Capturar la prima de crédito en el mercado de high yield con una exposición limitada a tipos de interés

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Firma: cedida (UBP).

TRIBUNA de Olivier Debat, Investment specialist, Global Fixed Income, UBP. Comentario patrocinado por UBP.

La economía europea ha empezado el año en buena forma, pese a que la variante ómicron se extendió por toda Europa a finales de 2021 y principios de 2022. El robusto crecimiento continúa viéndose respaldado por el consumo de los hogares y la tasa de desempleo se acerca al pleno empleo. En Estados Unidos, la riqueza de los hogares más modestos también ha aumentado desde 2015. Así, a ambos lados del Atlántico, la solidez de los balances domésticos debería ayudar a absorber el aumento de los precios de bienes y servicios en el entorno inflacionario actual.

En cuanto al sector corporativo, los márgenes evolucionan de forma satisfactoria, tanto en Estados Unidos como en Europa, y los márgenes de ebitda vienen creciendo desde 2020. Se estima que el aumento de la inflación solo afectará negativamente a un 10% de las empresas, principalmente en los sectores de bienes de consumo, ventas minoristas y productos químicos. No obstante, se espera que la inflación subyacente regrese a niveles normales a medida que la inflación provocada por la pandemia se vaya disipando y los precios de la energía se moderen tras el nerviosismo de las últimas semanas ligado a la situación geopolítica.

Ucrania: una crisis europea, no mundial

El ciclo de restricción monetaria iniciado por la Reserva Federal estadounidense (Fed) se produce en un contexto macroeconómico más robusto que los que predominaban durante los tres ciclos de subidas de tipos anteriores. El banco central estadounidense podría llegar a subir tipos diez veces entre este año y el próximo, ocho subidas en 2022 y dos en 2023. En Europa, las proyecciones muestran un menor grado de consenso. Los inversores anticipan seis subidas de tipos en 2022-2023, pero, en el Viejo Continente, las dinámicas económicas dependen más de la evolución de los precios de la energía que en Estados Unidos.

De hecho, el conflicto en Ucrania afectará principalmente a los países europeos por la vía de la importación de materias primas, que representa el 68% de las exportaciones rusas. Se estima que el conflicto le restará 0,8 puntos porcentuales (p. p.) al crecimiento mundial, un impacto moderado y similar al de la ola de ómicron. Sin embargo, la situación en los diferentes bloques económicos es más dispar: el crecimiento podría caer 2,1 p. p. en la eurozona frente a tan solo 0,1 p. p. en Estados Unidos.

Buen momento favorable: crédito de beta alta y limitada exposición a tipos

El favorable entorno macroeconómico y la sólida situación financiera de las empresas justifica la vuelta de los inversores a los mercados de crédito, siempre y cuando la exposición a tipos de interés sea limitada y con una preferencia por el crédito de beta alta. En ese contexto, nos decantamos por una estrategia que invierte en índices de CDS de high yield global con una duración limitada.

El repunte de los rendimientos, un 7% en dólares para una estrategia basada en índices de CDS de high yield global, amortiguará un escenario menos benigno para Europa en el que las importaciones de gas sufran serias restricciones. Además, en caso de que se materializasen los riesgos de cola y el mercado sufriese correcciones, los índices de CDS superarían a los bonos, como ya hicieron, por ejemplo, durante la crisis del COVID-19, gracias a su liquidez.

Por otra parte, el mercado de high yield estadounidense, que incluye a un gran número de empresas energéticas, debería verse beneficiado por el aumento de los precios de los hidrocarburos. Esta estrategia basada en índices de CDS presenta una exposición limitada a tipos de interés, de aproximadamente un año, lo que resulta adecuado para la situación actual de los mercados de tipos de interés. Ante la perspectiva de unos tipos de interés crecientes, los emisores de high yield cuentan con un calendario de vencimientos razonable

Si nos fijamos en el índice de referencia para los bonos high yield globales, solo un 17% de la deuda emitida vence entre marzo de 2023 y marzo de 2025. En cuanto al tema de la curva de tipos estadounidense, nos gustaría destacar que el propio indicador de la curva de la Fed (3 meses - 10 años) ha ganado una inclinación que no veíamos desde 2017 y, además, le asigna una probabilidad del 6% al riesgo de que se produzca una recesión en los próximos 12 meses.

Por todo ello, los planetas se han alineado para que los inversores puedan capturar la prima que ofrece actualmente el mercado de high yield con una exposición limitada a tipos de interés y una gran liquidez mediante una estrategia basada en índices de CDS de high yield global como la que gestiona UBP.