El 2014, un año complejo que quizá no ha terminado

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Imagen cedida

Un jugador de golf, y un gestor, se define por su peor error y no por el mejor de sus golpes. En la navegación de crucero existe una regla básica, sólo debes zarpar con un buen parte meteorológico y no en función de tu agenda.

No equivocarse mucho y asumir riesgos rentables han sido las premisas de nuestra estrategia este año. Parecen obviedades, pero creemos sinceramente que no lo son, y nos explicamos.

A) ¿Qué entendemos nosotros por no equivocarse? Pensamos que gestionar no consiste en intentar comprar aquellos activos que van a subir este año, ojalá pudiéramos hacerlo siempre, sino que se trata de construir una cartera que se adapte al entorno económico que observamos, con sus posibles escenarios, y que ofrezca una combinación eficiente de rentabilidad-riesgo.

B) Riesgos rentables. Aunque tenemos algunas certezas, no muchas después del 2008, no son razones suficientes para tener que asumir riesgos no retribuidos. Rentabilidades por dividendo o el valor relativo de los activos de renta fija han sido entre otros los peligros y las distracciones que han dificultado este ejercicio.

Este año, las decisiones más importantes que hemos adoptado han sido las siguientes:

1) Durante el primer semestre, se redujo la exposición a deuda pública y semipública periférica, especialmente España, donde en la actualidad no tenemos prácticamente posición.

2) Hemos construido una cartera de bonos de emisores financieros e industriales en tramos subordinados, entendiendo que, tras la mejora de balances tanto en financieros como en no financieros, dichos activos deben comportarse mejor en un entorno de mayor actividad económica y normalización del crédito en Europa.

3) En mercados emergentes, hemos alcanzado el 18% de exposición entre activos de renta fija y variable y, por primera vez, hemos adquirido activos en moneda local. Creemos que eran y son los lugares adecuados para consumir nuestras unidades de riesgo.

4) En renta variable, nos hemos mantenido cerca de nuestra exposición media (40%) y hemos intentado reducir los riesgos binarios, como por ejemplo el referéndum escocés, que han aparecido mediante coberturas puntuales.

5) El dólar ha sido un valioso aliado. Tenemos exposición por diversificación y por razones fundamentales macro y este año sí, las divisas han respondido a los fundamentales macroeconómicos, una noticia poco habitual pero agradable.

En enero de 2014, hemos cumplido diez años y el ejercicio está siendo bueno tanto en términos relativos como absolutos. Además de los puntos ya expuestos, estamos firmemente convencidos de que nuestros resultados vienen determinados por tres características diferenciales:

1) Compromiso a través de la alineación de intereses con nuestros partícipes, ya que todo nuestro patrimonio financiero está invertido en el fondo.

2) Continuidad de responsables y modelo de gestión como base del éxito en la gestión de inversiones a medio y largo plazo.

3) Consistencia. Los resultados obtenidos son consecuentes con los niveles de riesgos asumidos en el fondo y coinciden en el tiempo con la evolución general de los mercados financieros.

Para el cierre de año, intentamos consolidar resultados pero manteniéndonos fiel a nuestras creencias. La macro americana ha mejorado mucho aunque la bolsa americana también y, en Europa, nos queda trabajo, mucho trabajo. Las valoraciones de las compañías europeas no son tan exigentes y, aunque algunos sectores pueden estar sobrevalorados, otros sin duda no lo están. La renta fija de los países desarrollados ofrece poco valor a los inversores a vencimiento y preferimos buscar alternativas manteniendo porcentajes de liquidez relevantes sin dejarnos presionar por los tipos bajos.