Un estudio académico muestra cómo los inversionistas van a activos de poco riesgo durante otoño e invierno y toman más riesgo durante primavera y verano, cuando los días son más largos y luminosos.
En un estudio empírico realizado por Kamstra, Kramer, Levi y Wermers en agosto de 2011, se observa que los movimientos del mercado están muy correlacionados con campañas publicitarias, tomas de pérdidas y beneficios fiscales, efectos
de fin de año y necesidades de liquidez.
El estudio de los profesores Kamstra, Kramer, Levi y Wermers trata de aportar valor en este sentido a la industria de los fondos de inversión, incorporando una variable no estudiada anteriormente. La variable que incluye es una anomalía medica/clínica conocida como Seasonal Affective Disorder (SAD), que viene a ser una depresión estacional que padece diagnosticada entre un uno y un 10% de la población, y que hasta un tercio puede tener síntomas sin saber que lo padece o estar diagnosticado.
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