Apalancamiento

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Foto cedida

Luis Fernando Utrera Infantes, asesor de Alpha Plus Gestora y profesor del IEB Será la edad o la experiencia pero, conforme pasa el tiempo, tiendo a simplificar más mis modelos. La realidad es compleja, no cabe duda, pero el exceso de complejidad, a veces, hace renunciar a entenderla. Lo malo es que de eso, se aprovechan muchos. Se me ocurre que si algunos hubiesen preguntado, en su momento, qué era eso de un CDO y no sólo mirar su rentabilidad “teórica”, habría menos lágrimas repartidas equitativamente entre confiados y vergonzosos. Digo esto porque voy a tratar de explicar qué es el apalancamiento y lo que pienso del mismo.

El apalancamiento actual del sistema es el último eslabón de una escalera que comenzó con el exceso de liquidez. Cuanto más alto sea, mayor es la caída. Por decirlo de una manera sencilla, el apalancamiento es vivir por encima de tus posibilidades. Muchas familias lo hacen cotidianamente y, en ocasiones, te permite alcanzar antes tus objetivos. La cruz viene en que también te puede alejar con más facilidad de ellos. Ergo: en ciclos positivos de la economía, el apalancamiento, aparentemente, es genial porque accedes a unos retornos que de otra manera serían impensables. El problema es cuando sucede lo contrario. Veamos. La enorme masa de liquidez inyectada al sistema por los bancos centrales, desde la crisis de las puntocom y el ataque a las gemelas, originó lo que todos conocemos, salpimentado por los divertidos productos estructurados que inventó la industria.

El primer sector en desapalancarse fue el de los hedge funds, a finales de 2007, obligados por la exigencia y subida de los margin calls, provocando la primera gran caída del mercado. A continuación, comenzaron las familias. Prueba evidente es el incremento de la tasa de ahorro de las familias (España acabará rondando el 20% de la renta disponible en 2009). Los bancos han disminuido algo el suyo, aunque lo han reducido en familias y empresas y ha crecido en sector público, en contra de lo habitual hace años. El sector público ha incrementado su apalancamiento, disparando volumen emitido y déficit público. Así, el apalancamiento total del sistema no ha variado notoriamente. Y esto es necesario para la estabilización.

En la historia del siglo XX, de los 32 episodios de desapalancamiento por crisis financieras, el periodo medio del proceso fue de 6-7 años. Luego, queda camino por recorrer y sectores por reacondicionarse. A los bancos les tocará turno cuando se eleve, paulatinamente, la obligación para Tier1 desde el 4% actual, al 8%. ¿Y el sector público? Las finanzas las reduzco a una comunidad de vecinos. A mis alumnos les digo que el Estado ha puesto mármol de Carrara en el portal y ahora nos van a pasar una derrama que nos empeñará durante años. ¿Seremos nosotros los que obliguemos al Estado a desapalancarse?