Creación de valor a través de la tecnología: estrategias para empresas de capital riesgo

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Enrique O´Connor, Vaultinum. Cedida.

COLABORACIÓN de Enrique O´Connor, director general de Vaultinum Iberia y Latam.

Desde la pandemia, ha habido una notable tendencia de las empresas a adoptar rápidamente nuevas tecnologías para mantener las operaciones diarias durante los confinamientos. Esta necesidad urgente ha fomentado una mayor aceptación de las tecnologías innovadoras, disminuyendo muchas barreras y dudas anteriores. Sin embargo, aunque en general este cambio ha sido positivo, también ha llevado a algunas empresas a tomar decisiones precipitadas sobre las repercusiones a corto y largo plazo de las nuevas soluciones tecnológicas, decisiones que los propietarios de capital privado, en particular, no pueden permitirse tomar a la ligera.

Con la creciente presión sobre las empresas para que apliquen soluciones que fomenten el crecimiento y sigan siendo competitivas, los presupuestos tecnológicos han crecido hasta un 60% en los últimos tres años.

Por tanto, el imperativo de obtener valor desde el principio de la operación nunca ha sido tan crítico. Sin embargo, se requiere un enfoque más ágil para la creación de valor a través de la tecnología, en lugar de limitarse a aumentar la inversión financiera en este ámbito.

¿Qué es la creación de valor a través de la tecnología?

La creación de valor en el sector tecnológico implica aumentar el valor de una empresa para sus accionistas mediante diversas intervenciones estratégicas. Esto incluye no solo aumentar la rentabilidad y reducir los costes operativos, sino también elevar la calidad del software, impulsar la innovación de productos e implantar procesos escalables que satisfagan las demandas del avance tecnológico y la dinámica del mercado. 

En el centro de la creación de valor está la innovación estratégica, que implica aprovechar tecnologías de vanguardia como la inteligencia artificial (IA), Internet de las Cosas (IoT) y blockchain para crear soluciones que redefinan las normas del mercado y las expectativas de los consumidores.

Creación de valor y due diligence tecnológica

El camino hacia la creación de valor suele comenzar con la due diligence tecnológica. La due diligence tecnológica profundiza en la calidad del software, su arquitectura, escalabilidad y capacidades de integración. Según un estudio del Consorcio para la Calidad del Software de TI (CISQ), la mala calidad del software genera importantes costes operativos para las empresas. El CISQ cita una investigación según la cual un desarrollador medio de una empresa dedica aproximadamente el 33% de su tiempo a abordar la deuda técnica.

La due diligence tecnológica, que incluye un análisis del código fuente, ayuda a detectar posibles riesgos, oportunidades y sinergias en el marco tecnológico de la empresa objetivo.

  1. Eficiencia operativa mediante tecnología avanzada

Para mejorar la eficiencia operativa, es vital integrar tecnologías de vanguardia como la inteligencia artificial (IA), el aprendizaje automático (ML) y el análisis de datos. Estas tecnologías se aprovechan para mejorar la productividad, predecir las tendencias del mercado, personalizar las interacciones con los clientes y optimizar las operaciones logísticas, impulsando así la rentabilidad y el valor global de la empresa.

2. Mejorar la productividad con la automatización

Las tecnologías de automatización, como la automatización robótica de procesos (RPA) y el machine learning, desempeñan un papel importante en la optimización de tareas rutinarias, lo que no solo acelera los procesos, sino que también reduce la probabilidad de errores humanos.

3. Análisis de datos para una toma de decisiones informada

El análisis de datos permite a las empresas aprovechar grandes volúmenes de datos para comprender mejor el comportamiento de los clientes y tomar mejores decisiones. Por ejemplo, las empresas tecnológicas pueden utilizar el análisis predictivo para prever la demanda de productos y servicios, lo que permite una gestión más eficiente del inventario y la asignación de recursos.

4. Cloud computing para mayor escalabilidad y flexibilidad

La computación en nube permite a las empresas ampliar rápidamente sus operaciones para satisfacer una mayor demanda o explorar nuevos mercados sin grandes gastos de capital. La escalabilidad de los servicios en la nube permite a las empresas tecnológicas experimentar con nuevas aplicaciones y servicios en un entorno rentable y de bajo riesgo.

5. Optimización impulsada por la IA

La IA se utiliza cada vez más para optimizar diversas operaciones empresariales, desde la atención al cliente con chatbots impulsados por IA hasta la gestión de la cadena de suministro mediante soluciones logísticas potenciadas por IA. Por ejemplo, la IA puede mejorar la eficiencia de la cadena de suministro mediante la predicción de interrupciones y la automatización de las respuestas, reduciendo así el tiempo de inactividad y mejorando la prestación de servicios.

Aprovechar estas tecnologías es una estrategia clave para impulsar la eficiencia operativa. Al invertir en automatización, análisis de datos, computación en la nube e IA estratégica, los inversores pueden mejorar la productividad, reducir costes y, en última instancia, crear un valor significativo en las empresas de su cartera. 

Mejores prácticas en la creación de valor impulsada por la tecnología

1. Garantizar una due diligence exhaustiva

El comienzo de una integración tecnológica exitosa es una due diligence exhaustiva. Si no se llevan a cabo evaluaciones exhaustivas, pueden surgir problemas inesperados, como incompatibilidades entre sistemas, tecnologías heredadas obsoletas y vulnerabilidades de ciberseguridad que se pasan por alto. Estos problemas pueden perturbar considerablemente las operaciones y obstaculizar el proceso de integración.

2. Minimizar el choque cultural

La introducción de nuevas tecnologías a menudo puede encontrar resistencia por parte de los empleados y otras partes interesadas acostumbradas a los flujos de trabajo existentes. Además, el rápido ritmo al que las empresas de capital riesgo suelen exigir resultados puede crear un choque cultural que afecte desproporcionadamente a los empleados de nivel medio y superior. Es esencial que las empresas gestionen cuidadosamente estas transiciones mediante sistemas eficaces de comunicación, formación y apoyo para fomentar la aceptación y una integración sin problemas.

3. Establecer expectativas realistas

Sobrestimar los beneficios de las inversiones tecnológicas o subestimar el tiempo y los recursos necesarios para una implantación satisfactoria puede provocar una gran desilusión y sobrecargar los recursos. Las empresas deben establecer expectativas realistas y proporcionar objetivos claros y alcanzables para garantizar que las iniciativas tecnológicas estén alineadas con las capacidades reales y las necesidades empresariales.

4. Implantar una gobernanza y una supervisión sólidas

La falta de gobernanza y supervisión adecuadas puede dar lugar a prioridades desalineadas y a una asignación ineficiente de los recursos. Las empresas deben establecer marcos de gobierno sólidos para garantizar que las iniciativas tecnológicas se supervisan y ajustan de forma coherente en consonancia con los objetivos estratégicos. Esto también incluye mantener el cumplimiento de las normas reglamentarias y del sector, que son cruciales para proteger la valoración de salida de la empresa. 

5. Priorizar la ciberseguridad

Descuidar las medidas de ciberseguridad puede exponer a una empresa a graves riesgos, como filtraciones de datos, pérdidas financieras y daños de reputación. Es imperativo que las empresas inviertan en infraestructuras y prácticas de ciberseguridad sólidas para proteger sus activos digitales y operativos. Esto no solo protege contra posibles amenazas, sino que también refuerza la confianza de las partes interesadas en el compromiso de la empresa con la seguridad.

Conclusión

A medida que la tecnología dicta el liderazgo del mercado, las empresas de capital riesgo se centran cada vez más en aprovechar las estrategias impulsadas por la tecnología para maximizar el rendimiento de sus inversiones. Hoy en día, la esencia de la creación de valor radica en la hábil integración de la tecnología en diversos aspectos de las operaciones empresariales, desde la due diligence y la eficiencia operativa hasta el fomento de la innovación.

Mediante una meticulosa due diligence en materia de tecnología, las empresas pueden evitar los escollos de una integración inadecuada de los sistemas y los riesgos imprevistos de ciberseguridad, garantizando que las inversiones sean sólidas y estén preparadas para la integración. La eficiencia operativa obtenida mediante la automatización y el análisis de datos se traduce directamente en un ahorro de costes y una mejora de la productividad, aspecto crucial para ampliar los negocios y mejorar los márgenes. Además, al fomentar una cultura de innovación e invertir en investigación y desarrollo, las empresas de capital riesgo pueden mantener a las empresas de su cartera a la vanguardia de la tecnología, impulsando un crecimiento no solo incremental sino transformador que capte cuota de mercado y garantice la rentabilidad a largo plazo.