Activismo accionarial ¿el inicio de una época dorada?

Edward Mr.O'Loghlen noticia
Firma: Cedida (CFA)

TRIBUNA escrita por Edward O´Loghlen Velicia, CFA, miembro del Consejo Ejecutivo de CFA Society Spain, en el marco n el marco de Visión de Fondo de un profesional CFA.

Twitter, Credit Suisse, Generali… las noticias económicas están recogiendo un aumento importante de casos de activismo accionarial:

Un posible cambio de ciclo en los mercados de renta variable, provocado por las subidas de tipos y unas menores perspectivas de crecimiento económico, está haciendo más vulnerables a muchas cotizadas ante inversores activistas. Sus agendas consisten en mejorar la creación de valor utilizando los derechos políticos de una posición accionarial minoritaria (típicamente en torno a un 5%) para modificar la dirección estratégica y gobernanza.

Por otro lado, las grandes y tradicionales gestoras de activos, conscientes de que ese ciclo alcista puede estar cambiando, también buscan maneras de mejorar la rentabilidad de sus inversiones, y una estupenda manera de hacerlo es asociarse con fondos especializados en activismo accionarial. Los inversores activistas suelen realizar una labor exhaustiva de investigación, asesorándose con expertos sectoriales y legales, e identificando potenciales objetivos. Por eso, cuando construyen su posición inicial, lo intentan hacer de manera discreta, ya que su coste de adquisición sería más alto si esta se hiciera pública desde un inicio.

Ahora bien, una vez que tienen que divulgar públicamente su tenencia de posiciones, necesitan recoger adhesiones de otros accionistas para que su estrategia de presión ante los administradores surta el efecto deseado. El inversor activista y los fondos tradicionales se benefician mutuamente de esta actividad: el uno contribuye con la idea de mejora, y el otro con sus votos.

Qué estrategias siguen

Una estrategia típica de un inversor activista sería, por ejemplo, exigir una mayor distribución de capital al accionista mediante dividendos o recompra de acciones. Otra estrategia bastante habitual está relacionada con el perímetro de actividad operativa de la compañía, solicitando un proceso de venta, o la segregación de negocios, cuando la suma de las partes es superior al conjunto.

Existen otras estrategias que se basan más en impactos indirectos con resultados a medio plazo, como la mejora del gobierno corporativo o la integración de criterios sociales y medioambientales a la gestión. Estas van a menudo acompañadas de una propuesta de incorporación de consejeros que aboguen por un cambio estratégico en la gestión operativa de la compañía.

Ante el éxito financiero de las estrategias activistas, su popularidad se ha ampliado y, en mayor o menor medida, son adoptadas por casi todo el colectivo de inversores institucionales, ya sea de manera activa a través de fondos especializados en estas estrategias, o de forma pasiva mediante la adhesión de votos a las propuestas de los anteriores. Incluso fondos soberanos como Norges Bank o Temasek, que han sido tradicionalmente pasivos, han votado recientemente a favor de campañas de activistas.

La situación en España

Por lo que respecta a España no ha habido muchos casos de activismo accionarial hasta el momento, con la excepción reciente de Amber Capital y PRISA, pero las cosas seguramente cambien. El origen de la mayoría de activistas es estadounidense; históricamente han concentrado su actividad allí. Sin embargo, sus oportunidades de actuar se van reduciendo en la medida en que las cotizadas norteamericanas se adaptan a su presencia. El desembarco europeo empezó en el Reino Unido y ya se han extendido por Francia y Alemania, donde abundan ejemplos de campañas recientes con empresas tan emblemáticas como Danone, Lagardère, Commerzbank, y Hugo Boss.

No tardarán en llegar a España. La emblemática película de 1992 Barbarians at the Gate,  que narraba la compra de la multinacional norteamericana R.J.R. Nabisco (conglomerado de alimentación y tabaco) por la firma de capital riesgo KKR (Kolberg, Kravis & Roberts) se tradujo al español como Pánico en Wall Street, pero una traducción más apropiada sería Cuando los bárbaros llaman a la puerta.

El activismo accionarial en el mundo financiero es, en general, positivo, ya que contribuyen a mejorar la eficiencia del mercado de capitales, atrayendo atención y soluciones hacia aquellas empresas que pueden tener un mayor conflicto por equipos de gestores enquistados, ayudando asimismo a la correcta formación de precios en el mercado bursátil. Este tipo de estrategia está aquí para quedarse. Va a continuar expandiéndose desde sus orígenes anglosajones al resto de mercados de capitales, ya sea en Europa continental o Asia.