El escenario macroeconómico apoya la inversión en deuda de alto rendimiento

Bernard
Foto cedida

Con un escenario macroeconómico marcado por las expectativas de que el BCE implemente un Quantitative Easing el próximo año, por la significativa caída de los precios del petróleo y las bajas expectativas de inflación para la zona euro, esperamos que el mercado de deuda de alto rendimiento continúe atrayendo demanda por parte de los inversores a principios del próximo año, como consecuencia del entorno de bajos rendimientos que se está imponiendo en Europa. Sirva como ejemplo el descenso de rentabilidad del bono alemán a 10 años, que en noviembre cayó por debajo del 0,70% por primera vez en su historia. Si finalmente el BCE inicia su QE, la deuda con grado de inversión se convertirá en el centro de atención, pero también puede producirse un efecto dominó en los bonos de alto rendimiento. Por lo tanto, los diferenciales de crédito actuales, que están cotizando por encima de su nivel de comienzos de año, deberían estrecharse.

Además, si el crecimiento europeo no se deteriora sino que, por el contrario, se beneficia de la debilidad del euro y de la caída de los precios del crudo, la preocupación que afecta a los inversores del  mercado de bonos de alto rendimiento debería desaparecer. No obstante, el margen para que los diferenciales se estrechen estará limitado por el escaso deterioro del crédito, un hecho que ha sido puesto de manifiesto por las agencias de calificación como circunstancia a tener en cuenta a la hora de protegerse frente a posibles caídas.

Por otra parte, los episodios de picos de volatilidad en el mercado, como los que se registraron el pasado mes de octubre, podrían  disuadir a los inversores de entrar de forma masiva en activos de deuda alto rendimiento. La liquidez del mercado puede continuar siendo un problema. Los inversores solicitarán una mayor prima de riesgo como compensación por el vacío que a veces existe en el mercado debido al desequilibrio entre el tamaño de los mercados de crédito y la capacidad de los distribuidores para proveer de liquidez a los inversores cuando es necesario. En relación al tamaño del mercado es necesario recordar que las emisiones de deuda de alto rendimiento no dejan de crecer y que durante este año las nuevas emisiones han alcanzado los 73.500 millones de euros, lo que supone un volumen récord.

Por último y a favor de la deuda de alto rendimiento juega la tasa de impago, que no debería sorprender al mercado. Las agencias de calificación están pronosticando una tasa de impago de alrededor del 2% para 2015. Una estimación que parece ser razonable dadas las cómodas calificaciones crediticias que presentan actualmente muchas compañías.