Desciframos los motivos de la fiebre de las megafusiones

joe-foster
Cedida por VanEck

TRIBUNA de Joe Foster, Portfolio Manager and Strategist, Gold and Precious Metals en VanEck. Comentario patrocinado por VanEck.

El precio del oro avanzó en enero ante la moderada respuesta de la Reserva Federal a la volatilidad registrada por los mercados de valores en diciembre. Ello impulsó el oro, que alcanzó un nuevo máximo anual de 1.346 dólares por onza el 20 de febrero. Posteriormente, el metal precioso cedió posiciones para cerrar el mes en 1.313,31 dólares. A comienzos de marzo, el oro cayó a 1.290 dólares. Tras el sólido rendimiento del oro en 2019, es pronto para determinar si este retroceso responde a una consolidación en el marco de una tendencia al alza o un regreso a la evolución entre dos puntos que define el patrón de los precios desde 2013.

La solidez de las compras por los bancos centrales que caracterizó a 2018 parece seguir adelante. China adquirió oro por segundo mes consecutivo, con compras de unas 12 toneladas en enero. Azerbaiyán decidió duplicar, prácticamente, su inversión en oro, hasta las 100 toneladas. Por su parte, Rumanía anunció planes para trasladar sus reservas de oro, de 103 toneladas, desde Londres a cámaras acorazadas del país.

El mercado de valores se ha convertido en un obstáculo para el oro, pues el índice S&P 500 vuelve a orientarse para avanzar posiciones y alcanzar nuevos máximos históricos. La complacencia está regresando, lo cual lastra las inversiones en activos refugio. Se ha acusado a todos los presidentes de la Reserva Federal desde Alan Greenspan de proteger el mercado de valores con políticas monetarias. Se pensó que el presidente Jerome Powell sería más restrictivo e inmune a los avatares del mercado cuando tomó posesión de su cargo. Sin embargo, la pausa en la política de la Reserva Federal en respuesta a la volatilidad del mercado de valores de diciembre ha demostrado que Powell es tan sensible a los mercados como sus predecesores. David Rosenberg, de GluskinSheff, considera que la proliferación de fondos cotizados apalancados, modelos cuantitativos, negociación algorítmica e inversión en dinamismo son elementos perpetuados por la supresión por los bancos centrales de las primas de riesgo, lo cual genera condiciones de mercado artificiales con que los precios se disocian de los fundamentales. Diez años después de la crisis financiera, las economías son tan frágiles que todavía se llama al rescate de los bancos centrales.

Sin embargo, los bancos centrales —inmersos en el estímulo de la economía— carecen del tiempo necesario antes de la próxima recesión para normalizar sus políticas. Parece que la nueva norma es un tipo de los fondos de la Reserva Federal que ha alcanzado un máximo ligeramente superior al 2% y un balance que toca fondo en los 4 billones de dólares. Por su parte, el BCE no puede subir su tipo oficial por encima del -0,4% tras comprar bonos valorados en 3 billones de dólares. ¿Cómo evolucionará el sistema financiero cuando el tipo de los fondos de la Reserva Federal sea cero (o incluso menor), los déficits fiscales superen los 2 billones de dólares al año y la Fed acumule bonos por más de 10 billones de dólares? Podríamos descubrirlo en 2020.

Por otra parte, la estructura del sector del oro ha cambiado tras anunciarse en enero una segunda fusión bomba. La primera fue la fusión de Barrick y Randgold, que se anunció en septiembre, fundamentalmente una absorción inversa con la cual la dirección de Randgold pasó a encargarse de la nueva Barrick. Posteriormente, en enero, Newmont anunció una adquisición amistosa de Goldcorp, la cual se someterá a votación de los accionistas a comienzos de abril. En cada caso, los equipos directivos de Randgold y Newmont consideran que pueden crear más valor que las direcciones anteriores de las empresas adquiridas por cada una.

Barrick y Newmont llevan cinco años reduciendo sus dimensiones vendiendo propiedades accesorias, racionalizando la gestión y reforzando sus balances. En la actualidad, en un marcado cambio de estrategia, desean crecer mediante megafusiones. El estilo de gestión de Newmont se asemeja al de una estructura corporativa moderna, mientras que Barrick, bajo la dirección de Randgold, se encuentra más descentralizada y reviste un carácter más emprendedor. Cada una considera que sus respectivos equipos directivos y activos son superiores. Buscaremos evidencias de su éxito —o ausencia del mismo— liberando valor en sus resultados trimestrales. A su debido tiempo, descubriremos si su hincapié en la rentabilidad para los accionistas, el rigor operativo y la innovación son suficientes para garantizar el éxito y si una resulta más eficaz que la otra. Esperamos que la competencia del libre mercado haga surgir lo mejor de ambas.

Ahora también hemos sabido que Barrick ha retirado su oferta de adquisición hostil por Newmont (anunciada el 25 de febrero). Las dos empresas escucharon a sus accionistas y acordaron formar una unión temporal de empresas para fusionar sus operaciones en Nevada y de este modo liberar miles de millones de dólares de sinergias estimadas. Pensamos que se trata de un gran desenlace y esperamos que de otro signo del surgimiento de un sector del oro nuevo, más saneado, más robusto, más rentable y, por tanto, más atractivo para el inversor.

VanEckVectors Gold Miners UCITS ETF (GDX)

VanEckVectors Junior Gold Miners UCITS ETF (GDXJ)

VanEck Global Gold UCITS Fund

VanEck Global HardAssets UCITS Fund

 

 


Este artículo proviene de VanEck Investments Limited («VanEck») y no constituye una oferta de venta ni una solicitud de compra de valores.Ninguna proyección, perspectiva o suposición debe considerarse indicativa de los sucesos reales que tendrán lugar.Las previsiones, las estimaciones y cierta información contenida en el presente documento están basadas en análisis propios, y la información que figura en este artículo no pretende ser o no se debería considerar o utilizar como asesoramiento jurídico, fiscal o de inversión.VanEck y sus empresas filiales y asociadas no asumirán responsabilidad alguna en cuanto a decisiones de inversión, desinversión o retención que el inversor tome basándose en este artículo.