Cómo operar con divisas: un caso práctico

José Parga NOTICIA
Firma: Cedida (BME)

TRIBUNA escrita por José Antonio Parga, Responsable de Forex de BME.

En una de sus famosas presentaciones, Steve Jobs se sacó de un bolsillo y mostró al público el nuevo mando a distancia del Apple TV: el dispositivo que había inventado su compañía para convertir una televisión normal en un PC conectado a internet. El mando sólo tenía 5 botones, era superfino y cabía en la palma de la mano.

A continuación, sacó de una bolsa (no cabía en un bolsillo) el mando a distancia del mismo aparato de la competencia -un dispositivo con decenas de botones, bastante grueso y de diseño convencional- y mostrando al público los dos inventos pronunció su famosa frase: "La sencillez es la máxima sofisticación", frase atribuida originalmente a Leonardo da Vinci

Cuando en BME nos propusimos entrar en el sector de las divisas con un producto para cobertura de riesgo de tipo de cambio, teníamos claro que para tener alguna posibilidad de éxito había que hacer algo más que simplemente lanzar otro contrato de futuros, uno más, sobre los correspondientes pares de divisas y con los vencimientos habituales (mensuales y trimestrales), ya que la barrera de entrada de los mercados de Chicago, que ostentan el liderazgo en estos productos gracias a su enorme liquidez, dificulta tremendamente el camino al resto de competidores.

Hasta entonces no contábamos en BME con ningún activo relacionado con las divisas, por lo que partíamos sin hipotecas ni ideas preconcebidas a la hora de realizar el diseño del producto.

En un estudio de mercado en el que consultamos a las principales entidades del sector, la sugerencia más repetida fue “hacedlo sencillo”. El mandato era crear un instrumento de cobertura de riesgo divisa que no obligase al cliente a tener que "rolar" en cada vencimiento la posición al trimestre siguiente, porque esto les producía, además de costes, "dolores de cabeza" (expresión también muy repetida por los consultados).

Partíamos de una hoja en blanco y además contábamos con dos ventajas: la primera, que Chicago queda un poco lejos para tener que hacer allí la cobertura de entidades españolas, lo que añade costes de intermediarios. Y la segunda, el contrasentido de tener que depositar las garantías y recibir las liquidaciones en dólares, cuando en la mayor parte de los casos, el dólar es precisamente la divisa cuyo riesgo de tipo de cambio queremos neutralizar.

Innovar para lanzar un producto que mejore el state of the art conlleva sus riesgos, pero tiene la ventaja de que se ven los charcos en los que se han metido los que te llevan la delantera y, a su vez ofrece el incentivo de intentar diseñar un producto superior al de la competencia en todos los aspectos posibles (de ahí que el antiguo eslogan de AVIS, la compañía de alquiler de coches rezase así: “Somos los segundos, por eso nos esforzamos más” puesto que en aquel momento el líder mundial era Hertz).

En este caso, el principal “charco” de los contratos de futuros clásicos era claramente la obligación de tener que rolar la posición al vencimiento siguiente, cerrando la posición abierta en los contratos cercanos a la expiración y abriéndola en el nuevo vencimiento. Este proceso “es un engorro” (en palabras de algunos gestores de fondos) y los costes de ejecución al cerrar y abrir la posición y la pérdida de la horquilla en la operación encarecen la cobertura.

Cómo funciona xRolling

Por este motivo decidimos lanzar xRolling, un contrato de futuros sobre divisas con vencimiento de un día, en el que MEFF, el mercado de derivados español, realiza diariamente al cierre del mercado un proceso de rolo automático, prorrogando al día siguiente todas las posiciones abiertas por las contrapartidas.

En efecto, un algoritmo que es público y ha sido aprobado por el regulador, rola al precio medio de la horquilla de las 23:00 horas todos los contratos vivos y, al ser este proceso automático, el inversor se desentiende de tener que hacerlo él (adiós a los “dolores de cabeza”), con lo que no hay costes de ejecución ni pérdidas en la horquilla en todo el proceso.

El vencimiento diario con rolo automático convierte el producto en un contrato de futuros perpetuo y, además, conlleva el que el precio del contrato coincida con el del subyacente -en este caso el par de divisas correspondiente- de ahí el apellido de Rolling Spot.

Esto supone una gran comodidad para importadores y exportadores que suelen estar sujetos a pagos o cobros en divisas en fechas que pocas veces se cumplen, ya que con xRollingFX pueden mantener su posición hasta el momento que deseen sin necesidad de hacer nada más (“te cubres y te olvidas” otra expresión de los gestores y directores financieros de corporates refiriéndose al producto xRolling). Esto contrasta con los productos de cobertura existentes, ya que como es sabido, si hay cambio de fechas hay que prorrogar o adelantar vencimientos, con el consiguiente encarecimiento de la cobertura.

Otra ventaja es la facilidad de ajustar la cobertura según varía la exposición al riesgo de la entidad: solo hay que comprar o vender tantos contratos de xRollingFX hasta cubrir su posición en el grado deseado, siendo el precio del contrato igual al del subyacente Spot, ya que el cost of carry es cero (otra ventaja del vencimiento de un día del producto), y como el tamaño del contrato es deliberadamente pequeño (10.000 euros por contrato, unas 10 veces más pequeño que el más líquido de Chicago), la cobertura se puede aproximar con precisión suficiente al importe de las facturas en divisas de las empresas de importación/exportación.

Con respecto a los costes, según un estudio realizado de manera independiente por dos entidades bancarias y una firma de análisis, en el caso de una gestora que realice la cobertura de riesgo divisa durante 12 meses con xRollingFX se ahorrará hasta un 50% con respecto al coste de hacerla con futuros clásicos, en los que cada vez que rola se incurre en costes (en el gráfico, cada escalón de la curva representa el incremento de coste correspondiente a un rolo). Y si la cobertura se prolonga más de un año el ahorro es todavía mayor.

¿Por qué nadie había lanzado antes algo parecido? En el caso de BME, teníamos el incentivo de entrar en el segmento FX con una solución sencilla y de bajo coste para el cliente, y sin el riesgo de canibalizarnos otros productos, puesto que arrancábamos de cero en el sector de las divisas. Por este motivo a veces la innovación no parte del líder, sino de los que se esfuerzan más.