Activos privados: nuevas oportunidades en la era del 3D Reset

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Firma: cedida (Schroders).

TRIBUNA de Leonardo Fernández, director general para Iberia, Schroders. Comentario patrocinado por Schroders.

Las estrategias de inversión que han funcionado durante mucho tiempo se enfrentan ahora a nuevos vientos en contra, a medida que entramos en una era marcada por la descarbonización, la demografía y la desglobalización.Advertisement En Schroders denominamos a esta nueva etapa 'el 3D Reset', en referencia a estas tres tendencias que creemos que crearán interesantes oportunidades de inversión en los mercados privados:

La descarbonización se está implantando a diferentes velocidades, pero supondrá un filón de oportunidades para los inversores durante las próximas décadas. Por ejemplo, las nuevas formas ecológicas de desplazamiento, la producción y el consumo de energía, así como los edificios sostenibles harán que las inversiones en infraestructuras aumenten para satisfacer los cambiantes requisitos normativos y de la sociedad. Esto supone una gran oportunidad para que los mercados privados intervengan con alternativas de financiación sostenible.

En este sentido, vemos oportunidades de inversión en activos renovables (parques eólicos, solares, hidroeléctricos…) y en tecnologías complementarias, como el hidrógeno, las bombas de calor, las baterías y la recarga de vehículos eléctricos, fundamentales para la descarbonización de industrias como el transporte, la calefacción y las industrias pesadas. Por último, también las infraestructuras relacionadas con la digitalización y un sector inmobiliario cada vez más sujeto a las normativas sostenibles se beneficiarán de esta tendencia de largo recorrido.

La demografía también traerá cambios a los mercados privados. Una menor población activa en los países desarrollados afectará a la producción económica, y las empresas mirarán hacia soluciones como la inteligencia artificial y otras tecnologías con potencial de mantener la productividad elevada. De hecho, por el momento, esta revolución tecnológica está siendo impulsada por el capital riesgo pero, con el tiempo, también las empresas más maduras necesitarán financiación privada para invertir en cambiar o mejorar sus modelos de negocio con la IA.

El enorme apetito de computación de la IA requiere importantes recursos energéticos, lo que supone, de nuevo, una oportunidad para las inversiones en infraestructuras, especialmente en energías renovables. En el ámbito de los activos inmobiliarios, se crearán nuevas tipologías de vivienda, tanto en mercados emergentes, con una población dinámica, como en los desarrollados, donde se está incrementando la demanda de residencias para la tercera edad y viviendas de alquiler asequible para mayores y jóvenes. Estos segmentos de vivienda ofrecen una protección contractual o indirecta contra la inflación y permiten generar ingresos y valor sostenibles a medio y largo plazo.

Por último, la desglobalización, cuyo punto de inflexión fue la pandemia de la COVID-19, avanzará previsiblemente en las próximas décadas. Además, las crecientes tensiones geopolíticas y las alteraciones de las cadenas de suministro global han llevado a muchos países a acercar a sus territorios las cadenas de producción para evitar problemas de abastecimiento. Este paso atrás en la globalización espoleará también a los mercados privados.

El reshoring (proceso por el cual las empresas devuelven la producción y fabricación de bienes a su país original) y el nearshoring (traslado de la producción a países geográficamente más cercanos o estables económica y socialmente) crearán oportunidades inversoras, puesto que la financiación de la deuda, en particular de inmuebles comerciales, es difícil de conseguir. Además, prevemos que la desglobalización empuje al alza la inflación, por lo que los tipos de interés más elevados asociados a la deuda a tipo variable, junto con la protección contra la inflación que puede ofrecer el sector inmobiliario, resultarán atractivos.

Estas tres tendencias nos indican que es el momento de ser previsores. Lejos de continuar automáticamente con las estrategias que han funcionado en el pasado, los inversores deben reconfigurar sus carteras y adaptarlas al nuevo mundo en el que nos adentramos. Las 3D marcan una nueva etapa para la inversión en activos privados, donde mantener una visión de largo plazo y diversificar carteras con activos privados descorrelacionados serán clave para navegar con éxito por esta nueva era.