Cuatro cambios en el orden mundial que los inversores deben tener en cuenta

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Firma: cedida (Schroders).

TRIBUNA de Carla Bergareche, responsable en España y Portugal, Schroders. Comentario patrocinado por Schroders.

Desde hace un año estamos asistiendo al endurecimiento de la política monetaria de los principales bancos centrales.Advertisement Este cambio se ha visto motivado por ciertos factores que se consideraban transitorios, pero han terminado desencadenado presiones en otros sectores y extendiéndose a otras partes de la economía. Con ello, estamos asistiendo a un cambio de paradigma que los inversores no deberían obviar y que resumimos a continuación:

  1. Unos tipos de interés más altos durante más tiempo serán una característica significativa de un nuevo régimen en la política y el comportamiento de los activos. La elevada inflación se ha convertido en el caballo de batalla de los mercados y de los bancos centrales, que están intentando cumplir con su obligación de mantener la estabilidad de precios.
  2. La escasez de mano de obra dentro del mercado laboral no solo ha contribuido a que los empleados exijan mayores salarios, sino también a disuadir a las empresas de los despidos. Un mayor crecimiento salarial, en general, significa que, si las empresas despiden personal, pero luego deciden cubrir de nuevo esos puestos, tendrían que hacer frente a nóminas más elevadas. Por ello, retener personal puede ser la mejor opción. Esto, a su vez, alimenta la fortaleza de los mercados laborales, lo que a su vez ha apoyado la demanda, sosteniendo mayores aumentos de los precios y de la inflación.
  3. Las ventajas de la globalización se van agotando. La disrupción de las cadenas de suministro durante el COVID puso de manifiesto la interdependencia de los distintos países y las necesidades de relocalizar su producción. El aumento de las tensiones geopolíticas, especialmente a raíz de la guerra de Ucrania, también ha contribuido a reconfigurar el panorama económico y comercial. Por un lado, la puesta en marcha de diversas restricciones de carácter político por parte de China ha obligado a muchas empresas de Occidente a cambiar sus planes para operar en el gigante asiático y con empresas chinas. Así, muchas multinacionales están reorientando su producción e inversión hacia otros países 'amigos' de menor riesgo. Por otro lado, la guerra también ha puesto de manifiesto la dependencia del petróleo y gas rusos, sobre todo para Europa. A partir de ahora, es más probable que las empresas tengan en cuenta los casos excepcionales en su planificación de riesgos y traten de diversificar sus cadenas de suministro cambiando las ubicaciones de fabricación, estableciendo nuevas fábricas e incluso contribuyendo potencialmente a la creación de infraestructuras, lo que puede llevar a un  aumento de los costes y la inflación.
  4. Ligado con el punto anterior, el último factor que nos lleva a pensar que estamos ante un cambio de régimen es la aceleración de la transición energética. Como respuesta a la crisis energética que desencadenó el ataque de Rusia a Ucrania, los políticos europeos están acelerando la transición a las energías renovables y llevando a cabo diversas iniciativas sobre el cambio climático. Aunque el coste de producción de las energías renovables está disminuyendo considerablemente, el coste de sustitución de la energía basada en el carbón elevará la inflación energética durante muchos años. A su vez, el coste de los productos manufacturados, del transporte, de la energía doméstica y de muchos otros sectores aumentará, lo que incrementará aún más las presiones inflacionistas.

Claves construir carteras en este nuevo régimen

Con este telón de fondo la obtención de rentabilidad será más difícil para los inversores. Por ello, creemos que es fundamental que en este nuevo escenario los inversores:

  • Adopten un enfoque más diversificado, centrado en la generación de alfa.
  • Sean especialmente selectivos a la hora de escoger regiones y compañías que se beneficien de la tecnología, la transición energética y la desglobalización, y que no dependan de una financiación low cost para funcionar.
  • Y conciban las temáticas de inversión como una pieza clave de la construcción de carteras.

La era del dinero gratis ha llegado a su fin, pero empieza otra en la que la gestión activa y flexible será más rentable.