” para las instituciones, aunque los de menor tamaño están en mejor posición para dar una rentabilidad superior, señala. La respuesta de muchas casas a estos últimos, según Cruz, es que, desde la experiencia de Madoff, los selectores no están dispuestos a asumir mucho riesgo, a diferencia de EE. UU., donde predomina la gestión independiente.

Otro punto a la hora de elegir un buen producto, según Fernández de Bobadilla, es la alineación de intereses. Como él mismo indica, “somos inversores substanciales de nuestros vehículos”.